lunes, 29 de octubre de 2012

The amazing spider-man



¿Quién necesitaba otra película sobre Spider-man? Nadie, las tres películas de Sam Raimi no estaban mal (excepto la tercera) y están muy recientes aún en la memoria (la primera es del año 2002 y la última del 2007). Tampoco los efectos especiales han evolucionado tanto en estos 5 años como para hacer mucho más espectaculares los vuelos del trepamuros entre los rascacielos. Así pues, no hacía falta volver sobre el personaje y mucho menos volver a contarnos sus orígenes. Este reboot (o reinicio o vuelta a empezar) parte con el problema de que es totalmente innecesario.


Otro problema añadido es que detrás de las cámaras no hay un veterano director con un estilo propio (aunque sometido a los dictados del cine comercial) como el Raimi de la saga original. Aquí dirige Marc Webb, un joven director cuya opera prima 500 días juntos me gustó mucho, pero que ahora se ha enredado en la red de este innecesario blockbuster sobre el hombre araña y ha salido bastante mal parado. Es Amazing Spider-man  un film de estudio sin hueco para el lucimiento del director. Los problemas no acaban aquí, en el guión se ha permitido el lujo de modificar los orígenes del personaje clásico adaptándolos a los nuevos tiempos tipo las colecciones ultimate, vamos, volver a contar  los inicios de los personajes Marvel clásicos pero adaptados a la época actual, no olvidemos que las primeras hazañas del trepamuros se publicaron en los años 60. No me gustó todo el rollo de implicar a los padres de Peter Parker con la corporación Osborn ni cómo muere el tío Ben. Me gustó mucho más en la original. Tampoco me pareció creíble que todo el mundo descubra quien demonios se esconde bajo la máscara de nuestro vecino Spider-man, casi queda ridículo que se quite tanto la máscara.
En el guión se hace alusión a la responsabilidad y a las consecuencias de los actos y bla bla bla... pero no hay ni una pincelada de ironía o humor y hay tantas coincidencias que no hay quien se lo crea (que ya es decir). Además, ciertos personajes desaparecen de la trama sin motivo quedando como meras comparsas desdibujadas, creando en el espectador una sensación de improvisación o simple chapuza.


  En cuanto a los actores,  el Peter Parker encarnado por Andrew Garfield es un chaval insufrible, gesticulante y con un toque outsider del cual el original carecía completamente. Lo de que vaya en skate no me parece mal, tampoco lo de los lanza-redes me acaba de disgustar, en eso han sido fieles al cómic. El cambio del diseño del traje casi lo veo lógico aunque me quedo con el de toda la vida. Vale que Emma Stone está radiante con esa diadema y con esas minifaldas conjugadas con botas y leotardos (aquí han sido también fieles a la imagen de los cómics originales) y resulta una Gwen Stacy bastante más creíble que la encarnada por Bryce Dallas Howard en Spider-man 3. Lamentablemente, el villano de turno carece de carisma y parece de todo menos aterrador, este Lagarto interpretado por Rhys Ifans no está a la altura y de ello se resiente todo el film.


Pero todo lo mencionado anteriormente tendría perdón y lo pasaríamos por alto si el film fuera trepidante y divertido, pero no es el caso. Yo me aburrí, algo que nunca me había pasado con ninguna de las tres películas de Raimi.

 Resumiendo, se puede ver pero no supera a las anteriores, ni siquiera a la tercera entrega que era la más floja con diferencia. Supongo que su único propósito era iniciar una nueva franquicia, cosa que sí han logrado.


4

sábado, 27 de octubre de 2012

Madrid, 1987



Madrid, 1987 es una rareza dentro del panorama cinematográfico español. David Trueba escribe y dirige una película arriesgada sobre dos personajes desnudos atrapados en un baño.

