martes, 28 de mayo de 2013

Queens of the stone age: ..Like Clockwork

 Alucinado estoy con la apocalíptica animación que sirve de presentación para el nuevo disco de Queens of the stone age: ...Like Clockwork. Según lo visto y oído, me parece que va a ser uno de los discos del año, sin duda.

lunes, 27 de mayo de 2013

La caza (1965)



En los años sesenta el cine español estaba dominado por las producciones a mayor gloria de artistas patrios como Manolo Escobar o Marisol, el director oscense Carlos Saura vino a demostrar que había otros temas que inquietaban a las nuevas generaciones de cineastas. Saura demostró con La caza que otro tipo de cine español era posible

 Aparentemente La caza es un film sobre cuatro amigos que van a pasar el día al monte a cazar conejos, sin embargo, bajo la superficie de esta simple premisa se esconden sentimientos reprimidos largo tiempo. Ya desde el principio Saura se encarga de hacernos saber que no estamos ante un típico film. Las voces en off de los personajes nos pondrán al descubierto las verdaderas intenciones de los participantes de la cacería. Cada uno de ellos está ahí por un motivo y cada uno de ellos tiene un objetivo, sobre todo los tres más mayores. Los favores no correspondidos y la envidia corroen sus relaciones. El calor de la jornada y la excitación propia de la caza irán aumentando la tensión entre los protagonistas. A pesar de que el film está rodado en espacios abiertos, el asfixiante calor y la creciente tensión entre los protagonistas convierten al film en una experiencia claustrofóbica.

Viendo el film al espectador le da impresión de que toda la cacería es una metáfora que nos hace preguntarnos si el ser humano (con sus insaciable avaricia) no será como el hurón, un depredador nato. El ser humano necesita ganar y no hay mejor manera de hacerlo que anulando completamente al adversario, matarlo. Pero un enemigo tan poco amenazante como el conejo no es un rival digno. Sólo la caza de un rival tan inteligente y potencialmente peligroso como el hombre es digna. Pero matar a otro ser humano significa  asumir la imposibilidad de convivir y razonar con el otro. Matar es aceptar la derrota de la razón frente a las pasiones más primitivas (odio, envidia).

  Saura parece tener la teoría de que el tiempo acaba con los sueños del ser humano y lo convierte en un ser despreciable. Como ocurría con el cine de Buñuel, Saura no parece sentir simpatía ninguna por sus personajes ni pretende que nos identifiquemos con ellos. Más bien quiere que nos veamos reflejados en sus miserias y que tal hecho no nos resulte agradable. Los personajes más mayores poseen casi todos los pecados posibles: soberbia, lujuria, envidia, etc. Sólo el más joven de ellos parece tener aún algo de esperanza, aún no está corrompido por el egoísmo. No entiende muchos comportamientos de sus compañeros y es el único que asistirá atónito al trágico desenlace de la cacería.

Carlos Saura se desvela como un maestro en la presentación y el desarrollo de los personajes, a ello contribuyó un excelente plantel de actores. Los cuatro actores principales componen unos personajes complejos pero fácilmente reconocibles en personas que cualquiera de nosotros puede conocer. Los veteranos Alfredo Mayo, Ismael Merlo, José María Prada y un joven Emilio Guitierrez Caba están todos sobresalientes.


 Desde luego La caza estaba más cerca de Goddard o Polanski que al landismo. Recomendable.

viernes, 24 de mayo de 2013

Trailer de La danza de la realidad, lo nuevo de Jodorowsky

De sorpresa y cuando ya nadie lo esperaba, Alejandro Jodorowsky nos sorprende con una nueva película. Han pasado casi 25 años desde su última película, El ladrón del arcoiris, y parece que su nueva obra está llena de realismo mágico y metáforas. El film levantó pasiones y ovaciones en Cannes. Habrá que ver lo nuevo del autor de El Topo.


jueves, 23 de mayo de 2013

El infierno (2010)



Tras veinte años al otro lado de la frontera, Benjamín García regresa a México para descubrir que la violencia domina su pueblo natal.

