miércoles, 5 de febrero de 2014

Plan de Escape (Escape Plan)


A estas alturas del partido ¿tienen sentido este tipo de películas?. Puede que Stallone esté viviendo una segunda juventud con su saga de Los mercenarios y no voy a negar que volver a juntar a Stallone y Schwarzenegger podría ser una buena idea. Sin embargo, no hay en Plan de escape casi nada de la ironía y la autoparodia de Los mercenarios.

Los grandes héroes del cine de acción de los años 80 Stallone y Schwarzenegger se resisten a la jubilación y siguen insistiendo en una fórmula que les ha dió muy buenos resultados en el pasado. Error. No parecen darse cuenta que su tiempo se acabó y que el cine de acción va (o debería ir) por otros derroteros. Plan de Escape es la misma película que llevan rodando demasiadas décadas. No hay factor sorpresa ni ningún elemento que invite a verla excepto ver juntos a estos dos héroes del cine de acción de los ochenta.

Stallone toma el protagonismo una vez más mientras Schwarzenegger parece contentarse con un papel algo menos estelar. Stallone sigue con su eterno personaje del héroe que arrastra un trauma del pasado. Esta vez es un tipo listo que se dedica a probar los fallos de seguridad de las prisiones fugándose de ellas, ahí es nada. Una premisa argumental delirante que se pasa por alto sin problemas en este tipo de cine. Todos sabemos a lo que nos exponemos cuando el amigo Sly sale en pantalla. Los continuos dislates e incongruencias del guión son demasiado como para enumerarlos ahora (lo del sextante es de risa) y como película de fugas es bastante floja e inverosímil. Nada que ver con maravillas como La gran evasión o Fuga de Alcatraz. Plan de escape se parece más a Encerrado.
 Todo lo anterior sería perdonable si el film tuviera un ritmo endiablado o unas escenas de acción trepidantes. Nada de ello ocurre. El desarrollo del film no puede ser más obvio y las escenas de acción no pueden ser más rutinarias. Si no fuera por lo mayores que están Stallone y Schwarzenegger, yo diría que este film es de 1988. Peor aún, los efectos especiales por ordenador cantan bastante y parecen realmente de 1988. Todo el apartado visual es bastante cochambroso, los decorados y el diseño de la prisión me parecieron muy cutres y poco originales. Como si se hubieran quedado sin dinero un mes antes de empezar a rodar. Es tan poco original que los guardias de la prisión son un calco de los policias del film de George Lucas THX 1138.




Ni siquiera el villano es un villano a la altura, el pobre Jim Caviezel está fatal en su personaje de alcaide de la prisión. A mí me gusta este actor pero aquí está totalmente descolocado y fuera de lugar. Casi lo mismo puede de decir del bueno de Sam Neill, su personaje parece escrito a toda prisa el último día de rodaje para dar algo de coherencia a la trama (cosa que no consigue).
 Por cierto, no puedo dejar de comentar el hecho de que esta vez se ha sustituido al típico secundario de color por el secundario musulmán. Para que no se diga que en Hollywood tiene prejuicios ni son racistas. Obviamente es un personaje que cumple su misión en el guión y es eliminado en el momento oportuno de la trama. Todos sabemos cuando va a morir el compañero negro del héroe, pues aquí todos tenemos claro cuando iba a morir el compañero musulmán (no sin antes cambiar de bando y dar la vida por la causa, que lo de inmolarse por un bien superior parece que lo tienen muy bien aprendido). La verdad es que el tratamiento de los elementos religiosos en esta película es un desastre.

¿Y como están estas viejas glorias del cine de nuestra infancia? pues en su línea, Stallone sigue con su eterno rictus y su ceja levantada mientras a  Schwarzenegger se le nota muy mayor. Es una pena que el pobre guión no haya sabido aprovechar la faceta irónica de estos dos tipos. Sólo hay un momento de humor destacable (el de la cámara de televisión) en un film que debería estar plagado de ironía.

 El tipo al timón de este desaguisado es el sueco Mikael Hafström, responsable de otros grandes fiascos como 1408 o El rito. Parece que para este proyecto no se buscaba a un director con personalidad propia. Hafström cumple a la perfección su encargo y entrega un film impersonal y desastroso que ni siquiera ha sido el gran éxito comercial que se esperaba. Me alegro.

Plan de escape llega tres décadas tarde y sólo gustará a los fans menos exigentes del caduco cine de acción de Stallone y Schwarzenegger.
3,5

1 comentario:

Anónimo dijo...

mala, mala, mala incluso para los parámetros del cine de acción de estas dos viejas glorias