 Ya desde los títulos de crédito iniciales Trueba  elabora un sano ejercicio de economía de medios y nos sitúa en la España de 1987 usando unas noticias radiofónicas y unas portadas de revistas. Trueba consigue meternos en situación con unas breves pinceladas y luego se centra en unos elaborados diálogos entre sus dos protagonistas, José Sacristán (uno de mis actores favoritos) y María Valverde (una de las actrices jóvenes españolas más prometedoras) . Sacristán es Miguel Batalla, un maduro columnista de vuelta de todo, temido y respetado a partes iguales. Ha llegado a un punto en el que se siente totalmente libre para decir lo que piensa sin importarle las consecuencias. Su fama le precede y él nunca defrauda. El carácter cínico del personaje puede recordarnos a personajes reales como Joaquín Sabina, Fernando Fernán Gómez (al que David Trueba ya le dedicó un documental) o Arturo Pérez Reverte. Posiblemente haya elementos y citas de todos ellos y muchos otros en el guión de la película.
Hay que reconocer que ya no quedan en este país muchos actores con el suficiente carisma para dar credibilidad a un personaje así. Lamentablemente, algunos de los actores que se me ocurren ya han fallecido: Sancho Gracia, Juan Luis Gallardo o Fernando Fernán Gómez. Por cierto, lo que daría yo por tener la voz de José Sacristán, empiezo a fumar y a beber como un cosaco hoy mismo. Sacristán está inmenso, en uno de esos papeles que en Hollywood le habrían dado el Oscar aunque aquí nunca le hayan dado ni un patético Goya honorífico. Sacristán resulta creíble en la piel de su personaje, no obstante, hay que reconocer que al principio sus frases lapidarias resultan algo impostadas. Por suerte, la cosa mejora rápidamente.
  María Valverde es la joven estudiante de periodismo que desea aprender del maduro escritor. Ella desea conocimiento y él sólo desea el cuerpo de la joven. La unión primero voluntaria y luego forzosa de estos dos personajes tan distintos no es usada por el menor de los Trueba para dar grandes lecciones de historia de este país ni nada similar, tampoco hay una moraleja clara. Sólo son dos personajes atrapados en un baño sin más metáforas ni segundas interpretaciones. Puro amor al cine de personajes y diálogos.

La trama avanza de forma fluida y sin grandes esfuerzos para el espectador. Si bien algunas situaciones se resuelven de forma un poco forzada, en líneas generales, el film es coherente y se sigue con interés. Los personajes no sólo acabarán desnudos físicamente sino que también se desprenderán de muchas otras cosas bastante menos tangibles. El salto generacional y las diferentes visiones de la vida serán el motor de su conversación. Personajes hablado sin parar pero sin llegar a aburrir nunca (esto no es Cosmopolis). Me gustaron mucho las disertaciones sobre el estilo, la música en el cine o la magnífica escena de la sala de cine (nunca un marco y unas baldosas me habían parecido tan interesantes).

Podría parecer que la premisa tiene algo que ver con la fallida Habitación en Roma, pero lo resultados son totalmente distintos. Casi se parece más a ese primer cine de Polanski con pocos personajes confinados en un espacio limitado, pero sin ese toque oscuro propio del mejor Polanski.

Interesante y recomendable experimento.


miércoles, 24 de octubre de 2012

La habitación de Fermat (2007)


Vaya por delante que no soporto a Luis Piedrahita, su imagen de gafapasta (con ese flequillo y esos jerséis) me repele bastante, y me veo en la obligación de añadir que tampoco sus monólogos, ni sus libros sobre obviedades ni sus trucos de magia me ilusionan demasiado.

Dejado bien claro que no soporto al personaje, debo comentar ahora la película que ha escrito y dirigido junto con Rodrigo Sopeña (al cual no tengo el gusto de conocer). No es que estos dos pájaros sean unos genios, pero se nota que han visto mucho cine y han sabido sacarle partido. Su guión bebe directamente de otras películas (Cube, Saw) en lo que toca a personas atrapadas en un medio hostil que deben usar su inteligencia (y algo más) para salir con vida. La habitación de Fernat es una película de género, con un buen guión y bien hecha.  A una peli así no hay que pedirle nada más que entretener, sin grandes alardes ni interpretaciones que te hagan llorar. Sólo entretener. No ha inventado nada, pero cumple muy bien con los parámetros del género (sorpresas, engaños, falsos culpables), tiene un ritmo bastante logrado, la película entretiene y pasas un buen rato.

Puestos a sacar pegas: Vale, en algunos momentos (sobretodo al principio) tiene un aire televisivo y el guión tiene algunas incoherencias. Los acertijos no son muy complicados (no hacía falta que los personajes fueran matemáticos para resolverlos) y algunos son bastante conocidos. Pero son fallos totalmente perdonables teniendo en cuenta que es su primera película.
En cuanto a los actores: Federico Luppi no sale mucho pero lo borda (viene siendo habitual); Lluís Homar, Alejo Saura y Elena Ballesteros están bien, aunque quien más me sorprendió (gratamente) fue Santi Millán en un personaje bastante alejado de lo que viene siendo habitual en él. Una buena opera prima, ya quisieran muchos directores consagrados entretener así al espectador. 6

martes, 23 de octubre de 2012

Depeche Mode: Angel



Este es el avance del nuevo disco que han terminado Depeche Mode, del disco no sabemos el nombre sólo que saldrá en la primavera de 2013 y ya han anunciado una gira para el próximo verano. Parece ser que tocarán en el festival BBK Live. Habrá que ir a Bilbao otra vez. Siempre es una buena noticia tenerlos de vuelta y más si vienen precedidos por una canción así de interesante.