Benjamín es un personaje del cual no sabemos realmente qué le pasó al otro lado de la frontera, sólo sabemos que no llamó ni escribió una sola vez a su familia, quizás estuvo en la cárcel, y que fue finalmente deportado. Sin ilusiones y con los sueños rotos, Benito sólo desea reencontrarse con su madre y su hermano menor. Pero al llegar descubre que tras 20 años las cosas están mucho peor. Nada más emprender su viaje de regreso dentro de México, Benjamín es asaltado en el autobús que lo lleva a su pueblo. Acto seguido es registrado en un control militar y los militares se quedan con el dinero oculto en los calzoncillos que los asaltantes no habían descubierto. Así es la realidad que nos presenta esta película. Un infierno de violencia y corrupción.


El descubrimiento de que su hermano (o carnal) acabó siendo un peligroso narco apodado El diablo y que fue salvajemente asesinado y la existencia de un sobrino harán que Benito decida cuidar de lo que queda de su familia. Benjamín decide evitar a toda costa que su sobrino siga los pasos de su progenitor, pero el único modo de evitarlo es entrar al servicio del narco. Paradojas del destino. Sus intenciones son buenas pero como bien dice: en México no se hace lo que uno quiere sino lo que puede. Benito deberá pagar una cuantiosa cantidad para evitar que su sobrino vaya a prisión, probablemente todo sea una artimaña para forzarle a entrar al servicio del patrón José Reyes. Benito pasará a llamarse Benny y empezará a vivir esa vida de chantajes, lujo y violencia propia de los narcos y que es alabada en los narco corridos. La única manera de sobrevivir parece ser entrando en el peligroso negocio del narcotráfico. No hay otra salida. Incluso su mejor amigo de la juventud es ahora un peligroso narco, el Cochiloco, un personaje digno del mejor cine de gangsters.

Benny tiene en común bastantes puntos de partida con el Michael Corleone de El Padrino, ambos prefieren mantenerse al margen y no entrar en negocios turbios. Pero finalmente, se verán obligados a ello para defender a su familia. Tampoco faltan similitudes con el Carlito Brigante de Atrapado por su pasado, ambos deciden estar al margen pero no podrán evitar mancharse las manos. Quieren conseguir dinero rápido para escapar de la violencia y la muerte que les rodea, pero la huida no será nada fácil.
También tiene puntos en común con el Travis de Taxi driver, sobre todo al final del film. El onírico final deja a las claras la intención del film, tanto el poder político, como el militar como el religioso están bajo el dominio de los narcos. Quizás la última parte del film sea una ensoñación o un final alternativo, pero el mensaje queda claro y de ahí que se incluyera en el metraje final.

Luis Estrada dirigió (no sin problemas) esta recomendable película en 2010. Tomando como ejemplo el buen cine sobre la mafia de maestros como Copola o Scorsese, Estrada elaboró una interesante trama que adapta las constantes de este género a la realidad del México actual. El tratamiento del personaje principal y los secundarios es digno del mejor Scorsese y opino que su film no desmerece demasiado de los clásicos del género perpetrados por sus vecinos gringos del norte. Ocurre que el ser humano es igual en todas partes y en todas las épocas: egoísta, violento y fácilmente sobornable. Estrada incluye elementos propios de su tierra como los narcocorridos, el gusto por las enormes sepulturas, la religión, etc. Especialmente curiosa es la escena en la que un cura bendice las armas de los protagonistas, ni Coppola podría haber reflejado mejor la paradójica unión de religión y violencia
El hecho de que los miembros de la familia del clan de los Reyes se llamen como la Sagrada Familia no deja de ser un ejemplo del estrecho vínculo entre religión y narcotráfico. Estrada tiñó todo el film de un humor negro (negrísimo) y una fina ironía que lo hacen muy disfrutable. 
Todos los actores están muy bien. Especialmente me quedo con Damián Alcázar, excelente en su recreación de las contradicciones de El Benny, y Joaquín Cosio como El Cochiloco. También cabe destacar la breve pero demoledora intervención de uno de mis actores favoritos, Daniel Giménez Cacho. Como en toda buena película de cine negro, debe haber una femme fatale que lleve de cabeza a nuestro protagonista. En esta ocasión es una prostituta y madre del sobrino del Benny, interpretada por Elizabeth Cervantes.

