lunes, 29 de marzo de 2010

ROCKY (1976)



Reconozco sin ruborizarme que Stallone fue uno de los héroes de mi infancia, hay que ver la de vueltas que da la vida. Personajes como Rambo y Rocky tenían algo que nos fascinaba de críos. Igual era la forma de hablar de Stallone, esa mirada esquiva con tendencia a mirar al infinito o la forma en la que se empecinaba en algo. Todo empezó con Rocky, la película que encumbró a Stallone y supuso una losa para toda su carrera posterior. Rocky no deja de ser una crítica al sueño americano vestida de alabanza.



Rocky es un boxeador de origen italiano demasiado mayor para lograr nada, es un fracasado, un sonado. Trabaja cobrando deudas para un prestamista mientras los chicos del barrio se ríen de él y de sus ridículos discursos. Su mejor amigo,Paulie, es un borracho cuya hermana Adrian es el amor platónico de Rocky. Pero América es así, hasta el mayor tarugo tiene su oportunidad para triunfar. Por un capricho del destino Rocky tiene la oportunidad de pelear con el campeón mundial de los pesos pesados, Apollo Creed, y optar al título. Una oportunidad demasiado tentadora como para dejarla pasar. Algo así sólo pasa en América, la tierra de las oportunidades. Rocky intentará cambiar su vida y se entrenará hasta la extenuación para coger su último tren. La escena de Rocky entrenando por las calles de Filadelfia con la famosa música de Bill Conti son inolvidables. Lo que parece increíble va tomando forma y hasta el espectador cree que es posible ganar el combate.

Hasta aquí Rocky no deja de ser un film propagandístico más de las excelencias del american way of life y los valores tradicionales de la América más tradicional: familia, esfuerzo, sueño americano, capitalismo, etc. Pero lo que hace grande a Rocky es que, a pesar de ser la tierra de las oportunidades y de todo el esfuerzo invertido, Rocky pierde el combate. Fracasa. Por los puntos, pero pierde dignamente ante el campeón del mundo. El sueño americano casi nunca se cumple, sólo es un sueño. El golpe más duro lo da la realidad. Balboa lo ha intentado con todos los medios a su alcance pero su tren se escapa. Al menos encuentra el amor en una chica bastante normalita: Adrian (interpretada por Talia Shire, la hermana de Francis Ford Coppola).


Rocky es un canto al esfuerzo, a la lucha aunque no haya posibilidad real de ganar. En la escena final Rocky y su amada Adrian se ven rodeados por una vorágine mediática, pero a ellos no les interesa la fama, sólo quieren estar juntos. Al diablo el título, la fama y el dinero. A pesar de los golpes de la vida, Rocky encuentra el amor.


Realmente Stallone (que nunca ha sido un gran actor) está más que correcto interpretando a este personaje que no creo que sea muy distinto a cómo era él en aquella época: un actor de segunda que ya se hacía mayor para llegar a ser una estrella. Lo que es la vida, Rocky Balboa fracasó en su combate pero Stallone triunfó interpretando a este sencillo perdedor. Lamentablemente, Stallone vio el filón comercial y decidió estirar su personaje hasta límites irrisorios. En las sucesivas e innecesarias entregas Stallone convirtió la crítica al sistema en apología del mismo. Rocky Balboa finalmente ganó el título, se hizo millonario, humilló a los rusos por venganza, se retiró con honores e incluso volvió a ponerse los guantes una vez retirado (todo por la pasta). La visión ácida del capitalismo se tornó propaganda. La quinta entrega me parece paradigmática de la propaganda más descarada y bochornosa. Sinceramente, la saga nunca debería haber pasado de la cuarta entrega. 

Siempre nos quedará Rocky, la original.

sábado, 27 de marzo de 2010

El libro de Eli


En un mundo desolado por la guerra, un caminante va hacia el oeste pero se topa alguien que busca encarecidamente algo que él posee: un libro.


Partiendo de una manida premisa, pero interesante y no exenta de múltiples lecturas, los hermanos Hughes lo echan todo a perder. No es la primera vez, de una obra maestra como la novela gráfica de Alan Moore From hell estos tipos realizaron una mediocre peliculilla para lucimiento de un Johnny Depp pre piratas del caribe. Ahora han vuelto a repetir la jugada.


La peli se queda en planos bonitos (cercanos al video clip) y algunas escenas de lucha bastante decentes. Es un western moderno con su escena de la taberna y su cacique de pueblo (incluso algún personaje tararea la melodía de La muerte tenía un precio de Morricone). Pero acaba siendo un descafeinado cruce de Mad Max y la genial película Zatoichi de Takeshi Kitano.