lunes, 22 de octubre de 2012

A Roma con amor (To Rome with love)


Woody Allen continúa su exilio voluntario por la vieja Europa en busca de lugares fascinantes (y cuyos políticos estén dispuestos a financiar sus películas). Londres le inspiró sus películas más oscuras (El sueño de Casandra, Match Point), París la más onírica y Barcelona la más estúpida, esta vez le toca a Roma y se nota descaradamante ya desde el título que el film es un rendido homenaje a la capital italiana.
Allen vuelve a sus historias de parejas y enredos. Nada nuevo. Sigue con sus historias de turistas adinerados  que acaban enamorados de la ciudad que visitan y de sus habitantes. Para Allen Roma no es sólo un destino turístico, es un lugar soñado que saca lo mejor de cada uno y en el que cualquier cosa es posible.
 Las distintas historias que nos presentan tiene todas un toque onírico muy sutil que Allen ya había introducido con acierto en films anteriores como Midnight in Paris o La rosa púrpura del Cairo. Aquí el elemento fantástico es tratado casi como una fábula. En cada historia hay un elemento irreal que la hace muy disfrutable. Ya sea un guardia de tráfico que habla directamente al espectador o un famoso arquitecto al que nadie parece ver excepto el joven al que da consejos, parece que todo es posible en la ciudad eterna. Me gustó especialmente la escena de la joven que se pierde en busca de una peluquería. También me agradó la historia del ciudadano anónimo que se convierte en famoso sin saben cómo ni porqué, me pareció bastante kafkiano y toda una acertada metáfora sobre la fama. Otros momentos surrealistas como el de la ducha me parecieron menos logrados pero le sirven a Allen para criticar las vacuas excentricidades en las que a veces cae el arte moderno. No se puede sacar del guión ninguna interpretación ni moraleja clara, sólo son unas historias para pasar el rato, sin nada en común entre ellas excepto que se sitúan en la ciudad de Roma y en muchos de sus lugares más emblemáticos.

 Allen no se complica la vida y rueda de forma sencilla y directa. Lo que mejor se le da, con un buen guión y buenos actores no hacen falta experimentos ni grandes presupuestos. Introduce bellos planos de los monumentos de Roma pero no cae en el publireportaje turístico (aunque está a punto). Por cierto, en los títulos de crédito iniciales no utiliza un tema de jazz sino que esta vez le cede el honor al famoso Volare de Domenico Modugno.

Los actores están bien y resultan creíbles. Jesse Eisenberg sigue dando el pego de joven pardillo mientras Ellen Page (Juno, Origen) me sigue pareciendo cada día más guapa y mejor actriz. De Penélope Cruz se puede decir que está bien en su divertido personaje de prostituta alleniana. Allen ya dijo hace años que le recordaba a la Sofia Loren de su mejor época. El que me sorprendió gratamente fue Roberto Benigni, al que normalmente no soporto, su tendencia a exagerar muescas y gestos me suele sacar de quicio, aquí no es que esté comedido pero su histrionismo le queda bien a su personaje. Supongo que Allen quería un actor que moviera mucho las manos para representar al italiano medio.

A Roma con amor es un homenaje a la ciudad eterna a base de fábulas sin moraleja, sólo Woody Allen puede permitirse tales lujos hoy día y salir victorioso.

6,5

domingo, 21 de octubre de 2012

Lo imposible


Con El orfanato el director Juan Antonio Bayona y su amigo el guionista Sergio G. Sánchez ya nos sorprendieron gratamente. Todas las esperanzas que pusimos en estos jóvenes se  han visto cumplidas e incluso superadas con Lo imposible.

Bayona y Sánchez podrían haber seguido con el género del terror o podrían haberse ido a Hollywood a rodar cualquier entrega de una nueva franquicia de vampiros adolescentes o la última peli de acción de Bruce Willis. Pero no, se embarcaron en la titánica tarea de adaptar la historia de una familia española que sobrevivió al tsunami que asoló Tailandia en el año 2004. El proyecto les ha llevado 5 años y ha costado unos 30 millones de euros, que parece muy poco si lo comparas con las súper producciones hollywoodienses pero dentro del panorama español es una barbaridad. Por suerte, cada céntimo invertido en esta película ha sido bien empleado. Parece ser que el film está siendo todo un éxito en taquilla y pronto van a recuperar la inversión, se lo merecen.
Se lo merecen básicamente a que su película no tiene nada que envidiar a cualquier súper produción que nos llega del otro lado del charco, todo lo contrario, ya quisieran muchas pelis yanquis tocarnos la fibra y emocionarlos la mitad de lo que lo hace Lo imposible. Con una factura técnica impecable y una dirección artística asombrosa Bayona nos entrega un film de catástrofes que va mucho más allá. No se queda en mostrarnos una impactantes imágenes que nos demuestran una vez más lo insignificantes que somos comparados con la madre naturaleza, sino que Bayona desarrolla todo un drama humano a base de una sensibilidad pocas veces vista en una sala de cine.