 Obviamente el film no gustó a las autoridades gubernamentales, ni a la iglesia, ni a los narcos, hubo presiones y amenazas para que se retirara de las salas de proyección. Aún así, fue todo un éxito en México, siendo el film más visto en el 2010, el año del bicentenario de la independencia de México.

 No se pierdan esta película, amigos, fiel reflejo de lo peor del alma humana. Una película que los gobernantes no quieren que veas, no les hagas caso.

8

domingo, 19 de mayo de 2013

Antiviral


 No debe haber sido fácil la infancia de Brandon Cronenberg, hijo del director David Cronenberg (Crash). Supongo que en los cuentos para irse a dormir de papá Cronenberg Caperucita se transformaba en una silla con dientes que acababa devorando al lobo tras agredir sexualmente a la abuelita. Sea como fuere, el hijo de David Cronenberg debuta en la dirección con esta historia que rezuma ADN Cronenberg por los cuatro costados.

Como a su padre, a Brandon parecen gustarle las turbias historias de ciencia ficción que ponen de relieve los problemas de la sociedad actual. No le falta talento visual a Brandon ni ganas de impactar al espectador, pero esta historia no va más allá del cine que su padre hacía hace 30 años. Puede que Brandon no haya sabido encontrar aún su camino o puede que la influencia de su padre sea excesiva en sus gustos estéticos y temáticos. El chico tiene talento y tiene cosas que contar pero a su film le falta vida.

Antiviral es un film con un punto de partida muy atractivo pero que no ha sido desarrollado de forma eficiente. Antiviral presenta un mundo (quizás no muy lejano) en el que las celebridades son el verdadero opio del pueblo. Se ha levantado un culto enorme sobre la juventud y la belleza. Las estrellas mediáticas son imitadas y admiradas de forma compulsiva por miles de personas. La sociedad que nos presenta el film ha llegado a un grado extremo de culto a la belleza. Tanto que existen empresas farmacéuticas que se dedican a comerciar con virus que han infectado el cuerpo de las celebridades. Un mundo realmente enfermo.
Nuestro protagonista se dedica a comerciar con estos virus, vendiendo e inoculando a sus clientes los virus que ellos elijan con el único fin de sentirse más cercanos a sus ídolos. Las enfermedades se convierten en preciados bienes de consumo. Una premisa muy del Cronenberg de primeros de los 80. Constantemente obsesionado con su temperatura corporal, nuestro protagonista está secretamente obsesionado a su vez con una de estas celebridades. Tanto que no podrá evitar inocularse a sí mismo un virus de su objeto de deseo.


Lamentablemente, toda esta  interesante premisa se viene abajo cuando el ritmo del film es demasiado lento (lentísimo). Al film le cuesta mucho arrancar y cuando lo hace no consigue empatizar nunca con el espectador. Brandon Cronenberg ha tenido una muy buena idea pero su film es tan aséptico y falto de vida como un tubo de ensayo vacío. La estupenda fotografía, en la que predomina siempre un frío color blanco, contribuye a crear ese esterilizado ambiente falto de emociones. Tampoco las gélidas interpretaciones de Caleb Landry Jones (este chico tiene realmente pinta de enfermo) y la guapa Sarah Gadon contribuyen a que el espectador se sienta mejor.