Lo peor es que no explota todo el potencial de los personajes ni de la historia. El poder de la religión para motivar (o controlar) a las masas es apenas apuntado, tampoco la fe como motor del comportamiento es suficientemente desarrollada y algunos cabos quedan sueltos (¿cómo se ha creado el pueblo?, ¿Cómo sale cierto personaje del pozo?, ¿Se puede andar durante horas con un tiro en el estómago?


Además me pareció curioso que sólo se cite a una determinada religión (igual el guionista no conoce otra) y siempre se escojan citas del viejo testamento (como si el nuevo testamento nunca hubiera existido o su mensaje no sea válido). También se nombran otros libros de la cultura anglosajona, ¿siempre hay que nombrar a Shakespeare? ¿El resto del mundo no tiene cultura? Sí que la tiene, pero los yanquis que han hecho esta peli la deben desconocer.


Dejándonos de lecturas culturales imperialistas, aunque las escenas de acción son solventes, (nada de planos súper rápidos que no te enteras de nada) no creo que enganche a los fans de la acción. El film se queda a medio camino entre la acción, el drama apocalíptico y el royo mesiánico, dejando un regusto agridulce.


Una pena, ya que Denzel Washington no está mal y hasta pelea de forma eficiente. Mi amigo Gary Oldman está tan excesivo como siempre en la piel del villano de turno. Su personaje de cacique con sueños de dictador me parece el más interesante con diferencia. Por otro lado el personaje de Mila Kunis me parece el más flojo, Mila es preciosa pero mejor que se dedique a las pasarelas (por momentos parece que está desfilando por el desierto con esa ropa de diseño).

También cabe destacar las presencias de Michael Gambon (el Dumbledore de Harry Potter), Tom Waits (El imaginario del doctor Parnassus), el veterano Malcom McDowell (La naranja mecánica) y Jennifer Beals (Flashdance) todos ellos bastante desaprovechados.


Sobre temas parecidos prefiero pelis recientes mucho más interesantes como Infectados o The road.


4,5


jueves, 25 de marzo de 2010

Luis Cifer en la tele


Como algunos ya sabréis, hace poco se emitió en el programa Clic! de Antena Aragón una entrevista a un tipo que dice ser Luis Cifer. Ocurrió el domingo 14 de marzo a las 9 de la mañana y obviamente no lo vio nadie más que 4 amiguetes de los entrevistados. Os dejo el video por si os interesa (a partir del minuto 12:30).

La verdad es que la cosa quedó bastante decente, aunque mi madre dice que me dieron poco tiempo, la tele es así. Tambien me han dicho que me parezco a Michael J. Fox y me preguntan sobre qué habia en la copa.
¿Que si me hizo ilusión salir entre un video de El canto del Loco y unos imitadores de Bon Jovi? Mejor no contesto.

miércoles, 24 de marzo de 2010

DAYBREAKERS



En el 2019 una epidemia ha convertido a casi toda la raza humana en vampiros. Sólo quedan unos pocos humanos sin convertir que son cazados y usados para producir la cada vez más escasa sangre.


La idea del film no está mal, es un giro más a la ya manida idea de los vampiros. Se parece algo a la serie de televisión True blood (que me recomiendan insistentemente David y Alice pero que no veo el momento de hincarle el diente) por lo de la aceptación social de los vampiros y la necesidad de sangre.


Daybreakers es un film de género sin complejos y decentemente rodado. No tiene nada especialmente destacable, pero es un film digno, consciente de sus limitaciones y de su única pretensión de entretener a los aficionados a la sangre.

Con un inicio bastante prometedor, con una estética en tonos verdes y azules heredada de Matrix, el film de los hermanos Spiering nos presenta a una sociedad humana que ya no es humana, quizás nunca lo haya sido. Igual que en la sociedad actual, los pobres no tienen acceso al alimento (sangre en este caso) y son seres marginados por la sociedad. Por otro lado, siempre hay una empresa todopoderosa dispuesta a sacar tajada de la situación.


Daybreakers no es sangre nueva pero sí es un film aceptable para los aficionados al género de terror o vampírico (el resto deberían abstenerse). Hay algún susto y abundantes regueros de sangre brotando de yugulares abiertas de par en par e incluso alguna víscera. Vamos, lo que todo aficionado al cine de vampiros espera. Nada de vampiros por ordenador o ridículos triángulos amorosos con vampiros anémicos y hombres lobo con gaseosa en las venas.

Además tiene en su desarrollo momentos bastante logrados como el personaje de Willem Dafoe (Anticristo) y su fijación por Elvis o alguna vuelta de tuerca al tema de los vampiros (las orejas, los espejos, la luz solar, las ballestas, etc).