 Bayona se confiesa fan de Spielberg, como casi todos en este negocio, y se nota que ha aprendido mucho viendo las grandes películas del que una vez fue llamado Rey Midas de Hollywood. El uso de la luz y la espectacularidad de muchas escenas recuerdan al mejor Spielberg, ése al que echamos de menos desde hace bastantes años. Bayona logra algo que su maestro lleva tiempo sin conseguir: unir espectáculo visual y el drama familiar sin resultar cursi ni pedante. Es más, Bayona se nos muestra como un autor maduro a pesar de ser su segundo largometraje: sabe mover la cámara, sabe dirigir a los actores y sabe emocionar al espectador. Nos sumerge de lleno en la trama, no se lía con innecesarias presentaciones de personajes ni diálogos para rellenar metraje, tampoco se pone filosófico divagando sobre el sentido de la vida, el destino, la muerte, etc ni se enreda con la belleza de los paisajes. Ahí donde vacas sagradas como Clint Eastwood o Shyamalan fracasaron estrepitosamente al intentar reinventar el cine de catástrofes, Bayona sale airoso. No ha inventado nada nuevo pero conjuga elementos ya existentes de forma muy equilibrada dando como resultado todo un torbellino de emociones.


Bayona entrega un film perfectamente planificado y ejecutado de principio a fin. No es un film perfecto pero sí que se acerca bastante a lo que yo definiría como un film redondo. Es brutal y cruel cuando debe serlo, estáis avisados, pero sin caer en el exceso, así como también sabe ser tierno sin caer en la cursilería.
Se puede decir en su contra que el film se vende como una historia verdadera pero no se han mantenido ni los apellidos ni la nacionalidad de la familia protagonista, supongo que la obligación de rodarla en inglés con actores anglosajones en busca de una mayor recaudación ha sido el detonante de este cambio. También desconozco si los momentos más emotivos del film sucedieron realmente así, no lo sé, puede que se hayan tomado ciertas licencias pero en la peli funcionan a la perfección y yo no podía dejar de llorar.


De los actores sólo me cabe decir que tanto Naomi Watts como Ewan McGregor están sobresalientes. Una historia así de dura depende totalmente de la credibilidad y empatía que consigan crear sus protagonistas en el espectador. La película tiene escenas muy complicadas tanto física como emocionalmente para estos dos actores y ambos están a la altura y demuestran que son algo más que estrellas. Otro acierto del casting son los niños, excelentes todos ellos. También cabe destacar el breve pero intenso personaje de Marta Etura.

No sé, podría contar muchas cosas de la trama o destacar varias escenas que me hicieron llorar pero mejor no os cuento nada. El cine comercial debería ser capaz de unir espectáculo y sentimiento, ojalá todas las películas fueran como Lo imposible.



8

lunes, 15 de octubre de 2012

Starship Troopers


Me preguntaban recientemente en un comentario mi opinión sobre Starship troopers. Pues debo decir que soy un declarado defensor de esta película, no es una obra maestra pero sí un film mucho más interesante de lo que parece a primera vista.

Bajo la apariencia de una película de acción descebrada y algo fascistoide, Paul Verhoeven elabora una acertada crítica a la sociedad actual y hacia ciertas derivas autoritarias y paramilitares. Quizás muchos no se dieran cuenta y sólo vieran un film de acción a lo Independence Day o chorradas similares, pero Starship troopers es algo más. Verhoeven ironiza sobre los tópicos del cine de acción. No en vano el guión es de Eduard Neumeier, responsable también de Robocop, otra película mucho más compleja de lo que parece. El guión se basaba en la controvertida novela homónima de Robert A. Heinlein publicada en 1959. Para muchos la novela de Heinlein era una apología del militarismo y fue acusada de glorificar innecesariamente la guerra.