 Brandon mezcla lo fantástico con la critica social (snobismo, consumismo, medicación descontrolada, etc) lo que le emparenta con el cine de su padre y está cercano a perturbarnos de la misma manera que lo hizo su progenitor en su día. Lamentablemente, le ha faltado sentido del ritmo para hacer de esta historia un film apasionante. La historia no acaba de enganchar al espectador y las constantes idas y venidas del protagonista tampoco nos interesan demasiado. Yo me aburrí a pesar de que el film iba soltando ideas interesantes e innegables muestras de talento. Sin ir más lejos, el bizarro final me pareció fascinante.


Sólo recomendable para los muy amantes de las pesadillas de la familia Cronenberg.

¿Programando la nación?

Interesante documental sobre la publicidad subliminal. ¿Qué hay de cierto en los mensajes ocultos en los discos de The Beatles o Led Zeppelin? ¿Y en las películas de Disney? ¿Es habitual el uso de imágenes subliminales en el cine para impresionar o aterrorizar al espectador? Una vez más, parece que Hitchcock se adelantó a su tiempo.

 Sinceramente, opino que cada uno oye o ve siempre aquello que desea oír o ver.  Pero más allá de experimentos más o menos discutibles parece probado que sí se puede inducir a las masas a aumentar su consumo de unos determinados productos simplemente a base de una publicidad que haga creer al espectador/consumidor que será más feliz consumiendo un determinado producto. Un bombardeo constante desde edades muy tempranas puede ser muy peligroso.

martes, 14 de mayo de 2013

Iron man 3


 Pues nada, esta franquicia sobre Iron man se cierra de la misma manera que se inició, sin ninguna pretensión excepto hacer pasar un buen rato. Los fans de la saga no saldrán decepcionados y los que no disfrutaron las dos primeras entregas tampoco lo harán con la tercera.

 Iron man 3 es más de lo mismo, es cierto que se centra más en el personaje de Tony Stark y sus problemas personales pero sigue siendo cine palomitero apto para todos los públicos. Iron man 3 es puro espectáculo hueco lleno de efectos especiales y vertiginosas escenas de acción, alguna realmente espectacular. Lo que salva a estas películas es la interpretación de Robert Downey Jr., así de claro. Estas películas interpretadas por  Nicholas Cage o Keanu Reeves serían insoportables. Las tablas y la sorna de Downey son un valor añadido a esta franquicia destinada al público juvenil que la hace disfrutable para el resto de públicos.

  Shane Black toma el relevo en la dirección a Jon Favreau quien en esta entrega se limita a actuar (bastante mal, todo hay que decirlo). El director de  Kiss Kiss Bang Bang (interpretada por Robert Downey Jr) hace un trabajo digno, su estilo apenas se nota en el film (es lo que se pretende en un blockbuster, que no se note la mano de su director, esto no es cine de autor). El film se ve sin problemas y tiene un ritmo adecuado, pasando sus más de 120 minutos sin apenas darte cuenta. Tengo que reconocer que no me gustó el inicio del film, todo lo referente al jefe de seguridad (Jon Favreau) me pareció ridículo. Se nota que han intentando buscar un equilibrio entre la comedia y la peli de superhéroes algo más seria, pero la comedia ha salido ganando. Realmente no vemos pasarlo mal a Tony Stark, siempre le queda una bravuconada por decir, aunque lo haya perdido todo. lamentablemente los villanos no son demasiado interesantes. El mandarín parece que va a ser un villano a la altura pero se desinfla a mitad de metraje. Por cierto, ¿no debería ser chino El mandarín? aquí lo han convertido en un fantoche con pinta de terrorista islámico. Parece que comercialmente es mejor que el villano no sea chino, China es una gran potencia con un gran mercado, mejor no enfadarles. Hay muchos más cines en China que en Oriente Medio.

 La película es una sucesión de chorradas sin sentido y frases ingeniosas del macarra de Tony Stark, pero divierte lo justo. No llega al nivel de Los Vengadores, pero es sin duda uno de los blockbusters del año. Esperemos que Marvel siga por este camino.

