sábado, 31 de octubre de 2009

Rubber Johnny (2005)

Otro original y subversivo vídeo de Chris Cunningham. Inicialmente iba a ser el video musical de un tema de Aphex twin (otro tipo raro de cuidado), pero al final se convirtió en un cortometraje. El video se grabó enteramente con cámara infrarroja y está interpretado por el propio Cunningham y un chihuahua.
¿De qué va? Yo diría que va sobre un joven con hidrocefalia que vive en una habitación de hospital y de cómo se las arregla para evadirse de la realidad. Pero no lo tengo muy claro. De lo que no cabe ninguna duda es que no es apto para todos los paladares.
A mí me parece una pequeña joya.

viernes, 30 de octubre de 2009

The Cure: The Kiss

Qué queréis que os diga, soy terrible admirador de este grupo desde que tengo uso de razón. A pesar de los cambios de formación y las variaciones de estilo, el grupo de Robert Smith me sigue cautivando con sus composiciones (aunque cada vez menos). The Kiss es una de mis canciones favoritas y abría el doble e irregular LP Kiss me, Kiss me, Kiss me del ya lejano 1987.


jueves, 29 de octubre de 2009

9

9 es un muñeco de trapo que despierta en un mundo devastado por una guerra entre máquinas y humanos.

Producida por Tim Burton y el ruso Timur Bekmambetov (responsable de Wanted), 9 es el primer largometraje de animación de Shane Acker, quien ahora amplia el universo que ya nos mostró en su cortometraje homónimo.

La verdad es que la peli es una maravilla de la animación, los personajes son simples pero tienen personalidad a pesar de ser muñecos de trapo y no tener nombre propio, sólo un número los identifica. Igualmente los desolados paisajes y escenas de acción están más que conseguidos. Incluso hay una escena con la canción Over the rainbow (aquí la canción no da grima como en Australia) que me pareció simplemente excelente.


El problema de 9 es que Acker le da al film un tono oscuro y pesimista que no la hace recomendable para los más pequeños pero el guión es tan simple que tampoco atrapará a los adultos. Se queda en tierra de nadie, sin acabar de convencer ni a unos ni a otros. Además no ha desarrollado suficientemente el mundo apocalíptico que nos presenta, el guión deja muchos cabos sueltos y la trama no queda clara. Quizás no han sabido desarrollar la historia hasta una película de 77 minutos (que tampoco son tantos) o no han querido.

Hay personajes interesantes (como 1,2,6, 5 ó 8) que podían haber sido unos secundarios mucho más carismáticos y haber calado mucho más en el espectador. Por lo visto, se han preocupado mucho más del aspecto visual que de darle una mínima entidad a la trama. No se explica bien de donde sale el amuleto que es la clave del film ni cómo las cosas han llegado a estar como están. Una pena. Incluso cierta crítica a la jerarquía eclesiástica queda bastante desdibujada: en situaciones desesperadas el líder del grupo impone sus normas gracias al temor y la cobardía de los demás (algo ya reflejado en otros films como La niebla).

Las voces en su versión original (siempre preferible) las ponen gente del calibre de Elijah Wood, Jennifer Connelly, Martin Landau o Christopher Plummer.

La peli se ve sin problemas y maravilla por su técnica digital pero el guión peca de obvio y desaprovecha la oportunidad de crear un clásico. Desde luego no está a la altura de las producciones de Pixar (Wall-e, Up) u otras de Tim Burton (Pesadilla antes de navidad) o la reciente Los mundos de Coraline.

5,5

Aquí os dejo el corto original:




miércoles, 28 de octubre de 2009

La naranja mecánica (Clockwork orange, 1971)


Ahora que reestrena en salas comerciales la cinta más polémica de Stanley Kubrick, pienso que es un momento ideal para volver sobre ella.


El principal problema que tiene la gente al enfrentarse a un film de Kubrick es que muchos tienen fama de ser grandes películas, obras maestras incluso. Pero el cine de Kubrick no suele ser fácil de ver y muchas veces tampoco es fácil de digerir. Si esperas de La naranja mecánica una peli clásica sobre jóvenes rebeldes, inadaptados pero buenos de corazón, te estás equivocando.


En su adaptación de la novela de Anthony Burgess editada en 1962, Kubrick nos narra la historia de Alex, un joven de lo más desagradable y malvado (cabrón que dirían otros). No hay en él nada que haga sentir al espectador la más mínima identificación o empatía (salvo que pertenezcas a un grupo neonazi). Alex es la antítesis del héroe cinematográfico, es un líder nato pero es también un tirano y sus gestas son violaciones y asesinatos. Para Alex las mujeres sólo son objetos para su disfrute personal (1,2,1,2) y sólo le interesa ejercer la ultraviolencia y la música de Beethoven (esto último es lo único que no encuentro reprobable). Todo un tipo. Por cierto, de la sufrida interpretación de Malcolm McDowell se ha escrito mucho, yo creo que está genial logrando que el espectador sienta repulsión por su personaje.

Si el protagonista es desconcertante, la fascinante forma de rodar la historia es aún más curiosa. Stanley Kubrick alcanzó el status de genio tras Espartaco y 2001: una odisea del espacio y en su siguiente obra decidió arriesgarse aún más. Eligió esta controvertida novela con un mensaje perturbador y le dió un tratamiento totalmente innovador: hay escenas aceleradas, otras a cámara lenta, lentos travelings, montajes arrebatadores y puestas en escena tan elaboradas que parecen casuales. Las escenas violentas son musicadas con música clásica, un ritmo pausado que contrasta con la violencia de las imágenes mostradas. La manía de Alex de cantar el tema principal de Cantando bajo la lluvia (parece ser que fue una improvisación del actor) cuando realiza sus fechorías le imprime un carácter sádico e irónico que casi te hace odiarlo aún más.