Lamentablemente no acaba de ser todo lo transgresora que promete y cae en los tópicos propios del género: un vampiro que reniega de su condición (un Ethan Hawke más inexpresivo de lo habitual, experimentos cochambrosos, chica mona/florero, sicarios no muy listos, malvado hombre de negocios (risible Sam Neill poniendo la cara de siempre), un sacrificio redentor, etc. Tópicos que el film intenta romper pero acaba aceptando como propios sin demasiados complejos.


El problema de este film es que al final se desangra renegando de su propia condición de film de terror sanguinolento. En la impactante escena final se nota que han levantado el pie del acelerador recortando las imágenes más brutales. Hubiera sido un final demasiado gore para una película con pretensiones comerciales. La clasificación por edades hubiera sido bastante restrictiva y parece que les ha dado miedo. Una pena, un final tan salvaje podría haber sido antológico para los fans sedientos de sangre.

5


domingo, 21 de marzo de 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras


Un periodista en crisis se topa casualmente con la bizarra historia de una unidad secreta del ejército norteamericano autodenominada El ejército de la nueva tierra.

Tras un título tan curioso no se podía esconder ninguna otra cosa que un curioso film. La aparición de buenos actores como Ewan McGregor (Angeles y demonios), Jeff Bridges (Corazón rebelde), Kevin Spacey o George Clooney (Up in the air) ayuda a dar empaque al asunto sobre todo cuando parece que ni siquiera ellos mismos se han tomado en serio la película. Tomarla en serio sería un gran error, no es más que una gamberrada que no pretende otra cosa que hacer pasar un buen rato. La trama es interesante (y absurda), llena de escenas ridículas, pero el desarrollo no ha sido el adecuado.

Tiene buenos momentos aislados (casi todos gracias al personaje de Bridges y a las parodias a Star Wars) pero algo falla, no es una mala comedia pero promete mucho para lo poco que da. Sabe a poco. El tono de absurda comedia casi surrealista no acaba de desembocar en momentos realmente divertidos, provoca apenas algunas sonrisas pero no provoca ninguna risa. Quizás es lo que se quiere llamar humor inteligente o humor del absurdo pero la peli se acaba haciendo algo pesada. Un pecado imperdonable en toda comedia por absurda que sea.

Este tipo de comedias absurdas les salen muy bien a los hermanos Coen (bien lo sabe George Clooney quien colaboró con ellos en Quemar después de leer) pero a Grant Heslov (conocido en su casa a la hora de comer) la cosa le ha venido grande. No ha sabido dar con la mezcla adecuada de ironía, absurdo y gamberrada (yo he echado en falta este último ingrediente). Narrativamente hablando hay constantes parones y saltos temporales no muy logrados que hacen que el interés del espectador se vaya perdiendo paulatinamente.
Un film interesante que promete mucho y lamentablemente entrega poco.

5

viernes, 19 de marzo de 2010

Precious



Precious es una joven de 16 años que vive en Harlem y está esperando su segundo hijo. En un ambiente familiar y social brutal Precious decide intentar salir adelante: no es guapa, ni blanca, ni rubia, ni delgada, pero lo va a intentar.

Precious es un film valiente, se atreve a presentarnos una dura historia de superación con una protagonista muy poco habitual. Ha tenido que poner pasta la todopoderosa presentadora de televisión Oprah Winfrey para que este film se pudiera distribuir. Parece que la historia de una chica de color, fea y gorda no interesaba a nadie, no era glamurosa. Precious no va de vampiros de diseño ni de cantantes adolescentes preocupadas por qué botas se van a comprar. No, Precious es una mirada a otra realidad mucho menos placentera.

Aparte del mérito innegable de la cinta, se puede decir que no está mal pero sabe a poco, la historia daba para algo más. No es un film de lágrima fácil ni una denuncia social clara, se queda en un terreno indefinido que te deja algo frío. El director Lee Daniels hace un gran trabajo digiendo actores pero fracasa al no decidirse por el tono a adoptar y cuando intenta que nos emocionemos con alguna larga escena de personajes llorando. Son escenas muy bien interpretadas pero no están del todo bien resueltas. Ciertas confesiones no aportan demasiado al espectador y da la sensación de indefinición, de no saber qué demonios hacer con la trama o cómo acabar la peli.

Los actores son lo mejor del film, Mo’nique se llevó el Oscar por su repulsivo personaje. Uno de esos personajes que odias desde el principio ya que sabes que existe gente así, que son totalmente reales. Por su parte Gabourey Sidibe consigue hacer creíble un personaje muy difícil pero en las escenas con Mo’nique sale perdiendo por goleada. Paula Patton (Reflejos) demuestra que es algo más que una chica mona, promete.

También aparecen en breves pero importantes papeles estrellas del calibre de Lenny Kravitz y Mariah Carey (casi irreconocible), no están mal para lo poco que salen.