 No le pidan nada a esta película, déjense llevar por el niño que llevan dentro y puede que pasen un rato más que aceptable. 

5

Bochornoso espectáculo a costa de Iggy Pop


 Patético, lamentable, bochornoso. Estos fueron los adjetivos que me vinieron ayer a la mente mientras asistía atónito a la ridícula entrevista (por llamarlo de alguna manera) que Pablo Motos hizo en El Hormiguero a Iggy Pop.

Entiendo que Pablo Motos haga entrevistas que rayan lo absurdo a modelos de medio pelo metidas a actrices o a famosetes de poca monta que se tiran a una piscina. Pero Iggy Pop es mucho Iggy Pop. Iggy es todo un icono del rock, una bestia parda que lleva más de cuarenta años dando caña. No es que Iggy esté en su mejor momento, sus 65 años ya pesan, sólo así se puede explicar que Iggy haya aceptado ser la imagen de una campaña publicitaria de una bebida (que admitió que no le gustaba, por cierto, olé tus huevos) y recalando en un programa como el de Pablo Motos. Un programa que no se ha caracterizado nunca por su profundidad, su único interés parece ser divertir al público a base de juegos en los que los invitados son meras comparsas.

Pero Iggy Pop es una leyenda del punk y el rock, historia viva (todavía) de excesos de todo tipo y buena música. Pero Pablo Motos desaprovechó (una vez más) la oportunidad de sacar partido a sus invitados. Sus preguntas se quedaron en las anécdotas y no quiso (o no supo) profundizar en el personaje y su trayectoria. Probablemente Pablo Motos se había enterado esa misma mañana de quien era Iggy Pop. Sus estúpidas preguntas fueron realmente irritantes, dignas de un becario de intereconomía (un día enseñaste el pito en el escenario, un día un gordo te dijo que te tiraras del escenario y se apartó, tienes un huerto). No hubo preguntas sobre el origen de su nombre artístico, la evolución de la industria discográfica, el estado actual del punk y el rock, su relación con Bowie, estancias en psiquiátricos, su afición por la canción francesa, colaboraciones con artistas actuales como Kesha, etc. Todo se quedó en adivinar qué cabeza correspondía con qué cuerpo y reconocer a estrellas cuando eran niños. Era mucho esperar que se explayaran con jugosas anécdotas sobre groupies y drogas (quizás no era el horario más adecuado), pero un poco de respeto por el personaje no hubiera estado mal (por muy macarra que haya sido).
 Motos se limitó a cuatro anécdotas, a cantar una ridícula canción sobre limones y a sus estúpidos juegos con las dichosas hormigas. Parecía que su mayor afán era dejar claro que Iggy era la imagen de una bebida, lo repitió varias veces, su faceta de estrella del punk rock no parecía interesarle demasiado. Quizás fue esto último lo que más nos irritó a los fans del personaje invitado.
Sólo el omnipresente y cansino Mario Baquerizo (reconocido imitador de Iggy Pop) le hizo justicia al personaje y admitió su devoción por el padrino del punk.

 Quien te ha visto y quien te ve, Iggy Pop. Una noche para olvidar.

sábado, 11 de mayo de 2013

Of Monsters and Men : Little Talks


 Hoy es mi cumpleaños y me regalo a mí mismo (y a mi señora) esta maravillosa canción de los islandeses Of monsters and men: Little talks. A mí me parece un cruce perfecto de pop marciano entre Acade fire y Björk (la voz de la chica se parece mucho). Disfrutadla tanto como yo.

viernes, 10 de mayo de 2013

Amor bajo el espino blanco (Shan zha shu zhi lian, Under the Hawthorn Tree)


Zhang Yimou es uno de mis directores favoritos. El cine rural de sus inicios nos dejó joyas como Vivir!, Sorgo rojo o esa obra maestra llamada El camino a casa. Luego Yimou se pasó al cine wuxia con Héroe o La casa de las dagas voladoras y reconozco que le perdí la pista durante unos años. Con Amor bajo el espino blanco el director chino regresa a lo que mejor se le da: el modesto cine sobre personajes.

