sábado, 30 de agosto de 2014

El señor de las moscas (Lord of the flies,1963)



 Un grupo de niños que van de los 6 a los 12 años sufren un accidente aéreo que les lleva hasta una isla desierta. Allí deberán aprender a sobrevivir a la vez que forman una nueva sociedad.

La novela de William Golding, publicada en 1948, ha tenido hasta la fecha 2 adaptaciones cinematográficas, una por Peter Brook en 1963 y otra en 1990 a manos de Harry Hook. Cualquiera de ella es recomendable, si bien yo me quedo de lejos con la de 1963. La de 1963 es muy superior, sobre todo técnicamente. Sólo el inicio del film con esa narración a base de fotografías fijas te deja clavado al asiento. Además el trabajo de fotografía en blanco y negro es un verdadero prodigio. Entre ambas versiones hay diferencias (como la elección del jefe del grupo) pero la esencia de ambos es similar. Sin embargo, los personajes tienen más matices y están mejor desarrollados en la primera versión.

  Tanto la novela  como las películas ahondan en la idea de la sociedad humana. Los niños perdidos en una isla desierta deben primeramente aprender a sobrevivir. Deben satisfacer sus necesidades básicas de cobijo y alimento. En los primeros días tras el accidente, se establecen unas normas básicas de convivencia y disciplina encaminadas a un posible rescate y heredades de la sociedad de la que provienen los muchachos.
 El hecho de encender el fuego se hace imprescindible, las gafas del personaje de Piggy (Cerdito), un muchacho no muy dotado físicamente y que es objeto de las burlas de sus compañeros, serán la herramienta usada para encender el fuego. También se establece un método de llamar a asamblea haciendo sonar una caracola. Dicha caracola servirá también para tomar la palabra en las reuniones, todos tendrán acceso a la palabra pero sólo podrá hablar aquel que esté en posesión de la caracola. Ésta pasará a ser el símbolo de la organización del grupo, es su pequeña unión a las normas sociales del lejano mundo de los adultos. Es su pequeña constitución y su símbolo de democracia dentro del grupo.

 Se establecen roles sociales dentro del grupo. Se repartirán tareas y se asignan turnos para vigilar que el fuego no se apague durante el día y la noche. La falta de seguimiento por parte de algunos hace pensar a Ralph, elegido líder del grupo, que hacen falta sanciones disciplinarias. Los encargados de cazar, capitaneados por Jack, se convierten en un grupo fundamental, ya que son los que traen la comida al grupo, siendo los cerdos salvajes su presa más preciada. Para ello necesitan lanzas que ellos mismos construyen. El poder otorgado por las armas los convierte en una élite social. Jack y sus cazadores empiezan a diferenciarse del resto pintándose la cara como si de guerreros tribales se tratara. Jack apela al instinto gregario del ser humano que le hace querer pertenecer a un grupo y ser aceptado socialmente. Todo el que no pertenezca a la tribu será tratado como un paria. Jack difunde entre los suyos la idea de que nunca van a ser rescatados, así pierden la fe en el improbable rescate y deciden dejar de seguir las normas establecidas por Ralph.

 Jack potencia también creencias infantiles, casi mitológicas, haciendo creer a los demás que hay un monstruo en la isla. Jack usa el miedo de sus compañeros para controlarlos. La razón que deja paso a la superstición. El retorno a los estadios primitivos del ser humano queda patente no sólo en sus pinturas de guerra sino también en los ritos, ofrendas y sacrificios que llevan a cabo. Jack crea una dictadura basada en el miedo en la que él es el dictador y los demás obedecen.  Jack ofrece comida y seguridad, lo que hace que su violenta dictadura vaya ganando cada vez más adeptos. Una vez más vemos cómo la seguridad se impone a la libertad. 