Por otro lado, Alex parece elegir a sus víctimas entre los extremos de la sociedad, o vagabundos o ricos. El ataque a la casa del escritor me parece una gran escena, es muy dura, usa la cámara de forma subjetiva y enseñándonos cómo Alex se ríe de las víctimas. La humillación en grado máximo. Ni la opulencia ni las medidas de seguridad salvarán al matrimonio de la ultraviolencia sin sentido de Alex y su banda. Su falsa caridad será su perdición.

El sentido estético de Kubrick es demoledor, no sé si le gustaba el arte pop de los años sesenta pero en este film hay elementos decorativos realmente sobresalientes: los maniquíes desnudos usados como mesa o grifo dentro del bar Moloko, las esculturas con forma de genitales, etc.


Si el arte moderno parece aceptar el sexo como elemento inspirador más que nunca, Alex lleva más allá su fascinación por el cuerpo, nada se opone a sus pérfidos deseos. Ni su familia ni el Estado han sabido educarlo ni controlarlo. Es más, Alex se nos presenta como una evolución lógica de la juventud: una visión terrible y a la vez acertada si pensamos que el libro se publicó en 1962. Kubrick comparte el pesimismo de Burgess y lo plasma en imágenes de forma desoladora. La película contiene decenas de momentos que se quedan grabados en la retina del espectador aunque ninguno por los motivos habituales.


Pero era inevitable que el Estado acabara interviniendo. Traicionado por sus seguidores, las hazañas de Alex llegan a su fin y el Estado le reeducará. Las revolucionarias (y crueles) técnicas conductistas tendrán en Alex a su candidato ideal. El Estado se nos muestra como un ente casi tan cruel e insensible como Alex, como aquel al que intenta reeducar. Es un monstruo sin conciencia que sólo vela por sus intereses, bajo el prisma de Kubrick el estado no parece interesarse por el bien de los ciudadanos, sino que sólo toma cartas en el asunto cuando ya es demasiado tarde y con medidas desproporcionadas. Al final el Estado (y por ende la sociedad) usa a Alex como espejo de lo que no debe hacerse y luego lo publicita como un éxito de reeducación. El Estado usa a los violentos para propios sus fines propagandísticos. Un monstruo que se retroalimenta a sí mismo.


No, no es un típico film para ver con toda la familia.

p.d.: Burgess escribió la novela tras el brutal ataque que sufrió su esposa en 1944 por cuatro soldados norteamericanos, estaba embarazada y el ataque le provocó la pérdida del bebé.
A Burgess no le gustó la adaptacíon que Kubrick hizo de su novela. Sobretodo el rechazo se debía a que Kubrick se basó en la edición norteamericana de la misma, en la que faltaba el último capítulo. Por lo tanto, la película tiene un final distinto.

lunes, 26 de octubre de 2009

DESEO, PELIGRO (Lust, Caution; 色,戒, 2007)


Una joven universitaria se ve envuelta por amor en la resistencia a la ocupación japonesa de China durante la Segunda Guerra Mundial. Incoscientemente se involucrará en una peligrosa trama de espionaje que le afectará personalmete mucho más de lo que sería deseable.


El director taiwanés Ang Lee (Tigre y dragón, Sentido y sensibilidad, Brokeback mountain) demuestra que es uno de los mejores directores del momento: sabe sacarle todo el partido a una difícil historia. Lee muestra un verdadero interés en los personajes y su evolución, los matices, las miradas. La trama avanza lenta pero segura mientras nos vamos viendo enredados en una historia de espionaje, sexo, traiciones y amores imposibles. De joven enamoradiza la protagonista pasa a ser una fría espía que lo arriesgará todo por unas ideas políticas para luego caer en una trampa mucho más mortal: el amor.


Todas las teorías políticas y toda la propaganda patriótica dejarán de tener sentido para la joven estudiante. Todo el complejo entramado de sentimientos en los que se ven envueltos los personajes es reflejado por Ang Lee de manera magistral, demostrando un dominio de la técnica narrativa como pocos directores son capaces hoy en día.

Lee demuestra que sabe rodar y dirigir a los actores, todos están muy bien, especialmente la debutante Wei Tang y el veterano Tony Leung (2046, In the mood for love) como la pareja protagonista. Leung sigue bordando estos papeles de tipo frío e insensible que parece no tener sangre en las venas pero que deja entrever una profunda lucha interior. Los conflictos internos de los personajes están muy bien plasmados, no son héroes ni villanos de una pieza, nada es blanco ni negro en esta película llena de matices. Los protagonistas son humanos que dudan entre su deber y sus deseos.


La fotografía del mexicano Rodrigo Prieto es impresionante, todo el apartado visual es memorable, cercano a veces al universo visual de Wong Kar Wai aunque sin llegar a axfisiar a la historia (pecado capital de este último). La reconstrucción del Shanghai de los años 40 es simplemente maravillosa.

El único porblema del film: sus 157 minutos pueden resultar excesivos hacia el final, quizás un recorte en el metraje no hubiera estado mal para darle más agilidad a la cosa. Ese es el único pero que cabría ponerle al film, su excesiva duración. En mi opinión, cuando el ritmo decae la historia ya te ha atrapado y no puedes dejar de verla.

En resumen, una historia interesante narrada de forma impecable.
Recomendable.