Lo dicho, un correcto film sobre una realidad en la que Hollywood no suele fijarse.

6

martes, 16 de marzo de 2010

Millenium 3: La reina en el palacio de las corrientes de aire


Que no, que no trago. La saga literaria Millennium de Stieg Larsson ha tenido mucho éxito pero su plasmación al cine ha dejado bastante que desear.



Vale que la primera película era bastante correcta, un 6 creo que le di, pero las dos siguientes son realmente flojas, por no decir malas de narices.

Yo parto de la base de que los libros no son ninguna maravilla, pero al menos mantenían el interés y te presentaban personajes tan interesantes como Lisbeth Salander, Mikael Blomkvist, Zalachenko o el gigante rubio. Pero en la pantalla estos personajes no han sido plasmados de forma satisfactoria. Debido a una dirección totalmente apresurada y chapucera la saga no ha sabido trasladar las bazas de los libros al cine.


Esta tercera película (como las dos anteriores) peca de un pésimo estilo televisivo, parece haber sido rodada a toda prisa y sin ningún tipo de pasión. Hay incluso algunas escenas más propias de una función escolar que de una película. Por ejemplo: la escena entre Niedermann y los dos policías, está tan mal rodada e interpretada que da vergüenza ajena. Otras como las del juicio o el intento de asesinato en la cafetería son igualmente desafortunadas y propias de un mal telefilm.


Ni siquiera es capaz de presentar unos villanos mínimamente atractivos ni define qué demonios es eso de La sección. Y ya sabemos que los villanos son media película dentro de todo thriller.


Vamos, que se han dedicado a rodar sin ningún arte lo narrado en el libro, cambiando algunas cosillas y quitando otras. Pero al resultado final le falta alma, intriga y emoción. El film se ve sin grandes dificultades (puede que aburra un poquillo debido a sus más de dos horas de duración) pero es totalmente previsible en casi todo su metraje. En ningún momento el espectador siente el más mínimo sobresalto ni le preocupa demasiado lo que suceda. Mala cosa cuando el espectador no se involucra ni por un momento. Todo es tan plano como el encefalograma de los responsables de esta saga.



Una pena, en otras manos más habilidosas (o con más tiempo y ganas) se le podría haber sacado mucho más juego a saga de Larsson.


3,5




sábado, 13 de marzo de 2010

Corazón rebelde (Crazy heart)


Bad Blake (Jeff Bidges) es una vieja gloria del country que malvive gracias a actuaciones en locales de mala muerte.

El debutante Scott Cooper no se complica la vida y nos presenta una buena historia de forma simple pero eficiente. La peli no tiene alardes técnicos ni marea al espectador, logrando un ritmo pausado pero que no aburre nunca. Es un film sencillo y bien intencionado, como ese mundo del country que refleja muy bien. Todo ese ambiente de los bares, las boleras, los hoteles de carretera y el desierto es el mundo en el que Bad Blake se mueve perfectamente aunque sabe que su tiempo pasó y debe cambiar de vida tarde o temprano.

Sin duda lo mejor es la interpretación de Jeff Bridges (a quien ya era hora que le dieran un Oscar). Su personaje tiene muchas similitudes con el de Mickey Rourke en El luchador. Ambos personajes se empiezan a ver mayores y ven que su vida se ha escapado por el retrete junto con su familia y su salud. Yo me quedo con la peli y la interpretación de Rourke pero hay que reconocer que Bridges está genial. No cae en la sobreactuación en ningún momento e incluso toca la guitarra y canta de forma convincente, dándole una tremenda verosimilitud al personaje.


También aparecen Maggie Gyllenhall (El caballero oscuro) y Robert Duvall (The road) que están también muy bien. El que nunca me ha gustado demasiado es Colin Farrell pero aquí sale poco.

Lo dicho, no es una gran peli pero es honesta y se deja ver.
6

miércoles, 10 de marzo de 2010

El lado oscuro de George Lucas


Ya sé que hay miles, cientos de miles o casi millones de páginas dedicadas parcial o totalmente a Star wars. La saga galáctica creada por George Lucas es un hito dentro del cine del siglo XX. Varias generaciones hemos crecido al abrigo de los caballeros Jedi y sus andanzas. Es obvio que ha sido una influencia innegable en muchos cineastas actuales y en muchos de los que actualmente disfrutamos viendo cine. Pero quizás no vendría mal dejarnos de tantas alabanzas y ver el lado oscuro de dicha saga. Que lo tiene, no lo dudes.


