viernes, 12 de julio de 2013

Spring Breakers


 Spring breakers es el nuevo film de el controvertido Harmony Korine, guionista de Kids y director de aquella rareza que era Gummo. La cosa no tendría mayor interés, hace años que el cine de Korine no tiene apenas repercusión, si no fuera por su reparto formado por las antaño virginales y puritanas estrellas Disney Selena Gómez y Vanessa Hudgens. Los años no pasan en balde, la carrera de estas chicas como estrellas para adolescentes estaba a punto de agonizar y parece que han optado por explotar su lado más gamberro y morboso. No son las primeras en hacerlo, ya Miley Cyrus (o Hanna Montana) ha cambiado radicalmente su imagen y parece más centrada en gustar a otro tipo de público. Según lo visto en el tralier y las fotos promocionales de Spring breakers parecía que Harmony Korine no se ha cortado un pelo, pero luego realmente el film es bastante menos arriesgado de lo que parece.

Ya desde el inicio del film el espectador es asaltado por los enormes pechos de una joven que baila Frenéticamente. Así va a ser durante buena parte del metraje, que no paren la fiesta y el desenfreno. Korine nos introduce en el aburrido ambiente universitario yanqui, un lugar del cual nuestras cuatro protagonistas desean escapar a cualquier precio, se aburren y desean y a California en las vacaciones de primavera para encontrarse a sí mismas y pasarlo bien (en resumen, a ponerse hasta las cejas de droga). Tiene un sueño y harán cualquier cosa por conseguirlo, desean salir de la vulgaridad y el aburrimiento. Una vez allí las cosas se complicarán y las vacaciones se convertirán en una aventura aún más inolvidable de lo que nuestras jóvenes protagonistas esperaban.
 Korine se cree muy moderno y usa constantemente el montaje desordenado, alterna varias acciones a la vez e incluso sonidos de una escena con las imágenes de otra. Su experimento visual y sonoro es efectivo y frenético (como buena parte de las fiestas mostradas) pero acaba cansando un poquito hacia el final. Que el espectador se sienta colocado durante 90 minutos puede ser extenuante. Pero Korine no parece estar muy preocupado por la narración (de hecho rompe todos los moldes que puede), su película parece haber sido rodada y montada bajo los efectos del LSD.
Personalmente no tengo nada en contra del desenfreno ni de la manía que parecen tener el señor Harmony Korine y Larry Clark en mostrar el peor lado de la juventud. Es su estilo de cine, un estilo que me sorprendió y me encantó hace 20 años con Kids pero que ahora me parece un tanto trasnochado.  El film es toda una experiencia audiovisual, todo hay que reconocerlo, pero agotadora.


 Korine una vez más bucea en esa juventud hueca que busca respuestas en las drogas y la fiesta, obviamente ni se encontrarán a sí mismos ni obtendrán respuesta alguna, pero se lo pasarán de miedo (uno más que otros). Puede que ni la religión ni la familia (los pilares de la sociedad norteamericana) sean las respuestas necesarias para sentirse pleno, pero las drogas tampoco lo son. Las chicas protagonistas se creen unas chicas malas y deciden vivir a tope sus vacaciones, Korine no ahorra imágenes de ello mientras ni siquiera nos muestra a los padres de las chicas. No existen la figuras paternas, han sido anuladas en la mente de sus hijos, no hay control parental de ningún tipo. Me parto de risa cuando una joven le dice a su abuela que quiere volver el año que viene con ella

 Puestos a dar mi opinión, creo que el film pierde el control una vez entra en escena el personaje de James Franco: un icono moderno del gangster, un Tony Montana moderno. Korine pasa de retratar el desfase juvenil de una sociedad opresora (o eso dicen ellos) para mostrarnos un ambiente gangsteril que me resultó poco creíble. El momento de la canción de Britney Speras (hay que ver el daño que ha hecho esta chica) al piano me pareció que evidencia la flaqueza intelectual de los personajes y el vacío que anida en sus mentes. La escena final me pareció simplemente poco verosímil, ya me diréis si a vosotros os ha pasado lo mismo.

Al final me queda la duda de si el cine de Korine es transgresor o conservador. Es cierto que muestra lo peor de la juventud pero parece abogar por los típicos valores tradicionales. El desenfreno y las drogas no acaban trayendo nada bueno a sus personajes. Por lo tanto, su transgresión es más formal que moral. ¿Él sólo retrata una realidad de forma objetiva? Tal cosa no existe, siempre hay un mensaje en cada historia.
  Tengo que reconocer que Selena Gómez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson y Rachel Korine están bien. Han arriesgado mucho aceptando estos papeles y creo que la jugada les ha salido redonda. Han dado un paso de gigante al desmarcarse de un tipo de personajes y han dado el salto hacia el cine adulto (suponiendo que tal cosa exista ya). Sus personajes poco o nada tiene que ver con los de Los magos de Waverly Place o High School Musical (puag). No paran de blasfemar, drogarse y muchas otras cosas "malas" que no voy a desvelar. No sé si lo he dicho ya pero James Franco está espectacular.

Lo dicho, un Korine descafeinado que presenta un producto enfocado más para los adolescentes que para dar miedo a sus padres. Parece que el cine de Korine se puede definir como es mejor no saber en qué andan realmente metidos tus hijos. Sin aparente moraleja y sin soluciones para los problemas que presenta, Korine nos entrega un vacío ejercicio de estilo lleno de adolescentes en bikini.

4




2 comentarios:

Anónimo dijo...

fiestas en la playa, drogas, armas y chicas en bikini, nunca pensé que me aburriría con todos estos elementos juntos en la pantalla

Anónimo dijo...

la interpretación de James Franco me pareció notable..de hecho no supe durante toda la película que era él, hasta el final cuando leí su nombre en los créditos... yo si me entretuve viendo la película, pero quizá fue porque no tenía ninguna expectativa, no esperaba que fuera la gran película, la disfrute según su genero, me la pusieron y ya