7,5

P.D. Esperemos que Ang Lee siga haciendo buen cine y no vuelva a rodar tonterías como ese Hulk que casi me hizo odiar el color verde.

sábado, 24 de octubre de 2009

John Lennon & The dirty Mac: Yer blues

1968, en el especial televisivo de los Rolling Stones, el mítico Rock n' Roll Circus que nunca se llegó a emitir, podemos encontrar esta actuación de Lennon de su tema Yer Blues, incluido en el disco blanco de The Beatles. Lo interpretó acompañado por Eric Clapton (Cream), Keith Richards (Rolling Stones) y Mitch Mitchel (The Jimi Hendrix experience) bajo el nombre de The dirty Mac. Ojito con el presentador del Show y el cuelgue que lleva encima. Sube el volumen, leñe.

jueves, 22 de octubre de 2009

MOON

Sam Bell lleva casi tres años en una base lunar extrayendo helio 3, un gas que ha solucionado los problemas energéticos del planeta Tierra. Conforme se acerca su ansiado regreso a casa, empieza a tener extrañas visiones.

Duncan Jones es hijo de mi adorado David Bowie y su gusto por la ciencia ficción y la luna le viene de lejos. En su primera película Duncan nos ofrece un interesante relato sobre la identidad.
Visualmente el film recuerda a la mejor ciencia ficción de las décadas de los 60 y 70. La influencia de películas como 2001, Atmósfera cero, Alien, Solaris o Naves misteriosas (todas ellas recomendables, como poco) puede verse claramente. Incluso hay un ordenador central (GERTY con la voz de Kevin Spacey en la versión original) que recuerda inevitablemente a HAL 900, sólo que esta vez levemente humanizado con la cara de unos smiley.
La frialdad del espacio y la soledad del personaje durante 3 años están muy bien plasmadas, así mismo cómo la rutina va minando la moral del protagonista es otro elemento de interés.

Jones imprime al film un ritmo pausado pero que no decae nunca, incluso va acelerando conforme avanza la acción, a mí por momentos me recordó al frío estilo descriptivo de Kubrick. No es que Jones tenga un estilo propio ni revolucione el género, se nota que ha visto mucho cine de ciencia ficción y decide hacer un buen film de este género, sin innovar demasiado pero respetando los patrones del género y dando un film más que digno.

Pero más allá de la corrección técnica, creo que el film es un interesante ensayo sobre la personalidad. ¿Qué es lo que nos hace ser lo que somos? ¿Es nuesto comportamiento hacia los demás, nuestra percepción de nosotros mismos o son nuestros recuerdos? ¿Cómo definiríamos el YO? ¿Qué nos hace únicos (suponiendo que lo seamos)?

Sam Rockwell (Choke) lleva sobre sus hombros casi toda la película y sale airoso, quizás en algún momento exagere algún gesto pero está muy bien. Antes parecía que este actor iba a acabar encasillado en papeles histriónicos (como le pasó a Gary Oldman) pero en los últimos tiempos está logrando convencer en papeles algo menos raritos (El desafío).
Moon no es una obra maestra como dicen algunos, pero es un film interesante, que se sale de la ciencia ficción que nos llega últimamente (saturada de inútiles efectos especiales pero vacía de todo contenido). Duncan Jones ha logrado gustar y sorprender con su primera película. Habrá que seguirle los pasos.

7

martes, 20 de octubre de 2009

EL TREN DEL INFIERNO (Runaway train, 1985)

Hay películas que las ves de niño y te causan una honda impresión. Aún recuerdo cuando vi esta película en Sábado cine hará casi 20 años. Era una de esas noches de los sábados en las que te quedabas en casa con tus padres y descubrías grandes películas. No había internet, ni cadenas privadas, ni cable, ni TDT, la única forma de ver cine en casa era gracias a la tele o pagando en un video club. Yo echo de menos espacios así, un espacio que emitía películas de calidad de décadas anteriores.

Cuando vuelves a ver estas películas unos años después descubres que no son exactamente tal y cómo tú las recordabas. Descubres que tu mente las había magnificado. No son tan espectaculares como tú las recordabas, los efectos especiales se ven arcaicos y muchas cosas que no entendías puede que ahora te resulten ridículas. Hay películas que envejecen mal. Es lo que tiene el paso del tiempo, que pasa para todos. Las películas siguen igual pero nosotros ya nunca seremos tan inocentes ni tan fáciles de impresionar.


Hace poco decidí volver a ver un film que me impactó mucho de crío: El tren del infierno. No recordaba mucho del film, sólo que unos fugitivos huían de la justicia en un tren sin frenos a través de parajes nevados. No recordaba nada del final, incluso pensaba que estaba ambientada en Siberia, quizás debido al apellido del director. Eso sí, tenía grabadas a fuego algunas escenas de los protagonistas a punto de caer a las vías y sufriendo lo indecible entre los vagones. Siempre me han gustado las pelis de viajes y creo que los trenes nos han dado grandes escenas. Desde El maquinista de la general a Asalto al tren Pelham pasando por El puente de Casandra u Octopussy los trenes nos han regalado en el cine muchas horas de diversión.
El tren del infierno era un cine de aventuras mucho más pesimista que las pelis de Indiana Jones o Star Wars, era otra cosa, era un cine más adulto y que yo, como niño, no alcanzaba a entender en toda su plenitud. Cuando la vuelves a ver veinte años después, descubres que la peli es un entretenimiento total, toda una trepidante peli de aventuras, pero también es algo más, ese algo más que de niño no entendías pero te atraía. Tiene un trasfondo filosófico, casi crepuscular, que me dejó fascinado de crío y ahora me impactó algo menos pero me pareció todavía interesante. Por cierto, el guión está basado en una idea de Akira Kurosawa.