1. Influencia:
Primeramente hay que situarse en el contexto de su estreno, 1977. Hay que citar que el cine sufrió un fuerte revés en los años 50 y 60 con la llegada y proliferación de la televisión. Muchos jóvenes descubrieron que se podían ver series y películas cómodamente en casa, sin ir al cine y sin pagar una entrada (vamos, como ahora con internet). Los grandes estudios de Hollywood contraatacaron con inventos técnicos como el cinemascope intentado dar unos colores y unas sensaciones que la pequeña televisión en blanco y negro no era capaz de producir.

Si además sumamos problemas socioculturales como la guerra de Vietnam o la revolución del 68 tenemos un caldo de cultivo ideal para que en los setenta los jóvenes se alejaran del cine comercial y se volvieran hacia un cine más social y combativo. Incluso la ciencia ficción dio un vuelco casi filosófico con 2001: Una odisea del espacio.

Los jóvenes dejaron de ir al cine para divertirse. Las salas de cine se vaciaron del público más joven. El cine tomó un giro en los años sesenta y setenta hacia unas temáticas mucho más maduras. Pelis como Alguien voló sobre el nido del cuco, Danzad, danzad malditos, El graduado o los Westerns crepusculares eran una evolución del cine hacia algo más que el puro divertimento. Era tiempo para contar otras historias. Los héroes y los finales felices ya no estaban de moda.

Pero fue George Lucas quien hizo que el público juvenil volviera a ir en masa a las salas de cine. Con Star wars Lucas devolvió la diversión y la aventura que toda una generación estaba esperando. Y de qué manera.

El problema fue que en los años ochenta se produjo un fenómeno que a la larga sería muy perjudicial: el blockbuster, la peli rompe taquillas, el proyecto de un gran estudio para triunfar en taquilla a toda costa. Preferentemente dirigida a un público muy joven ávido de aventuras y efectos especiales (hasta aquí nada que recriminar) pero cuyos guiones se fueron haciendo cada vez más pobres. Ya en los ochenta tuvimos blockbusters bastante decentes como Cazafantasmas, Willow, Regreso al futuro, Batman o la saga de Indiana Jones. Pero en los noventa y décadas posteriores los avances técnicos se comieron a las historias. Gente como Michael Bay o Roland Emmerich (puag!!) se hicieron de oro con pelis bastante infumables pero que recaudaron lo indecible: La roca, Independence Day, 10000 o Transformers son claros ejemplos. Ahora el cine de aventuras parece casi dirigido por y para idiotas. No hay historias, ni ganas de innovar si exceptuamos en los efectos especiales. No es culpa de Lucas sino de los que siguieron el camino que él abrió.

2. ¿Plagio u homenaje?:
Realmente Star Wars no es una historia muy original. Lo de una princesa secuestrada en un castillo y un joven caballero dispuesto a rescatarla no es nada nuevo (muchos ven también la alargada sombra de Tolkien). Si cambias los caballos de cualquier relato medieval por naves espaciales, ya casi tienes el guión de Star Wars.
De hecho, Star wars (la original, lo que luego se llamó Episodio 4, Una nueva esperanza) se podría considerar como una versión espacial del film japonés La fortaleza escondida de Akira Kurosawa. Incluso usa las mismas transiciones (cortinillas) entre escenas. Lucas reconoce ser un rendido fan de Kurosawa.
3. Influjo oriental:
Los Jedis recuerdan a monjes budistas, su orden pseudo-religiosa y su concepción de la energía (fuerza) recuerdan a una orden budista. Sus vestimentas son una prueba inequívoca. Por otro lado, la máscara de Darth Vader recuerda a la de un guerrero samurái. Así mismo las empuñaduras de las espadas laser son muy semejantes a las de las espadas japonesas. Incluso el nombre de ciertos personajes no deja de recordarnos a oriente: Obi-wan, Qui-Gon Jinn. Y la prueba definitiva es que Toshiro Mifune (quien actuaba en La fortaleza escondida) fue la primera opción de Lucas para encarnar a Obi-Wan.

4. ¿Plagio Músical?:
En vez de usan una banda sonora fundada en sonidos electrónicos o sintetizadores (ya usados con éxito en las pelis de ciencia ficción de los años 50), Lucas le encargó a John Williams una banda sonora tradicional. Es decir, con toda la fanfarria de una gran orquesta. Los efectos especiales pueden ser innovadores pero la emoción que se logra con una gran orquesta es difícil de imitar. Pero el score de Williams se parece peligrosamente en sonoridad y notas al compuesto por el desconocido compositor Erich Wolfgang Korngold para el desconocido film King's row de 1942. Lucas y Williams reconocen que escucharon esa banda sonora y se basaron en ella para crear la de Star Wars.