Amor bajo el espino blanco nos devuelve al mejor Yimou con una historia sencilla sobre un amor juvenil en plena revolución cultural china. Los sentimientos y las pasiones de los personajes se verán aplastados por la omnipresente influencia del partido comunista chino. No sólo la imagen propagandística de Mao está presente en buena parte de las escenas sino que los protagonistas deberán ocultar su amor para evitar posibles represalias. La reeducación y los estigmas provocados por un padre encarcelado pondrán a prueba aún más el amor de los protagonistas. Siempre se ha dicho que las dificultades agudizan el ingenio y hacen disfrutar mucho más cuando se consigue finalmente el objetivo buscado. Algo así viene a decirnos Zhang Yimou con esta bonita película.

Esta historia de amor, perfectamente ambientada y rodada con una aparente sencillez, atrapa por su sinceridad y por la emoción que emana de sus imágenes. Sin embargo, Amor bajo el espino blanco no vuelve a contar la misma historia de El camino a casa (quizás el film con el que guarda mayores similitudes) sino que aporta una mirada distinta. Sin dejar de ser emotiva, la historia es mucho más turbia y amarga (hasta hay una escena de cama). Los que se empacharon con el almíbar de El camino a casa no corren ningún riesgo con esta película.

Buena película del maestro Zhang Yimou.

Alfredo Landa en EL Crack

Con esta escena se inicia El crack, el film de José Luis Garci en el que Alfredo Landa dió un giro radical a su carrera. Tras dar vida al macho español durante los años setenta e incluso dar nombre a todo un género (El Landismo), ALfredo Landa interpretó aquí a un detective frío como el hielo capaz de escenas tan memorables como la que aquí os dejo. Garci adaptó el cine negro de Dashiel Hammet a la España de la transición, un país lleno de incertidumbres. El personaje del detective Germán Areta (apodado El piojo por su pequeña estatura y su mala leche) es una de las mejores recreaciones de Alfredo Landa, quien demostró que era capaz no sólo de bordar papeles de paleto sino también de frío policía con poco o nada que envidiar a Harry El sucio. Luego Alfredo Landa realizó interpretaciones geniales en films como Los santos inocentes, El bosque animado, La vaquilla o Tata mía.
 Una buena parte de nuestro cine ha muerto con Alfredo Landa. Valga como homenaje esta escena.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Una pistola en cada mano


Una pistola en cada mano está formada por distintos episodios aparentemente inconexos entre sí. En todos ellos se establece un diálogo, siendo éste la verdadera esencia del film. Cesc Gay deja hablar a sus personajes, sobre todo a los masculinos, para mostrarnos sus miedos, sus incongruencias y sus flaquezas.

Sólo el buen hacer a la hora de elaborar las líneas del diálogo y la tremenda naturalidad de la que lo dotan sus actores son capaces de hacer verosímiles ciertas situaciones del film. Pero la cosa funciona. Ninguno de los segmentos desmerece del resto ni hay ninguna bajada de ritmo o de interés.
Cesc Gay no se queda en los estereotipos masculinos sino que parece pretender mostrarnos la evolución de todos ellos. Es un film sobre hombres, sobre los distintos tipos de hombres, todos ellos en crisis permanente. Deja hablar a los personajes, no le interesa la narración sino dejar que los personajes se definan solos a través de sus palabras. Unos personajes masculinos en constante defensa de sus posiciones parapetados detrás sus máscaras. Los hombres del film son infieles, cornudos, infelices, mentirosos e inseguros. No hay quien entienda a las mujeres pero a los hombres se les entiende enseguida. Por suerte o por desgracia estamos condenados a entendernos.