Primeramente los protagonistas no son los típicos héroes, ni siquiera son chicos buenos. Manny (John Voight) es un duro preso decidido a fugarse de la cárcel de máxima seguridad de Alaska en la que ha pasado tres años incomunicado. Por su parte, Buck (Eric Roberts) es un joven inexperto demasiado chulito, un tipo no muy listo pero necesario para la fuga debido a su trabajo en la lavandería (por cierto, ambos actores fueron nominados al Oscar por sus interpretaciones en este film). No son colegas ni socios, uno de ellos debe salir de la cárcel para demostrarle al alcaide que es mejor que él mientras el otro sólo ve la oportunidad y la aprovecha. También aparecen Rebecca de Mornay, pero no voy a hablar de su personaje para no desvelar nada de la trama, y Danny Trejo (Machete) en su eterno papel de presidario.
El odio que se profesan el alcaide y Manny es otro punto de interés, ambos son igual de decididos y crueles, sólo que están en bandos opuestos. El alcaide quiere acabar con Manny como sea, le ha humillado al fugarse y ahora debe matarle.

Tras una fuga un poco simplona, la verdad, los dos presos llegarán a una estación de trenes, allí Manny elegirá un tren en el que huirán. Su elección no podría haber sido peor. El tren se nos presenta entre vapor como si de un ser mitológico se tratara. Su presencia se nos antoja casi sobrenatural (cercana al camión de El diablo sobre ruedas), no es sólo un tren, es una máquina imparable, un dragón de metal que avanza sin control entre los bosques nevados de Alaska. Los protagonistas se las prometen muy felices al subir al tren pero pronto la cosa se complicará, el tren esconde más de una sorpresa y no todas agradables.

Los fríos parajes y la música electrónica de Trevor Jones dan al film un aire trágico (supongo que el toque Kurosawa también tendrá mucho de culpa), haciéndonos intuir que el viaje no va a terminar bien. Por cierto, a principios de los ochenta estaba muy de moda ese tipo de sonidos de sintetizadores tras El expreso de medianoche o Carros de fuego. Por suerte la cosa duró poco, pero los ochenta están plagados de bandas sonoras llenas de fríos sintetizadores que no pegan con la trama, Lady Halcón sería otro ejemplo.

 Lo que más me desconcertó fueron ciertos diálogos que evidencian los diferentes caracteres de los dos convictos. No son amigos en ningún momento, simplemente se necesitan el uno al otro y los continuos roces son inevitables. Sus deseos y esperanzas son totalmente distintos, el joven desea una vida de lujo tras robar un banco, el veterano desea poder llevar una vida normal con un trabajo normal, pero sabe que nunca lo conseguirá.

 La dirección del ruso Andrei Konchalovsky (quien luego haría Tango y Cash, menudo horror) no puede ser más fría y a la vez más adictiva. La acción avanza con cada escena, nada sobra en las casi dos horas que dura el film, al igual que el tren, la trama avanza sin control y con continuos sobresaltos hacia un destino incierto. Destacar finalmente el obsesivo empeño por conseguir la libertad incluso en las condiciones más adversas y un final que me dejó clavado al sillón igual que ya lo hizo hace veinte años.

No es una obra maestra pero es un notable ejercicio dentro del cine de aventuras de los años 80.

7,5

lunes, 19 de octubre de 2009

Si la cosa funciona (Whatever Works)

Venga, cerramos el mini ciclo dedicado a los últimos films de Woody Allen hablando de obra más reciente: Si la cosa funciona (Whatever Works).


Yo echaba de menos al Woody Allen de siempre. Su periplo europeo ha sido un paréntesis de pesimismo dentro de su filmografía y nos ha dado alguna maravilla (Match point), algún film interesante (El sueño de Casandra) y alguna cosa casi para olvidar (Vicky Cristina Barcelona).



Pero todos sabemos que el mejor Allen es el que nos habla de sí mismo, sus obsesiones y su ciudad. Su cine funciona como un reloj suizo cuando el protagonista es su típico personaje egocéntrico, hipocondríaco y misántropo. Así es el retrato de sí mismo que Allen nos ofrece, poco importa que no lo interprete él mismo (sino un Larry David que parece un imitador de Allen, se viste como él e incluso tartamudea a veces como él). Se nota desde la primera frase que el guión es de Allen y las constantes de su cine están presentes desde el primer minuto: la música de jazz, los títulos de crédito con letras blancas sobre fondo negro, la ciudad de Nueva York, relaciones de pareja, sarcasmo, etc.
Puede que esta vez el protagonista no sea escritor ni judío pero sigue siendo tan locuaz y pesimista como en los mejores guiones de Allen. Además sigue siendo irresistible para la jovencita del film (aquí una sorprendente Evan Rachel Wood, El luchador) y siguen sin poder evitar hacer de pigmalión con ella. Nada nuevo.
Esta vez Allen parece volver su airada mirada hacia los neoconservadores norteamericanos, contra ellos carga sus tintas especialmente, el tipo parece ya estar tan de vuelta de todo que no teme crítica alguna ni tiene miedo a crearse más enemigos dentro de su país. El demoledor retrato de los conservadores y fundamentalistas religiosos, vistos aquí como reprimidos, parece ser el objetivo último de esta comedia. Por que esta peli es una comedia, una buena comedia, una más, de Woody Allen. Una comedia inteligente, con grandes diálogos, buenas interpretaciones y con un gran ritmo que nos devuelve al mejor Allen (y también al más típico).
Quizás la única novedad sea una evolución hacia el mensaje algo más optimista que en sus anteriores trabajos y Allen nos ofrezca un mensaje más positivo respecto a cómo encarar la vida. Pero si nunca te ha gustado Woddy Allen, este film no te hará cambiar de opinión.