5. Fallos de guión.
No me refiero a fallos de racord que todas las películas suelen tener a cientos. Me refiero a que Lucas ha vendido la moto de que tenía desde el principio pensadas (y casi escritas) 9 películas divididas en 3 trilogías. Yo no me lo creo.
Pensemos en ciertos detalles:

-La estrella de la muerte se destruye en el episodio 4, pero en el episodio 6 el imperio está construyendo una idéntica con prácticamente el mismo fallo de seguridad, fallo que vuelven a aprovechar los rebeldes para destruirla otra vez. ¿No resulta demasiado simple volver a caer en el mismo error? ¿A nadie se le ocurrió pensar en cambiarle el aspecto? La podían haber hecho con forma de estrella esta vez, o cuadrada. Un fallo garrafal. Por no mencionar a los inocentes obreros que perecen en su destrucción ¿O los rebeldes atacan en día festivo?.
- Lucas hizo que el constructor de C3PO fuera Darth Vader de niño, pero es un dato que no aporta nada a la trama. Por cierto, Obi-wan no reconoce a R2D2 en la trilogía original aunque según Lucas hace años fueron grandes compañeros y le salvó la vida varias veces. A C3PO le borraron la memoria en el episodio 3 (hecho metido con calzador), pero... y a R2D2???

-No olvidemos que en El retorno del Jedi (episodio 6, vaya lío) Luke le pregunte a Leia por su madre y ésta responde que la recuerda como una mujer muy triste. OK, pero… su madre muere nada más dar a luz y no viven con ella ni un minuto, los apartan de ella casi sin tiempo ni para ponerles el nombre. Imposble que Leia tuviera esos recuerdos de su madre.

-Otro ejemplo, pensemos cuando se enfrentan Obi-wan y Darth Vader en el episodio 4, Vader le dice eso de “cuando nos separamos tú eras el maestro y yo el aprendiz, pero ahora el maestro soy yo.” Muy dramático, pero no cuadra, en el episodio 3 Anakin ya no es el aprendiz de Obi-Wan, ya es caballero Jedi. No se hacen reproches relativos a Mace Windu ni al senador Palpatine, simplemente porque Lucas aún no los había imaginado ni desarrollado. La saga se ha ido escribiendo sobre la marcha y a veces se contradice.

6.¿Innumerables ediciones y retoques?
Dice Lucas que un director nunca termina una película, sólo la abandona por falta de tiempo. Siempre hay detalles que le gustaría perfeccionar. No le falta razón, pero Lucas lleva 30 años retocando Star wars. Sus películas sufren retoques en cada nueva edición y remasterización que cada cierto tiempo el amigo se saca de la manga. No sólo cambia planos y mejora los efectos especiales. Incluye escenas que no aportan nada (la de la ridícula actuación musical en la guarida de Jabba the Hutt o la escena de Jabba en el puerto espacial de Mo Saisley) e introduce efectos y retoques digitales.
Al actor que puso cara a Darth Vader le borraron las cejas digitalmente en la última edición de El retorno del Jedi ya que en el episodio 3 todos vimos como se quemó cuando aún era Anakin Skywalker. En las anteriores ediciones estaban las cejas. Igualmente dicho actor fue sustituido digitalmente por Hayden Christensen en la escena en la que Luke ve a su padre junto a Yoda y Obi Wan. Retoques a posteriori que evidencian que la trama se ha ido improvisando sobre la marcha.

Yo espero que incluya de una vez (en la reedición espacial superdeluxe 3D en super blu-ray) algunas escenas de La guerra de las galaxias como la del grupo de amigos que tiene Luke en Tatooine en la que se ve a una pareja retozando en un sofá o la de la chica con la que se está besando Han Solo en la cantina. Son un par de ligeras referencias sexuales que a Lucas no debieron parecerle adecuadas. Yo creo que no desentona nada que un contrabandista tenga un ligue en un bar ni que unos jovenzanos se diviertan de acuerdo a su edad, por muy lejana de la nuestra que sea su galaxia.

7. Que la pasta te acompañe
Lucas ha sido siempre un hábil hombre de negocios más que un gran director, se quedó con los derechos y beneficios de todo el merchandising de la franquicia y ya te puedes imaginar la de millones de posters, muñecos, juegos de ordenador, mochilas, baberos, pijamas y camisetas que se han vendido con el logo de Star Wars. A veces da la sensación de que ciertos escenarios y personajes de la segunda trilogía hansido creados únicamente para venderlos como muñequitos o escenas para el videojuego.
Lucas hizo el ridículo al infantilizar demasiado su episodio 1: cierto personaje de grandes orejas (cuyo nombre no voy a mencionar para no provocar una perturbación en la fuerza) es irritante para todo espectador mayor de 4 años. Igualmente el personaje de Anakin de niño no es nada interesante, evidenciando que Lucas intentaba atraer a cualquier precio al público infantil. El público que más consume. Igualmente, posteriores acercamientos al universo Star Wars han sido siempre bastante infantiles con esas series animadas para niños.