El film contiene grandes duelos interpretativos de unos actores y actrices insuperables, incluso me gustó Eduardo Noriega. Por una vez, Noriega está creíble, su personaje es un capullo integral de ésos que hay a patadas. Me gustó mucho Candela Peña, una actriz que estaba desaparecida y a la que yo he echado de menos (a pesar de sus meteduras de pata en las galas de los Goya), su breve aparición es de lo mejor de esta peli. También Luis Tosar y Ricardo Darín comparten una escena propia de la mejor comedia de Woody Allen pero Gay le da un enfoque distinto, evitando caer en la comedia y en drama. También el diálogo/duelo entre Leonardo Sbaraglia y Eduard Fernández me pareció muy conseguido, esos dos amigos que dejaron de verse hace años sin motivo aparente y se vuelven a encontrar casualmente me parecieron muy conseguidos. Otro que lo borda es Javier Cámara, su personaje de ex marido arrepentido de sus infidelidades es toda una lección de interpretación. El segmento de Leonor Watling y Alberto San Juan / Cayetana Guillén Cuervo y Jordi Mollá me pareció quizás el más flojo a priori pero va ganando interés conforme va avanzando, lamentablemente el final no me acabó de resultar del todo coherente.

 Una pistola en cada mano es una buena película pero, ojito, no es una comedia.

martes, 7 de mayo de 2013

La caza (Jagten, The Hunt)


Ya decía Goebbels que una mentira mil veces repetida se convertía en verdad. Algo así viene a decirnos esta recomendable película.

El protagonista es un profesor de guardería recientemente divorciado que se ve inmerso en una espiral de odio por parte de sus vecinos. El rechazo de toda una comunidad será provocado por una mentira de consecuencias insospechadas.
El film viene a decirnos lo frágil que son las relaciones humanas o lo realmente endebles que son los lazos que nos unen. Una mentira o la leve sospecha de que un hecho terrible sea cierto pueden convertir a nuestro mejor amigo en nuestro mayor enemigo. Thomas Vinterberg muestra cómo la moral de la comunidad puede llegar a condenar a uno de sus miembros sin que haya sido realmente condenado por ello. Una simple acusación sin fundamento es más que suficiente para estigmatizar de por vida a un miembro de la comunidad.

 El director danés Thomas Vinterberg formó parte del movimiento Dogma 95, siendo Celebración (Festen, 1998) una de las mejores muestras de dicho movimiento. Han pasado los años, Vinterberg ya no sigue las estrictas normas del Dogma y su cine ha evolucionado pero aún sigue mostrando los puntos débiles de nuestra sociedad. Vinterberg ataca frontalmente los cimientos de barro de una sociedad como la danesa. Pero no olvidemos que su ataque es fácilmente exportable a cualquier otro punto del planeta. Cualquier sociedad humana puede ser tildada de hipócrita en mayor o menor medida. Vinterberg ofrece un lúcido retrato totalmente desapasionado que supone que el espectador es un ser inteligente que será capaz de verse reflejado en algunas actitudes de sus personajes y de sacar su propias conclusiones. Quizás Vinterberg pida demasiado y su relato resulte excesivamente frío y hermético a muchos espectadores. A mí me gustó, pero reconozco que ciertos momentos me parecieron demasiado gélidos (debe ser por lo nórdico).

Reconozco que Mads Mikkelsen es un actor que me resulta especialmente frío. Queda muy bien en papeles de villano (como en Casino Royale o la serie Hannibal) pero como persona normal metida en problemas me cuesta mucho creérmelo. Sin embargo, me acabó convenciendo en esta película. Su ambigua mirada (entre lánguida e inexpresiva) consiguió expresar muchas cosas como incredulidad, resignación, frustración u odio.