 Así, la tribu de Jack se va haciendo más numerosa hasta que los pocos que no se han unido a ella serán vistos como disidentes y serán hostigados por sus antiguos compañeros. Frente a la tribu de Jack, Ralph y Piggy tienen la caracola y las gafas para hacer fuego, pero cuando la tribu de Jack les roben las gafas, no tendrán nada más que unas normas que ya nadie sigue. Ralph y Piggy siguen creyendo que el rescate es posible y que hay que mantener unas normas básicas de convivencia y respeto. Es el hecho de tener fe lo que realmente les diferencia del resto. Si no hay esperanza no vale la pena seguir con las normas de una civilización que ya no tiene ninguna influencia sobre ellos. En el grupo de Jack se impone la tiranía, siendo los caprichos del líder los que decidan el destino del grupo.

 Tanto la novela como sus adaptaciones son fábulas pesimistas sobre la sociedad. Personalmente, no creo que el ser humano sea bueno por naturaleza y sea la sociedad la que lo convierte en malo. Creo que instintos y comportamientos violentos o autoritarios son inherentes a la naturaleza humana. La vida en sociedad sacrifica parte de esos instintos en beneficio de la colectividad. De igual modo, puede ocurrir que una sociedad, movida por el miedo se deje gobernar por un tirano.

 Me pareció muy estimulante la simbología de los objetos como las gafas (el progreso), la caracola (la democracia), la pintura (la diferencia frente a los otros) o la cabeza del jabalí (el miedo). Como podéis ver, una película sobre niños que no es para niños.

Aquí os dejo ambas versiones:
 La mejor, la de 1963:


Y la de 1990:

viernes, 29 de agosto de 2014

V/H/S


 Por mucho que nos pese, El proyecto de la bruja de Blair creó escuela y quince años después nos siguen llegando películas que explotan el filón de las falsas grabaciones de vídeo encontradas (found-footage). Esta tramposa premisa sigue sigue dando sus frutos en films recientes como Paranormal activity, Chronicle, Monstruoso o la que nos ocupa: V/H/S.

 V/H/S no aporta nada novedoso al subgénero de grabaciones encontrada pero lo lleva a un terreno que puede ser muy difrutable por los amantes al cine de terror. En sus diferentes historias seguimos teniendo movimientos de cámara mareantes y mucha confusión, pero también ganas de entretener y hacer pasar un mal rato a los aficionados al género. Que lo consigan ya es cosa de cada espectador, pero desde luego los responsables de cada uno de los episodios que forman esta película han puesto toda la carne en el asador. No faltan la sangre ni las vísceras ni las apariciones. Nada nuevo dentro del cine de terror pero presentado de forma distinta. Al estar cada uno de los episodios escrito y rodado por diferentes grupos de jóvenes cineastas amantes del cine de terror, el film tiene ganas de impactar al espectador y la suficiente mala baba como para satisfacer al público ávido de sangre y sustos. Los amantes del terror más clásico deberían abstenerse. Los movimientos de cámara pueden resultar muy molestos (cuando no mareantes).


 Por cierto, ¿no está muy pasado lo del VHS? Hace 15 años que el ya caduco DVD le desbancó del trono de los formatos audiovisuales. El film parece ser un homenaje a esas viejas cintas de vhs con las que muchos crecimos, hoy auténticas reliquias inservibles, esas grabaciones caseras y ese inevitable y molesto tracking. Supongo que dentro de unos años añoraremos los archivos digitales tipo .avi o .mkv.

 Los segmentos que forman el film son irregulares y el conjunto se resiente bastante, pero se deja ver.

4,5

martes, 26 de agosto de 2014

Guardianes de la galaxia


 Guardianes de la galaxia es el blockbuster del año, sin duda. No sólo le ha robado el título contra todo pronóstico al Capitán América sino que es uno de los mejores de los últimos años. A los que os gustaron las producciones Marvel al estilo de Iron Man, Thor, Los Vengadores o El capitán América, os recomiendo encarecidamente esta cinta.