Por cierto, yo sigo sin entender los 16 años que pasaron entre El retorno del Jedi (1983) y La amenaza fantasma (1999). Dice Lucas que esperaba hasta que los efectos digitales evolucionaran lo suficiente, yo pienso que tuvo otros motivos. Su divorcio le salió muy caro, se dice que en el acuerdo extra judicial su ex mujer se llevaba la mitad de todos los beneficios que generaran Star Wars e Indiana Jones hasta 1998, qué causalidad.
Además, los fans de la saga original ya eran muy mayores y estaban bajando las ventas de merchandising. Era ya hora de buscar un nuevo público/mercado. Que es lo que somos al fin y al cabo.




domingo, 7 de marzo de 2010

Una educación (An education)


En el Londres de 1961 Jenny, una aburrida estudiante de 16 años, conoce al hombre ideal.



An education es un film sobre el camino hacia la madurez, un camino lleno de esperanzas, dudas y sinsabores. El guión de Nick Hornby (Alta Fidelidad) no narra una gran historia de amor, no es un drama fuera de lo normal, ni nada que no se haya narrado antes, pero logra darle suficiente personalidad como para que atrape al espectador desde el primer momento.


No voy a contar nada de la trama para no romper el hechizo pero la danesa Lone Scherfig (Italiano para principiantes) tiene el mérito de no caer nunca en el pastelón ni en la sordidez en los que la historia podría haber derivado fácilmente. Scherfig plasma perfectamente la época y las costumbres británicas además de entregar un film que rebosa british style por los cuatro costados. Como buen film británico (lo produce la BBC), tiene un buen gusto exquisito y consigue no dejarse llevar por los excesos. Esta misma historia dirigida por Bigas Luna hubiera estado llena de escenas de iniciación sexual y desnudos. Te lo juro.

El mérito del film recae en la acertada dirección y en unas interpretaciones casi perfectas. Hay personajes que fácilmente podrían haber caído en lo inverosímil o lo ridículo pero en la película se nos antojan cercanos y creíbles. En especial me gustaron los padres de la chica, son estrictos y quieren lo mejor para su hija, van con pies de plomo en cuanto a su educación y su futuro pero no son infalibles. A veces uno no ve lo que tiene delante sólo porque no quiere verlo.


También la cuidada fotografía, la música y el montaje consiguen obviar los elementos más turbios consiguiendo que el espectador se ilusione con lo que está viendo, olvidando lo evidente, como si de la misma protagonista se tratara.

Yo me quedo con la joven Carey Mulligan y su luminosa interpretación. Consigue que compartamos los sueños y las dudas de una chica que vive demasiado deprisa en un mundo que no es el suyo. Ella es lo mejor de la película. También Peter Sarsgaard (La huérfana), Emma Thompson y Alfred Molina están francamente bien.


La verdad es que An education es una buena película, aunque no deslumbre ni cautive, ni lo pretenda. Sí consigue mantener el interés en todo momento (algo que no muchas películas consiguen hoy en día) mientras su acertado tono la hace deliciosa por momentos.

6,5


viernes, 5 de marzo de 2010

Beirut: Postcards from Italy.

Yo pensaba que este tema era original de Florence and the machine, pero gracias a mi colega Juan Antonio he descubierto que es del grupo Beirut. A mí me gustan las dos versiones.






miércoles, 3 de marzo de 2010

I'm not there



Con más de 2 años de retraso nos llega esta película de arte y ensayo sobre la obra y las múltiples vidas de Bob Dylan.


Todd Haynes (Velvet Goldmine, Lejos del cielo) ha elaborado un curioso proyecto que no es ni un biopic ni un documental sobre Bob Dylan, es más bien un film independiente que toma la figura de Bob Dylan como excusa para presentar diversas historias que podría haber protagonizado el famoso músico norteamericano.





En su evolución personal y artística Bob Dylan ha ido errando como si de un auténtico juglar se tratara. Siempre cambiando de estilo y huyendo del encasillamiento, Dylan se ha transformado (o lo ha intentado) en diversos personajes que aquí protagonizan cada uno de los segmentos del film. Un lío, pues sí, sobre todo si el nombre de Bob Dylan no aparece nunca y en cada segmento le interpreta un actor diferente. Desde un niño de color a Billy el niño pasando por un cantante mujeriego, todos los protagonistas del film podrían haber sido Bob Dylan, pero ninguno lo fueron. Todos tienen algo en común con él, trozos de su personalidad, pero no son él. Como bien indica el título, el escurridizo Dylan no está en esta película, pero sí su espíritu.


En general los segmentos son bastante poéticos y algo confusos para el espectador no iniciado: montaje no lineal, cambios constantes en la fotografía, disertaciones sobre el arte y la fama, etc. Desde luego las canciones son el hilo conductor que vertebra todo el conjunto.