Aún así está muy por encima de la media, por mucho que Allen siga metiendo chistes sobre el holocausto o siga tiñendo las relaciones de pareja de un pesimismo incorregible.

Si la cosa funciona, es la enésima confirmación de un estilo. Otra buena comedia de un tipo que sabe que es único y que nadie le pide que cambie su forma de escribir o dirigir. No le hace falta.

7

domingo, 18 de octubre de 2009

ZOMBIELAND



Debido a que una plaga ha convertido a casi toda la población en zombies, ya no existen los países. El protagonista es un chico que no es que fuera un triunfador con las chicas (cuando las había) ni un héroe, pero ahora se ha vuelto un metódico superviviente. Su unión con otro superviviente que se arriesga tontamente por buscar un tipo específico de pastelito se verá afectada por el encuentro con dos hermanas en apuros.

Uh eh… ya sé que decir que el tema zombie está más acabado que Milli Vanilli puede sonar mal en un blog y puedo ser amenazado de muerte por afirmaciones tan gratuitas como ésta (os juro que ya me amenazaron con matarme por escribir que Resident evil 3 era una basura, que lo es). Lo cierto es que hay mucho Friki por el mundo que sigue pensando que el cine de zombies es la hostia y que no hay nada mejor en el universo que rodar a cuatro tipos con maquillaje andando como momias en busca de carne fresca. Que sí, que las primeras de Romero tenían su gracia, que yo también lo pasé de miedo con REC, pero el genero está muy agotado, sigue siendo divertido pero a mí el cuerpo me pide una renovación desde hace años.

No es que Zombieland sea la tan ansiada renovación, pero tiene un toque irónico con el que conecté fácilmente. Ya desde los logrados títulos de crédito Ruben Fleischer va destrozando uno a uno todos los tópicos del género. Al igual que Jennifer’s body o Arrástrame al infierno, Zombieland parece saber lo que el espectador de este tipo de cine espera y no duda en dárselo, pero con un toque de ironía y mala baba que me hizo disfrutar desde el principio.
Los chistes sobre comida basura, el papel de los inocentes niños, las referencias a Hannah Montana o a los penosos blockbusters que nos traumatizaron de críos hacen de el guión todo un acierto. El contraste entre los distintos personajes hace que el film se vea sin problemas. No es un film que se queda grabado en la memoria pero se ve rápido y no aburre nunca.

El único pero que le pondría es que no da nada de miedo, es más una comedia que una peli de terror. De hecho, de terror no tiene casi nada, hay algún zombie sediento de sangre y tal pero no diría yo que es cine de terror. Obviamente, recuerda a Shaun of the dead pero creo que tienen estilos distintos.

La aparición de Bill Murray en un papel totalmente auto paródico (los que mejor se le dan últimamente) me pareció otro acierto y lo mejor del film. Por otro lado se agradece mucho volver a ver a Woody Harrelson en un papel a su medida, se le nota que se divierte haciendo estos papeles de tipos duros, se le ve más cómodo que en papeles más convencionales (Transsiberian, 7 almas). En cuanto a Emma Stone, pues es muy guapa y da bien el papel de chica mona al igual que Jesse Eisenberg da el pego como pardillo.
Lo dicho, un film para pasar el rato, nada más.

5

viernes, 16 de octubre de 2009

El sueño de casandra (Cassandra's dream)

Dos hermanos muy distintos entre sí pasan por serios apuros económicos y sólo su tío puede sacarlos del apuro. Pero no será gratis.


En su etapa londinense Woody Allen se ha centrado en los dramas con tintes de tragedia griega. Parece que Londres le ha inspirado las historias más negras de toda su filmografía. Como en la genial Match point, los protagonistas acarician su sueño de pertenecer a una clase social acomodada. El problema viene cuando hay que cometer algún crimen para alcanzar ese sueño.

Como si de la novela Crimen y castigo se tratara, los remordimientos y la culpa enturbiarán la ansiada felicidad. La historia (dos hermanos en apuros) se parece a la posterior Antes que el diablo sepa que has muerto, ambas podrían ser material para un telefilm, pero en manos expertas pueden dar mucho más juego.

El guión de Woddy no defrauda, los personajes están bien definidos, incluidos los secundarios. Pero el desarrollo es algo lento y la resolución de la historia nos puede dejar un tanto noqueados. No es una historia alegre ni divertida, no esperéis ver la típica peli de Woody Allen con él interpretando su eterno personaje de escritor mujeriego e irónico.
Temas como la envidia, el autocontrol, las drogas o el juego no son temas muy Allenianos pero están bien resueltos.
La peli está rodada de forma correcta, a su estilo habitual aunque haya cambiado de continente, Woody no se complica con alardes técnicos ni experimentos, se centra en los actores. Tanto Ewan McGrewgor como Colin Farrell hacen unas interpretaciones notables. Del resto del reparto yo destacaría el saber hacer de Tom Wilkinson (Michael Clayton, Full Monty) y la belleza de Hayley Atwell.
En resumen, un buen film de Woody pero algo inferior a lo que nos tenía acostumbrados.
6

miércoles, 14 de octubre de 2009

Revolutionary road



Frank y April Wheeler son aparentemente la pareja ideal. Su aparente perfección (guapa pareja, guapos hijos, bonita casa) impide ver a un matrimonio que hace agua por todos lados.