Verhoeven utiliza a actores muy malos pero muy guapos para los papeles protagonistas. Toda una declaración de intenciones, como casi en cualquier blockbuster: los protagonistas deben ser jóvenes y guapos a rabiar, la dictadura de la belleza en este tipo de películas es la primera que denuncia Verhoeven. Desde luego Casper Van Dien, Denise Richards y Dina Meyer no son grandes actores, pero son guapos. Para el veterano instructor Verhoeven contrató a Michael Ironside, un tipo nada guapo pero con innegable carisma y cara de duro, con quien ya había trabajado en Desafío total. La belleza de los protagonistas contrasta con la extrema violencia y crueldad de alguna de las escenas.


 El film tiene un ritmo muy ágil y no pierde mucho tiempo en la introducción de personajes. Como en la novela, nunca sabemos realmente qué piensan o qué sienten, su identificación con los valores de su sociedad futura es total. No hay espacio para individualismos. Verhoeven tiñe su film bélico de un cinismo imperdonable, primeramente sitúa la capital del planeta en Buenos Aires, algo inusual: un film americano en el que no se hace gala de la supremacía norteamericana. Verhoeven viene a decir que el imperio americano no va a ejercer su hegemonía eternamente, nada permanece invariable en el tiempo. Roma cayó y América también caerá.


 Verhoeven es consciente de los tópicos del cine bélico de las últimas décadas y decide mostrarlos sin tapujos. El film no es un panfleto propagandístico más, es una crítica a las películas bélicas a base de evidenciar sus múltiples carencias. Primeramente se ve una sociedad militarizada en extremo, el servicio militar dura 2 años y sólo después de realizarlo se adquiere el status de ciudadano. Es el paso por el servicio militar lo que le da a uno la capacidad de decidir y votar, no es obligatorio pero sí necesario para tener un porvenir. Verhoeven viste a sus guapos actores de uniformes que recuerdan irremediablemente a los trajes nazis y un halo de fascismo impregna toda la sociedad que presenta en su film. Incluso los humanos se creen la raza superior frente a otras especies de otros mundos y están  dispuestos a expandirse por toda la galaxia.  No veo apología del fascismo en todo ello, más bien todo lo contrario. Verhoeven pone en evidencia muchas ideas que vemos diariamente en el cine bélico.

Luego se nos presenta una amenaza del espacio exterior bastante forzada, parece como si todo fuera una invención de las autoridades para mantener a la población bajo control. Ya se sabe que el miedo es la mejor manera de aumentar el consumo y de mantener a la población bajo control. Tanto el origen de la amenaza como su final neutralización parecen bastante sospechosos, casi parece que todo ha sido orquestado por el Estado. Otra velada alusión al nazismo es que los humanos se creen la raza superior y están  dispuestos a expandirse por toda la galaxia, algo en lo que chocarán con los arácnidos.

Todo lo anterior no quiere decir que el film no funcione como película de acción, todo lo contrario. Es un film divertido con estupendos y revolucionarios efectos especiales. Verhoeven se mueve como pez en el agua en las escenas de acción y nos regala escenas memorables como la de la invasión del fuerte (que recuerda irremediablemente a las viejos westerns del séptimo de caballería).

El estilo Verhoeven consiguió salvar esta película de la mediocridad frente a decenas de  films de ciencia ficción de los años 90.

jueves, 11 de octubre de 2012

The rolling stones: Doom and gloom


Ya está aquí el nuevo single de The rolling stones. Su primer single en 7 años y uno de los más enérgicos desde hace por lo menos 15. Este tema es uno de los dos nuevos que han grabado para el triple álbum de grandes éxitos GRRR que sale en Noviembre (para que se venda bien en Navidades) y contiene 50 temas de sus otros tantos años de existencia. Por supuesto, habrá edición de lujo a un precio prohibitivo.
 Puede que sea una pura estrategia de marketing, puede que entre ellos no se soporten o que Jagger esté más interesado en otros proyectos, pero el dinero es el dinero y The rolling stones siguen moviendo cantidades enormes del vil metal. No sabemos aún si habrá una gira para celebrar sus 50 años, parece que sólo se han confirmado unas pocas actuaciones en Londres y Nueva York, nadie parece confiar que estos viejos diablos del rock and roll aguanten ya muchos trotes. Pero oyendo este tema nadie diría que sus satánicas majestades estén acabados o ronden los 70 años.




Actualización: finalmente han sacado un vídeo oficial al uso con la participación de la actriz Noomi Rapace.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Retratos de una obsesión (One hour photo, 2002)



Mark Romanek es uno de los mejores directores de vídeos musicales de las últimas décadas. Sus vídeos para Nine inch nails o Madonna son auténticas obras de arte que deberían exhibirse en un museo. Romanek dio el salto a la gran pantalla con un arriesgado film sobre la soledad: Retratos de una obsesión.