 No conozco el cómic en el que se basa, no he leído ni una sola viñeta de Guardianes de la galaxia. Al contrario que con otros personajes Marvel, no crecí con este cómic y no puedo comparar la película con la historieta ni sé (ni me importa) si han sido fieles al original. He de reconocer que a primera vista, la cosa no pintaba bien: un terrícola vacilón, una chica verde, un mapache, un hombre-planta y un forzudo interpretado por Batista (el de la lucha libre), uy uy uy. Sin embargo, me llevé una muy agradable sorpresa al comprobar que lo que parecían los ingredientes de un cóctel indigesto combinaban de forma perfecta. La mano del gamberro director James Gunn le ha dado el toque irreverente que esta historia precisaba.


 El frenético guión está lleno de guiños cinéfilos y chistes que lo convierten en un entretenimiento ideal para toda la familia sin insultar la inteligencia de los espectadores. Los más pequeños lo fliparán con los efectos especiales mientras que los más mayores disfrutaremos con la combinación de humor y emoción del film. Los de Marvel han decidido seguir por la senda iniciada en Iron man y los Vengadores para entregarnos una ágil historia llena de acción e ironía. A mí me recordó a Golpe en la pequeña China, aquella película de Carpenter con Kurt Russel en la que se intentaba combinar cine de aventuras con humor. Golpe en la pequeña China no me gustó en su día cuando la vi en el cine con 12 años y ahora sigue sin hacerlo, todo lo contrario que Guardianes de la galaxia. Ahora los ingredientes han sido mezclados en la justa medida y el resultado ha sido muy superior. Obviamente, no hay que pedirle verosimilitud a esta cinta (a mí me chirriaron bastante esas salidas a pelo al espacio exterior) ni el más mínimo rigor científico, eso sí, el film cumple sobradamente con su labor de divertir.


 Ocurre que la historia tampoco es nada que no hayamos visto decenas de veces. Incuso hay un villano que quiere conseguir un objeto para tener el control. Sin embargo, el film parece ser consciente de sí mismo y ríe de cada uno de los estereotipos de este tipo de cine. Son el frenético ritmo de la historia, el correcto desarrollo de de cada uno de los personajes y sus continuos enfrentamientos verbales los que hacen a este film despuntar sobre el resto.
 Valga como ejemplo ese protagonista aficionado a la música de los años 70 y las viejas cintas de cassette, todo un guiño a una generación que crecimos con las cintas antes que se inventara eso del mp3. O la singular pareja de caza recompensas formada por el escueto en palabras Groot y el parlanchín Rocket (el mapache con más mala leche de la historia del cine). Curiosamente el personaje de Drax (Batista) es a priori el menos interesante pero consigue alguno de los mejores momentos a costa de sus pocas luces. El tono desenfadado del conjunto también nos deja el cameo más divertido hasta la fecha de Stan Lee y la escena post créditos igualmente más graciosa.

 Sin que sirva de precedente me ha gustado un film en el que ha colaborado Vin Diesel (es quien pone voz al personaje de Groot), igualmente Bradley Cooper ha prestado sus gestos y su voz a Rocket. La pareja formada por Chris Pratt y Zoe Saldana tiene suficiente química como para hacer interesante su relación.

 Guardianes de la galaxia tiene ese tono justo entre humor, ironía y acción que los de Marvel llevan perfeccionando unos años con las pelis sobre Iron Man y Los vengadores. Una fórmula que han ido destilando poco a poco hasta llegar a esta pequeña joya del entretenimiento.
 Sinceramente, yo me daría por satisfecho si las nuevas películas de Star Wars del señor Abrams fueran tan divertidas como Guardianes de la Galaxia.

6

viernes, 22 de agosto de 2014

Locke


 Definitivamente, las películas con planteamientos extremos se han convertido en tendencia. Tras films sobre una persona atrapada en una roca (127 horas) o una persona enterrada (Buried), ahora nos toca el turno de un único personaje conduciendo en su coche. Un único actor y un único escenario es todo lo que el británico Steven Knight necesita para clavarnos al asiento.

 Estas propuestas tan arriesgadas corren el serio peligro se resultar aburridas pero no es éste el caso. Locke es un film que se basa en un buen guion sin trampas evidentes ni forzados giros argumentales en busca de sorprender al espectador. El británico Steven Knight (guionista de Promesas del Este) escribe y dirige esta película y se nota su implicación en el proyecto.