Basada en una novela de Richard Yates, La historia de un joven matrimonio en la idílica Norteamérica de los 50 le sirve a Sam Mendes (marido de Winslet en la vida real) para mostrarnos todas las mentiras y frustraciones del sueño americano. Ninguno de los miembros de la pareja protagonista ha conseguido su sueño, ella no es actriz y él trabaja en la misma compañía en la que lo hizo su padre. Sus sueños no se han cumplido. No tienen un gran talento para nada, son vulgares, personas normales. Sólo un cambio de aires parece que puede salvarles de la mediocridad, que ellos entienden como fracaso. Pero no se puede huir de uno mismo.

Sam Mendes ya trató el tema de la frustración en American Beauty y ahora retoma el tema, pero de una forma bastante más dramática. En este film no hay apenas notas de humor ni ironía. Es un drama familiar en toda regla. Un drama sobre personas atrapadas en una realidad que no es la que ellos desearían. Una pareja atrapada en los convencionalismos de una sociedad que les oprime casi tanto como sus propios fracasos. Una sociedad que no ve con buenos ojos que la mujer trabaje fuera de casa ni el cambio de residencia a Europa.

Todos los personajes del film intentan guardar las apariencias y reprimen sus sentimientos. Se engañan, mienten y ocultan sus verdaderos deseos. Sólo el personaje del enfermo mental (estupendo Michael Shannon) se atreve a decir las verdades, probablemente debido a su enfermedad. Me pareció muy curioso que sea el personaje con problemas mentales el que realmente se libere de todas las ataduras sociales y hable con total libertad. Sin importarle las consecuencias. Sus diálogos serán los desencadenantes de la tormenta. Quizás sólo un loco pueda ser realmente libre en nuestra sociedad.

 Sam Mendes se mueve como pez en el agua en este intenso drama y le saca todo el partido a la historia. Así mismo, consigue una dirección de actores magistral. Los diálogos tienen una viveza inusitada y por momentos el dolor que transmiten traspasa la pantalla y golpea al espectador.

Ni que decir que Kate Winslet está perfecta. Tanto en sus silencios, sus miradas o sus gritos enfurecidos su interpretación es memorable. Han pasado 11 años para volver a juntarse con Leonardo DiCaprio tras Titanic. Ya en aquel film me pareció que Winslet estaba bastante mejor que su compañero. Ahora ambos demuestran lo mucho que han mejorado en todo este tiempo. Creo que en esta película ambos nos dan las mejores interpretaciones de sus carreras. El resto de los actores también están perfectos, Kathy Bates, Jay O. Sanders y el citado Michael Shannon completan un reparto excelente.

A mí la película me pareció muy interesante y me entretuvo. Me agradó especialmente la escena final del film, toda una parábola sobre la felicidad en el matrimonio.

7,5

lunes, 12 de octubre de 2009

Match point



Con Match point Allen dio en el clavo en una historia aparentemente poco Alleniana: un tenista trepa en el selecto mundo de los ricachones londinenses parece muy alejado del típico escritor judío hipocondríaco que suele ser el protagonista de sus films. Pero Allen sale airoso y con nota. El tipo cambia de registro y le sale una pequeña joya.




Primeramente hay que decir que vaya ritmo tiene la peli. No sobra ni una escena ni una frase, en cada toma la historia avanza y te va atrapando más y más. Solamente unos pocos maestros saben hacerlo hoy en día (Scorsese, Fincher, Eastwood, Coppola, Allen, Yimou) y no siempre. Me gustó mucho cómo Allen trata los deseos y los anhelos del protagonista. Quien lo tiene todo no lo valora y quien no tiene nada desea aquello que el rico no aprecia. Allen dota a su protagonista de una ambición sin límites, es un personaje maquiavélico, frío y calculador que tiene un perfecto plan para hacerse un hueco en la alta sociedad. Un tipo que busca el pelotazo definitivo que le solucione la vida, un punto de partido, un Match point. Pero aún así no deja de ser un simple ser humano que se deja arrastrar por las más bajas pasiones. Todo su plan para ascender socialmente se verá en peligro por su deseo hacia el personaje de Scarlett Johansson (algo totalmente comprensible). Es entonces cuando deberá poner a prueba sus habilidades y su conciencia (suponiendo que tal cosa exista).

Allen disecciona como un experto cirujano las relaciones de pareja. Ese proceso de cómo la pasión se ve desplazada por la rutina me parece genial. Así mismo plasma genialmente cómo el tedio se instala en una relación, ahogando a los miembros de la pareja (o, al menos, a uno de ellos). La verdad es que el film está muy bien rodado, sin estridencias ni superfluos alardes técnicos y cada escena está perfectamente planificada. Y qué vigor en las escenas de pasión... esa escena en la lluvia...esos arranques pasionales... Vamos, que Allen puede ser un señor de 70 y tantos años pero aún tiene mucho que decir.
 Cierto que el ritmo pierde algo de fuelle en su último tramo (dura más de sus 90 minutos habituales) pero mantener ese ritmo infernal en el que la acción avanza con precisión milimétrica durante 2 horas es casi imposible incluso para un maestro como Woody Allen. Además, esa bajada de ritmo final propicia que el espectador reflexione sobre lo que está viendo. Los actores? muy bien hasta el inexpresivo protagonista Jonathan Rhys Meyers. ¿Scarlett Johansson? Maravillosa en un personaje que evoluciona de fruto prohibido a piedra en el camino. Es lo que tiene la convivencia, hasta las femmes fatale pierden su atractivo en el día a día.

A partir de Match point se puede decir que las películas inmediatamente posteriores de Allen no estuvieron a la misma altura, ni El sueño de Casandra ni sobretodo Vicky Cristina Barcelona por mucho Oscar que le dieran a Penélope Cruz por contar un chiste sobre chinos.
Siempre nos quedará Scarlett bajo la lluvia.
8

sábado, 10 de octubre de 2009

David Bowie: Life on Mars?