Hubo una época (no hace mucho) en la que las cámaras fotográficas necesitaban un carrete que debía ser revelado en un laboratorio. Antes de la era digital, las familias llevaban sus fotos a revelar a laboratorios de revelado como  en el que trabaja Sey Parrish (Robin Williams).
 Como trabajador de uno de estos laboratorios fotográficos, Sey ve los momentos felices de los demás (los cumpleaños, las vacaciones, las fiestas), nadie se hace fotos en los momentos tristes o cuando está solo. Sey nunca se hace fotos, no tiene nada que celebrar ni compartir con nadie. Sey no tiene recuerdos felices, familia ni amigos. Es un tipo triste y solitario. Su infancia no fue feliz ni su familia fue la familia ideal.  Sey arrastra un trauma desde la infancia que le imposibilita para formar una familia. Su existencia está totalmente vacía.

 Sey decide vivir la vida familiar que nunca tuvo y proyecta su vida soñada espiando a la familia Yorkin, una familia aparentemente feliz: son jóvenes, guapos y tienen un hijo perfecto. Sey duplica secretamente las fotos que la familia Yorkin lleva a su tienda a revelar y las cuelga en las paredes de su casa, son su familia ideal y nada desea más que ser aceptado por ellos como un miembro más de la familia. Pero para los Yorkin Sey sólo es un dependiente de una tienda de revelado de un centro comercial.
 Sey no puede parar su obsesión por los Yorkin, ellos son su única razón para vivir. Empieza a hacer regalos al pequeño de la familia y a forzar encuentros casuales para establecer conversación con la madre del pequeño. Sus frustradas muestras de interés no consiguen que sea aceptado en el seno familiar, más bien todo lo contrario. Pero un hecho fortuito le hará cambiar de estrategia. Will Yorkin tiene todo lo que Sey desea, tiene a la mujer y al hijo ideales, todo lo que cualquiera quisiera para ser feliz, pero no lo valora y lo está poniendo todo en peligro. La vida no es justa, aquello que alguien más desea es despreciado por quien lo posee.
 En un momento casi al final del film, Sey deja de ser el sujeto pasivo (el hijo) de ese trauma que arrastra desde la infancia y que aún no ha podido superar. Sey se convierte en el cruel padre que obliga a sus hijos a hacer cosas horribles. Sey se enfrenta finalmente a su trauma pero las consecuencias serán inesperadas.


 Mark Romanek demostró ser mucho más que un excelente director de clips musicales, dotando a su película de una extraña atmósfera y un ritmo excelente. El film huye de convencionalismos, no es el típico film de acosadores ni de psicópatas. Es un interesante drama sobre la soledad en la sociedad moderna. El mayor acierto de Romanek es mostrar una sociedad actual (o casi actual) totalmente deshumanizada. Las relaciones interpersonales se han tornado frías y superficiales (y eso que aún no existían facebook ni whatsapp). El entorno del centro comercial en el que trabaja Parrish y en el que transcurre buena parte del film no puede ser más desalentador. La fría iluminación del centro comercial nos hace pensar lo vacías que están las vidas de muchos seres humanos, como Sey Parrish. La casa de Parrish es igualmente de apariencia fría, sin recuerdos ni objetos excepto la pared que tiene dedicada a los Yorkin.  El film parece darnos un mensaje poco gratificante del consumismo: nos encerramos en nuestras casas de las que sólo salimos para comprar


 La película significó todo un cambio de registro para Robin Williams, sus parlanchines y excesivos personajes cómicos dejaron paso aquí a una actuación comedida llena de matices. Su personaje es parco en  gestos y palabras pero aún así Williams se las arregla para transmitir toda la tormenta que acontece en su interior.


 Por cierto, ¿qué significa el plano final con la foto familiar? ¿Es un sueño o realmente la familia ha aceptado a Sey como uno más? ¿Es Sey Parrish un psicópata o sólo una persona solitaria en busca de afecto?


 Retratos de una obsesión es un film que pasó sin pena ni gloria (costó sólo 12 millones de dólares y recaudó un total de 50) pero que merece la pena un visionado. Romanek tardó bastante en volver a rodar una película, la también recomendable Nunca me abandones.


7,5

lunes, 8 de octubre de 2012

COSMOPOLIS


Eric Packer (Robert Pattinson) es un broker de Nueva york que decide cruzar toda la ciudad para cortarse el pelo.