 Si tenemos una buena historia, ya tenemos un buen punto de partida sobre el que construir la película. Luego necesitamos un buen actor que sepa transmitir los matices y la evolución anímica que sufre su personaje durante la trama. Por suerte, en Locke contamos con Tom Hardy, un buen actor todo terreno que igual se embarca en cine de acción (El caballero oscuro: la leyenda renace, Warrior) que en proyectos más arriesgados como el que nos ocupa.  Son impresionantes las escenas de diálogo con el vacío asiento trasero o la empatía que consigue transmitir el amigo Hardy. Con muy pocos recursos, Hardy sale airoso de este complejo envite.


Ivan Locke no es un personaje de un solo trazo, es una persona mucho más íntegra de lo que parece en un principio. No es un tipo perfecto ni un héroe pero no está dispuesto a caer en los mismos errores que su padre. Por mucho que le pese, va a hacer frente a sus miedos y a asumir responsabilidades. Locke no ha de salvar al mundo ni evitar que estalle ninguna bomba, su carrera contra reloj es mucho más mundana y, por lo tanto, cercana al espectador. En apenas hora y media debe arreglárselas, sin dejar de conducir, para dar un giro radical a su vida a través de llamadas telefónicas.

Aunque no se les vea, el resto de actores aportan la suficiente credibilidad a sus personajes únicamente a través de sus voces. En un film basado casi exclusivamente en conversaciones telefónicas es imprescindible que las voces de los actores transmitan verosimilitud.

 Si tenemos un buen guión y buenos actores ya sólo debemos preocuparnos que detrás de la cámara esté un tipo que sepa rodar esta historia sin aburrir al espectador. Knight sabe colocar la cámara dentro del habitáculo de un coche logrando unos encuadres muy acertados. También cabe destacar el excelente trabajo de fotografía. Los planos de las luces del tráfico reflejadas en los cristales del auto me sorprendieron gratamente. Por suerte, el montaje consigue dar el ritmo adecuado y hacer vibrante lo rodado.

Locke no es un film perfecto pero es arriesgado y honesto.

6,5

jueves, 21 de agosto de 2014

Anarchy: La noche de las bestias (The Purge 2: Anarchy)



 Reconozco que la primera entrega no me acabó de convencer, partía de una buena idea pero su desarrollo dejaba mucho que desear. Por suerte, en esta segunda parte James DeMonaco ha enmendado buena parte de los errores y ha desarrollado las posibilidades de una premisa que da bastante juego. Los graves disturbios que están ocurriendo actualmente en Ferguson (Misuri) nos pueden llevar a pensar que quizás no estemos tan lejos de la singular premisa de esta saga.

 En esta segunda entrega nos encontramos a un grupo de personas que, por diferentes motivos, están fuera de sus casas en la noche de la purga. Al fin vemos todo aquello que en primera parte sólo se intuía. Asistimos al caos, la muerte y la destrucción inherentes a una noche en la que todo vale. El film se ve sin problemas e incluso atrapa sobremanera en su apasionante primera media hora. Luego tiene algunos altibajos cuando el film parece un refrito de Los guerreros de la noche (The warriors, 1979) y se convierte en un producto más previsible. Aún así sigue siendo un entretenimiento aceptable.
 Esta segunda parte se aleja de los cánones del cine de terror moderno de la original, hay menos sustos pero el ambiente de terror e inseguridad está mucho más logrado. Se profundiza en las conexiones entre el poder político y el económico que han llevado a esta feliz idea de una noche en la que el asesinato es legal. No faltan referencias a la cultura de la violencia y las armas instaurada en Estados Unidos ni a la lucha de clases, si bien están un tanto llevadas al extremo.


 No me acabó de convencer cierto personaje que parece sacado de un film de Chuck Norris o Charles Bronson, el típico justiciero en busca de venganza casualmente experto en todo tipo de armamento y técnicas de lucha. Le da un aire de peli de acción al uso en detrimento de la crítica social y el mal rollo. Por cierto, sigue habiendo máscaras molonas (y maquillajes propios del Joker de Nolan) que parece se van a convertir en la seña de identidad de la saga.