Ahora que esta gran canción de David Bowie sale en un anuncio de una tarjeta de crédito creo que es buen momento de recuperarla. Aunque yo prefiero el video tal y como fuen editado y en color.
La canción aparece en el disco Hunky Dory (una obra maestra absoluta) de 1971.






Aquí tenemos una versión más reciente del mismo tema en la que podemos apreciar que el tiempo pasa para todos.


jueves, 8 de octubre de 2009

LOS FALSIFICADORES (Die Fälscher)

Esta coproducción entre Alemania y Suiza se llevó el Oscar a la mejor película extranjera y narra la historia real del falsificador Salomon Sorowitsch. Junto con otros presos de un campo de concentración Sorowitsch realizó la mayor falsificación de moneda de la historia.


La trama es muy interesante y no exenta de contradicciones. En su jaula de oro estos presos estaban obligados a colaborar con el enemigo para salvar la vida mientras sabían que estaban fabricando el dinero para seguir matando a los suyos. La polémica está servida: unos presos abogarán por el sabotaje y otros por la colaboración. 
La película es entretenida, con constantes giros que te sorprenden tanto como a los personajes. Los personajes son todos bastante reales y te llegas a identificar con las distintas posturas que van adoptando durante el metraje. Metraje que se pasa realmente rápido, la hora y media a mí se me pasó volando.

La película no se recrea en los aspectos desagradables (ya ha habido muchas películas sobre campos de concentración), tiene otra mirada más centrada en las reacciones de los personajes. Yo incluso me llegué a emocionar más de una vez. Los actores están muy bien, todos desconocidos por estas latitudes, aunque alguno como August Diehl ya ha sido fichado por Tarantino. Yo me quedo con la cara irregular de Karl Markovics, un tipo realmente duro cuya mirada haría temblar de miedo al mismo Clint Eastwood.
7

martes, 6 de octubre de 2009

Los sustitutos (Surrogates)

En un futuro cercano, la tecnología ha desarrollado unos robots que sustituirán a los humanos en las tareas diarias.

No es mala idea la de mandar al trabajo a un robot más joven y guapo mientras tú lo controlas desde casa. Toda una parábola de hacia donde se dirige la sociedad actual. La apariencia lo es todo y cuando ésta es falsa ya no hay nada en lo que puedas confiar. Algo así ya apuntaba Philip K. Dick en sus novelas y posteriores adaptaciones de su obra como Blade runner o A scanner darkly. El problema es que en Los sustitutos no deja de ser una excusa para entregarnos una película de ciencia ficción con algún toque de acción. 
Los sustitutos no es una peli sesuda  ni nada por el estilo, pero tampoco es el típico film de acción con Bruce Willis. La cosa se queda a medio camino y no creo que acabe satisfaciendo a los fans de Willis (aunque salga apaleado y sangrando) ni a los que esperaran algo más de miga.




Yo creo que el film podría haber sido mucho más interesante si hubiera desarrollado más la crítica al culto al cuerpo y al deseo de permanecer joven y bello eternamente. Idea curiosa viniendo de un Hollywood cada vez más hedonista. Por momentos casi me recordó a esas pelis de ciencia ficción que se hacían en los años 70, tipo Cuando el futuro nos alcance o El último hombre vivo. Pelis pesimistas respecto al futuro de la raza humana pero no por ello menos interesantes.

Los sustitutos no está a ese nivel, el guión apunta muy buenas ideas pero no las elabora suficientemente, se pierde en efectos especiales y alguna escena de acción metida con calzador en detrimento del desarrollo de la trama. Supongo que esta historia en manos de Christopher Nolan o David Fincher hubiera sido un thriller futurista más que interesante. Imagínate una trama así en manos de pirados como Terry Gilliam (quien ya hizo una feroz crítica de la cirugía plástica en Brazil) o David Cronenberg.


Jonathan Mostow (Terminator 3, U-571) no es un gran director, para qué nos vamos a engañar, él solito se cargó la saga de Terminator. Se le dan mejor las escenas de acción que el desarrollo de personajes. Visualmente tampoco aporta nada nuevo, muchos diseños recuerdan peligrosamente a los de Yo, robot.

¿Y qué tal Bruce Willis? Pues sigue con su cara y sus muecas de siempre. Aquí hace del típico poli que arrastra un trauma y no se lleva muy bien con su mujer (la real). Lo de siempre pero con perilla. Su sustituto es más joven que él y tiene más pelo pero es incluso más inexpresivo. Al final va a resultar que Willis va a ser un actor ideal para hacer de robot, como Schwarzenegger. Por su parte las guapas Radha Mitchell (The code, Silent Hill, Melinda y Melinda) y Rosamund Pike no están mal como meros maniquíes.


A mí la peli me entretuvo lo justo. Pues eso, un film que podría haber sido algo importante y se ha quedado en un film para pasar el rato.


5

domingo, 4 de octubre de 2009

Jennifer's body

Jennifer (Megan Fox) y Needy (Amanda Seyfried) son amigas desde la infancia, pero ahora en el instituto son muy diferentes. Jennifer es la chica más sexy del instituto y Needy es un patito feo.


Tras sorprendernos con el guión de Juno, Diablo Cody vuelve a entregarnos una película sobre adolescentes aparentemente sencilla. Juno podía parecer una comedia simplona y Jennifer’s body podría parecer un descerebrado film de terror con adolescentes, pero ninguna son exactamente lo que parecen a primera vista.