Los proyectos de David Cronenberg pueden gustar más o menos pero hay que reconocer al veterano director canadiense que siempre arriesga en cada nueva película. La idea de adaptar la novela Cosmopolis de  Don DeLillo no deja de ser arriesgada, la novela es una traslación del Ulises de James Joyce  a Nueva Yorktranscurre casi enteramente en el interior de una limusina y el protagonista es bastante insufrible. Si alguien era capaz de sacar algo en claro de un proyecto así, ése parecía que era David Cronenberg.
 El cine de Cronenberg siempre ha buceado en las miserias del ser humano. El hastío existencial es una de las constantes de su cine y por ello este proyecto parecía ideal para él. En films suyos como Crash se planteaba muy bien el sinsentido de la existencia moderna y cómo los protagonistas buscaban alicientes para hacer su existencia más llevadera. Crash y Cosmopolis tienen más de un aspecto en común. Pero el nihilismo que en Crash me fascinó, en Cosmopolis me ha aburrido. Cronenberg adapta la novela pero no otorga vida alguna a sus imágenes dando lugar a un tostón de cuidado.

La peli es un tostón ya que la novela era ya un tostón importante. Si adaptas un material aburrido es muy difícil que la cosa salga bien. Todos los diálogos del film resultan tan artificiales y sin vida que exasperan y sacan de quicio a los 15 minutos. Las tres reglas de acción, lugar y tiempo se siguen casi a pies juntillas en Cosmopolis pero la historia no está a la altura. Supongo que Cronenberg, que de tonto tiene poco, aceptó este encargo para cargar ganar dinero y le atrajo la idea de criticar a los brokers que viven totalmente aislados del mundo real y de las consecuencias de sus transacciones. Muy bien, pero aburre a las vacas. Cronenberg ya falló en Un método peligroso y rompió una buena racha que llegó a su cénit en Promesas del este.

¿El capitalismo se ha colapsado?¿El mundo se va pique por la acción temeraria de los mercados controlados por niños ricos como el protagonista de este film?  Probablemente, pero que encima no nos aburran contando su mísera existencia.  El sopor en el que el film sumerge al espectador es algo sólo comparable con el de El árbol de la vida.
Ya sabemos que el dinero no da la felicidad (la compra) y que quien lo tiene todo no desea nada y acaba aburrido, pero se puede contar de forma mucho más amena. Que Eric Packer busque un punto de apoyo, algo real, a lo que aferrarse mientra su mundo virtual de finanzas y miles de millones se hunde es una buena metáfora, pero no es suficiente para mantener en pie todo un film.
La historia contiene otras interesantes metáforas y símbolos: un psicólogo te diría que la limusina simboliza el útero materno en el que el protagonista se siente a salvo, aislado del mundo exterior. Las constantes revisiones médicas podrían ser síntoma de sobrepotección familiar en la infancia que ha derivado en un Transtorno obsesivo conpulsivo (TOC), etc. También el simbolismo de las ratas también me parecen muy interesante, nuestra economía se basa en símbolos, le damos un valor al oro o a una acción en bolsa, pero es un valor simbólico, no es real. El capitalismo es cruel e injusto, ya lo sabíamos, pero se ha contado mejor recientemente en films como Margin Call o Inside job

 Tanto diálogo nihlista-existencialista vacío y absurdo me pareció una solemne tomadura de pelo. Así de claro. Al menos, en la novela DeLillo crea la tensión necesaria para el lector esté expectante ante cada nueva visita a la limusina o qué demonios va a pasar con Packer, pero en el film de Cronenberg no hay tensión, sólo hay tedio y una verborrea desmesurada. Nos importa un bledo lo que le pase al protagonista, sólo queremos que el film acabe lo antes posible. Por suerte, no dura tres horas.

Robert Pattinson tendrá que esperar otra oportunidad para convencernos de que es un buen actor (cosa que dudo mucho).  En Cosmopolis está frío e inexpresivo, incluso más que en Crepúsculo. Quizás con un actor que supiera mover los músculos de la cara, la peli fuera más llevadera. Lo siento por las fans del ladrillo Robert Pattinson que se metan al cine para ver a su ídolo. Esta película es un verdadero tormento para cualquier persona y más para adolescentes ávidas de ver en pantalla al chico más sexy del momento. Pobrecitas, la que les espera.
 Paul Giammati sí es un buen actor que nos lo ha demostrado muchas veces, aquí está bastante acertado pero su personaje realmente consigue ponerte de los nervios casi más que el de Pattinson y aparece ya cuando hace rato que deseamos que esta tortura de film termine. También aparece Juliette Binoche como prostituta de lujo, ni fu ni fa.