Los segmentos entrelazados son de desigual interés, yo me quedo con el del niño que huye permanentemente con su guitarra asesina de fascistas y con el de Cate Blanchett. Blanchett hace una interpretación casi mimética del Dylan de mediados de los años sesenta. Su interpretación es la más creíble de todas a pesar de ser una mujer interpretando a un hombre. Sólo por ella y sus gestos, su forma de fumar y meterse en el personaje vale la pena ver el film. Christian Bale (Terminator salvation) y Heath Ledger (El caballero oscuro) están bastante bien en sus parciales retratos de Dylan. Del resto del reparto me quedo con Charlotte Gainsbourg (Anticristo) y Julianne Moore (A ciegas).

Sigo sin entender qué pinta Richard Gere haciendo de Billy el niño, el cine experimental es así, aunque su segmento tiene uno de esos momentos mágicos en los que música e imagen se funden en una escena memorable (el funeral). También me gustó mucho la famosa anécdota (y la bronca posterior) de cuando Dylan se subió al escenario con una guitarra eléctrica en un festival folk.


Pues eso, arte y ensayo sobre Bob Dylan, muy buenas canciones y no apta para todo tipo de espectadores.


6,5


lunes, 1 de marzo de 2010

Shutter Island




Martin Scorsese me parece uno de los pocos maestros del séptimo arte que aún siguen en activo aunque últimamente no haya estado muy acertado. Sus películas siempre son interesantes pero parece haber adquirido esa peligrosa tendencia a inflar sus películas con excesivo metraje. Tanto Gangs of New York como el Aviador me parecieron películas algo fallidas, la cosa mejoró bastante con Infiltrados pero en Shutter Island la excesiva duración vuelve a ser un lastre que acaba por no dejar despegar al film.
Shutter Island empieza francamente bien, Scorsese demuestra su experiencia y su talento en una primera hora realmente electrizante. Nos plantea un fascinante misterio en un lugar amenazante, una isla prisión para presos dementes. La puesta en escena es casi terrorífica y los actores están realmente bien. Pero pronto la historia da un giro inesperado (y no será el primero), de un film de detectives se torna en un enrevesado thriller psicológico con toques a lo Hitchcock (Recuerda puede ser la influencia mayor). Las inquietantes escenas oníricas son cada vez más frecuentes y el espectador se ve atrapado en una pesadilla de la que no ve salida. Me gustaron mucho las ensoñaciones del protagonista (el apartamento, el oficial nazi, las alambradas), realmente bellas a la vez que terribles.


Desde luego, Scorsese lleva perfectamente las riendas del film y sabe elaborar todo un complejo laberinto en el que realidad y ficción son casi inseparables. La mencionada influencia de Hitchcock (patente en el plano de la ducha o en las escaleras del faro) ayuda a crear ese ambiente irreal que poco a poco va apoderándose de la cinta. El guión va dejando pistas para que el espectador vaya formulándose sus propias hipótesis (acertadas o no), pero al final el espectador acaba algo cansado. Es una pena que una muy buena película se haga pesada hacia el final, estropeando todo el conjunto. Puede que se deba aque han sido demasiado fieles a la novela y ya sabemos que el ritmo narrativo no es el mismo en literatura y cine.
En especial creo que le sobra alguna escena cercana al final (la conversación en el jeep, el lago), creo que no son necesarias y provocan cierto tedio entre el público (en la sala pude ver algunos relojes que se encendían y oír algunos bostezos).

138 minutos son excesivos para este tipo de películas en las que nunca sabes qué es real y qué es imaginario. Carretera perdida, El corazón del ángel o La escalera de Jacob son buenos ejemplos de films que te sumergen en una pesadilla. Pero lamentablemente Shutter Island consigue sumirte en el aburrimiento en su último tramo debido a esas escenas reiterativas que realmente no aportan nada a la trama.

En cuanto a los actores, creo que Leonardo DiCaprio demuestra una vez más que es un buen actor (muy alejado de la estrella juvenil que era hace unos años), que consigue salir airoso con su complicado personaje. Igualmente Mark Ruffalo (Zodiac), Ben Kingsley (Transsiberian) y Max Von Sydow (El séptimo sello) están bastante correctos. A destacar la presencia de los siempre intrigantes Jackie Earle Haley (el Rorscharch de Watchmen y el nuevo Freddy Krueger) y Elias Koteas (Crash, Exorcismo en Connecticut).

Un recorte en el metraje le hubiera hecho mucho bien a este film y lo hubiera alzado al Olimpo de las grandes películas de su autor.
Aún así, creo que sólo por su primera hora y media de terror gótico vale la pena.
7