Jennifer’s body parece una peli de serie b con asesinatos sangrientos en un instituto, de esas que tanto triunfaron en los ochenta y noventa, llenas de escenas de jóvenes que van cayendo en manos de un peligroso asesino. Pero el guión está escrito con la idea de reírse de los estereotipos creados en estas películas y de la acuciante falta de ideas de las mismas. Cumple todos los requisitos del cine de terror Light para adolescentes y te los devuelve sabiamente transformados en una refrescante sátira.


Jennifer’s body no pretende ser un gran film pero sí que se ve con agrado y no aburre nunca, siempre que te guste este tipo de cine. Puede que la presencia de Megan Fox en ajustadas vestimentas o en ropa interior puede que hiciera que el film se me pasara bastante rápido. También alguna tórrida escena light entre Megan Fox y Amanda Seyfried (a quien le toca hacer de fea aunque no lo sea en absoluto) puede que contribuyera. Pero lo mejor de esta peli es que se ríe de los tópicos que el espectador espera encontrarse (asesinatos y chicas monas principalmente), uno tras uno se los va cargando al igual que Jennifer acaba con sus víctimas.

Por supuesto, vemos al machote del pueblo, al capitán del equipo, las animadoras, la guarrilla del instituto, la modosita, el chico rarito y el profesor que parece que tiene algo que decir en toda esta historia (un J.K. Simmons casi irreconocible). También veremos una biblioteca pública en la que hay libros con soluciones a conjuros y el típico y hortera baile de la rosa de todo instituto norteamericano. Pero la peli muestra todo desde un punto de vista irónico, con más mala leche de lo habitual, riéndose de los propios fans del género y de lo que éstos esperan ver. Me gustó especialmente la saña con la que trata a los grupos de rock para adolescentes (dispuestos a todo para triunfar) y todo el manido tema del satanismo y el rock.

Karyn Kusana dirigió aquella cosa llamada Æon Flux y ahora dirige correctamente este film e incluso brilla en la planificación de algunas escenas (la piscina, el lago, el dormitorio) e introduce algún montaje paralelo bastante logrado. Ni que decir que esta peli no hubiera sido nada sino hubiera contado con el atractivo de Megan Fox, que no es una gran actriz pero en pantalla queda realmente explosiva. Por otro lado Amanda Seyfried me sorprendió gratamente e incluso creo que le roba bastantes planos a la Fox.

Una peli sin más pretensión que hacernos pasar un buen rato y reírse de un género caduco que aún tiene sus adeptos. A mí me entretuvo.

5




viernes, 2 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos

Benjamín Espósito (Ricardo Darín) acaba de jubilarse y decide escribir una novela sobre un caso que le sigue atormentando. Un caso ocurrido en 1974 que se inicia con el asesinato de una joven.

Hay películas te atrapan y no te sueltan. Hablo de esas películas que las estás viendo y te das cuenta de te lo estás pasando realmente bien. Esas pocas películas que realmente conectan contigo, que te hacen identificarte con unos personajes entrañables que casi parecen personas reales que hace tiempo que conoces. Hablo de esas que logran una familiaridad y una identificación que roza el cariño. Hablo de esas películas que no te excitan sólo los sentidos sino también los sentimientos. Incluso notas que te falta algo cuando parece que la peli llega a su fin y que te gustaría que la historia durara un par de horas más.

Precisamente todo lo que intento expresar en el párrafo anterior (y no he logrado) es lo que me pasa con cierto cine de pequeñas historias. Pelis como El camino a casa o Las tortugas también vuelan son ejemplos de lo que intento decir. Pero también el cine de el argentino Juan José Campanella.
Tanto El hijo de la novia, El mismo amor, la misma lluvia o Luna de Avellaneda me parecen grandes películas totalmente recomendables. No es un cine sobre personajes mil veces vistos, estereotipos, sino sobre personas. Supongo que el hecho de que los personajes estén tan bien definidos e interpretados de una forma tan cercana y espontánea es fundamental para lograr tal conexión con el espectador. Si encima el estilo de dirección es tan preciso que parece que no existe, sin grandes alardes técnicos ni efectos superfluos, pues estamos ante una peli maravillosa.

En El secreto de sus ojos Campanella cambia de registro y se mete en la investigación de un asesinato por parte de unos agentes judiciales en la convulsa Argentina de 1974. Esta vez se permite la licencia de continuos saltos en el tiempo (perfectamente identificables gracias a pequeños detalles) y algún complejo plano secuencia a lo Brian De Palma (la escena del estadio). Pero no por ello se olvida de los personajes y de sus habituales diálogos. Campanella salta continuamente del thriller a la comedia y luego al drama de forma asombrosa, formando un todo perfectamente coherente. Su película es un crisol sabiamente salpicado de pinceladas de un humor muy argentino pero totalmente exportable. Así mismo la historia de amor es tan sutil como intensa.
Además tengo que reconocer que me sigue fascinando Ricardo Darín, el tipo tiene una naturalidad y una profundidad en sus interpretaciones que me deja perplejo. Tanto en las notables Nueve Reinas, El aura o las pelis antes citadas el argentino nos da una lección tras otra de empatía. Sus interpretaciones son tan naturales que ni siquiera parece que esté actuando. Quizás no actúe y sea así en la vida real. Quién sabe.
Creo que hay que destacar también la inmensa interpretación de Guillermo Francella quien dota a su personaje de una gran ternura. Igualmente Soledad Villamil ofrece un papel lleno de sutiles miradas, su relación con el personaje de Darín es todo un acierto, eso que algunos llaman química.

Un gran guión, un director inspirado y unos actores geniales convierten a El secreto de sus ojos en un film imprescindible.

8