Perturbadora e inteligente.

viernes, 3 de mayo de 2013

The lords of Salem



 Qué queréis que os diga, Rob Zombie me gusta más como rockero que como director.  Su fascinación por lo macabro casi se podría decir que raya en lo obsesivo. El tipo le echa ganas y tanto su música como su cine parten de lugares comunes ( monstruos, satanismo, gore, sexo, etc) pero su formula acaba resultando repetitiva.

El problema del Zombie director es que su cine me parece siempre un refrito de obras anteriores. No basta con mezclar las referencias a los clásicos del terror con ríos de sangre descontrolados y personajes extremos. Su cine es conscientemente sacrílego y trangresor, lo que lo hace muy poco aconsejable para el público mainstream. Sabe remover estómagos, sin duda, pero no le veo capaz de crear ese clásico del terror moderno que parece pretender crear. Mucho homenaje y mucha sangre pero poca originalidad. Ya su primera película La casa de los 1.000 cadáveres me pareció un refrito de La matanza de Texas dirigido por un tipo hasta las cejas de ácido. La cosa mejoró algo con su secuela Los renegados del diablo, pero sus remakes de Halloween son sólo eso, remakes.


Ahora Rob Zombie ataca de nuevo con The Lords of Salem, un refrito descarado de La semilla del diablo (Rosemary's baby), el clásico de Roman Polanski. Por mucho que Zombie introduzca elementos satánicos bastante más explícitos (y evidentes) como la chica cabalgando sobre una cabra, su film es un remake encubierto y manchado de sangre de la mítica cinta de Polanski. Así de claro. Pero lo que realmente hacía notable al film de Polanski era que el espectador nunca estaba seguro de lo que estaba pasando, no había ninguna prueba de los paranormal, todo son indicios y sospechas pero no hay ninguna certeza. Todo podría ocurrir en la mente de la protagonista (o no). Polanski evitaba todo elemento de la iconografía satánica  En el film de Zombie no hay tal sutileza ni existe duda ninguna, Zombie juega con todos lo elementos tradicionalmente asociados al satanismo y la brujería, sólo deja fuera la imagen de las bruja volando en una escoba. No es capaz de crear un universo propio, sólo se recrea en lo ya conocido, evidenciando su falta de verdadero talento.

 No sólo de la obra maestra de polanski bebe Rob Zombie, los planos de pasillos recuerdan inevitablemente a El resplandor de Kubrick. Y es que Polanski y Kubrick son palabras mayores. Dudo mucho que dentro de 30 años nadie hable del cine de Rob Zombie, aunque nunca se sabe. Hay mucho aficionado al gore suelto por la red.


Pero la cosa no queda ahí, el film tiene una primera hora bastante tediosa, le cuesta arrancar demasiado. Zombie se eterniza con una presentación de personajes que es bastante clásica sólo alterada por algún susto a lo Insidious o Sinister. Es en un última media hora cuando Zombie nos introduce de lleno en su particular universo de terror mostrando todo su imaginario sobre brujería y satanismo. Ni siquiera en eso me pareció original. El film es en su parte final un complejo ritual sangriento a base de provocadoras imágenes surrealistas propias del mejor Jodorowsky. Lástima que esta herética orgía de sangre llegué demasiado tarde y el espectador esté deseando que la cosa acabe cuando antes. Esperar una hora para ver este bizarro videoclip me parece excesivo.


Del reparto, cabe destacar que Rob Zombie sigue la estela de Tim Burton (otro amante de los monstruos y las chicas guapas) y se empeña en sacar en todas sus películas a su esposa, Sheri Moon Zombie. Sheri está mejor que otras veces pero sigue sin ser una actriz creíble. La chica es mona y entendemos que le guste a Zombie, pero como actriz se le dan mejor los gritos que los diálogos.

 Supongo que esta peli hace 15 años me hubiera impactado, pero ahora me ha dejado indiferente. Rob Zombie sigue atascado en sus influencias sin ser capaz de convertirse en un verdadero creador.
Fallida, una vez más.
4,5