 Hacedme caso, jovencitas, no perdáis vuestro tiempo con esta película.

3

viernes, 5 de octubre de 2012

The Beatles: Love me do


Hoy hace 50 años que se editó el primer single de The Beatles, el 5 de octubre de 1962 iniciaron su carrera discográfica con el famoso Love me do. No es una de sus mejores canciones, aún faltaban unos años para que todo su talento explotara, pero fue el origen de tofo un fenómeno de masas que aún perdura y el principio de uno de los mejores grupos de la historia.
 Paul McCartney había compuesto esta canción cuando tenía 16 años, con dos acordes y una letra de lo más simple el tema es una imitación del estilo de grupos que triunfaban a finales de los años 50 tipo Everly Brothers. La grabación de la canción en Junio de 1962 en los estudios Abbey Road con el productor George Martin no fue nada fácil. Ringo Starr no acertaba con el ritmo y tuvo que ser sustituido, la batería que suena en el single es la que tocó el músico de sesión Andy White. Tampoco Lennon estaba contento con el sonido de su voz ni con el de su armónica.
 A pesar de que el manager de The Beatles, Brain Epstein, compró miles de copias, el tema no pasó del nº 17 en las listas británicas, pero la Beatlemania ya estaba en marcha.

50 años ya, hay que ver cómo pasa el tiempo.

jueves, 4 de octubre de 2012

Los mercenarios 2 (The expendables 2)



Era de esperar que el amigo Stallone tirara del hilo del éxito comercial de la primera entrega y no tardara mucho en continuar esta nueva franquicia. Los acartonados héroes de acción de décadas pasadas han vuelto una vez más y ahora vienen con pesos pesados como Jean Claude Van Damme y Chuck Norris.

Los mercenarios 2 no es un film que debamos tomarnos en serio. Ni siquiera los que lo han hecho se lo han tomado en serio, esa sigue siendo su mayor virtud. Por suerte ciertas carencias del primer film se han subsanado y han sabido explotar mejor el choque de egos entre los protagonistas. Tener a tanta mole de músculos a punto del desguace era una oportunidad que aquí se ha aprovechado mejor que en la primera entrega. Los chistes y la autoparodia está aquí más conseguidos.

El guión es una sucesión de estupideces y clichés unidos por eficientes escenas de acción. Analizar la historia es perder el tiempo, así que sólo diré que es una completa idiotez que no hay quien se la crea: personajes que aparecen de la nada sin venir a cuento, tirolinas en cables de alta tensión, ridículos encuentros casuales, frases lapidarias, aviones que despegan en el último momento, etc. Si te gustó la primera, disfrutarás con la segunda. Pero no analices la historia.




 Durante la primera hora la peli se ve sin problemas e incluso se disfruta bastante de sus homenajes. Luego la cosa decae bastante, no han sabido hacer una historia mínimamente interesante y la peli parece una mala copia de Indiana Jones y el templo maldito (rescate de niños en una mina incluido), una pena. Obviamente Stallone intentará cobrarse una venganza y de paso liberará a todo un pueblo. Por supuesto, hay escenas de acción espectaculares y lucimiento de tipos como Jet Li y Jason Statham (aunque su escena vestido de monje me pareció totalmente ridícula). Aunque el rey de la peli sigue siendo el amigo Stallone, su personaje de tipo duro con corazoncito sigue siendo el mismo de hace 30 años, nadie esperaba otra cosa de él, la verdad. Sly sigue con ese tic en la cara y esos ojitos de perdedor que no pierde la esperanza. Esta vez hasta enamora a una chica a la que le saca 40 años. Sly es mucho Sly hasta con edad de jubilación. Por suerte, Schwarzenegger y Bruce Willis tienen algo más de protagonismo en esta peli  y algunos de los mejores chistes son a su costa. Por su parte Chuck Norris está tan inexpresivo y soso como viene siendo habitual pero resulta simpático riéndose del mito que él mismo ha construido a lo largo de su carrera. Su primera aparición en escena es toda una autoparodia. Es esa sana ironía lo que salva a esta peli de la quema y la hace soportable en pleno año 2012.

Simon west es un director bastante flojito (por no decir malo de narices) el tipo se ha limitado toda su carrera a seguir la estela del productor Jery Bruckheimer, siendo el director de alguno de sus mayores despropósitos como Tomb Raider o Con air. Aquí demuestra una vez más que no tiene personalidad alguna ni estilo propio. Se limita a rodar eficientemente escenas de acción (lo que mejor se le da) y poco más.

 Los mercenarios 2 no es una buena película, pero sí hará pasar un buen rato a los seguidores de este tipo de cine.

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