DeMonaco va más lejos en este film, lo que lo convierte en una propuesta superior y más entretenida que su predecesora.

5,5

The Delta Saints: Liar

miércoles, 20 de agosto de 2014

¡Armas al hombro! (Shoulder Arms, 1918)


 Ya que estamos en el centenario de La Primera Guerra Mundial, os dejo el film ¡Armas al hombro! de ese genio del cine y del humor universales que fue Charles Chaplin. En esta película su eterno personaje se las arregla en las trincheras de la gran guerra en Francia e incluso consigue capturar al káiser. A pesar de estar ambientada en un ambiente tan poco divertido y de la cruda situación mundial del momento, Chaplin se las arregló para hacer reír al público con esta genial historia.
 

domingo, 17 de agosto de 2014

Lost in La Mancha


Dentro del subgénero de documentales sobre películas que nunca llegaron a realizarse, tras el Dune de Jodorowski creo que debemos colocar el proyecto maldito de Terry Gilliam de rodar El hombre que mató a Don Quijote.

 Terry Gilliam es uno de esos directores que tiene un estilo narrativo y visual propio fácilmente identificable. Igualmente, el que fuera el único miembro norteamericano de los Monty Phyton es famoso por la dificultad de llevar a cabo sus proyectos. Sus rodajes suelen ser caóticos, casi tanto como la mente de Gilliam, por lo que ningún productor hollywoodiense quiere trabajar con Gilliam. Así pues, Gilliam necesita mucho dinero para llevar a cabo sus ambiciosos proyectos pero no está dispuesto a aceptar las condiciones de los productores norteamericanos y debe buscar financiación en Europa. Todo ello que le obliga a hacer auténticos encajes de bolillos para ajustar el reducido presupuesto disponible a sus imaginativas y costosas propuestas. Con los años Gilliam se ha ganado merecidamente una fama de director loco difícilmente controlable. Supongo que el cine sería mucho mejor si hubiera más visionarios como Gilliam.

 La maldición de Gilliam es no dejarse controlar por los grandes estudios. Ya claudicó en 12 Monos al permitir que los estudios incluyeran en el reparto a las estrellas Brad Pitt y Bruce Willis en los papeles principales (y eso que ambos actores están francamente bien). Gilliam es un soñador, como el mismo Don Quijote, y cree firmemente en la libertad del autor sobre su obra (algo que le emparente peligrosamente con Jodorowski). Otra de sus características es reponerse de cada uno de sus fracasos. En El imaginario del doctor Parnassus tuvo que echarle mucha imaginación para solventar el problema de la muerte de Heath Ledger a mitad de rodaje (acabó siendo sustituido no por otro actor sino por tres actores distintos).

 Uno de los casos más sangrantes de proyecto fallido fue El hombre que mató a Don Quijote. Tras conseguir la financiación, no sin problemas, en el año 2000 Gilliam empezó el rodaje en España de la historia que le venía obsesionando desde hacia una década. En su historia, un hombre de la época actual (Johnny Depp) viajaba (no sé cómo) al mundo de Don Quijote (el actor francés Jean Rocheford) donde éste lo tomaba como escudero en lugar de Sancho Panza. Una vez más, Tery Gilliam aporta su particular visión al mito del caballero andante más universal. 

 En el documental vemos imágenes de la preproducción, testimonios de los implicados e imágenes de los pocos días que duró el rodaje. Un rodaje que tuvo lugar en las Bardenas reales o el Monasterio de Piedra, los estudios alquilados para los interiores nunca llegaron a usarse. Este film es todo un catálogo de cómo todo lo incontrolable se pone en contra del proyecto. Desde las inclemencias del tiempo pasado por inoportunas enfermedades. Ya lo decía Murphy: cuando algo puede salir mal, saldrá mal.


 El documental se ve con interés y sirve para hacerte una idea de lo que cuesta realmente poner en pie una película y el montante de personas implicadas en un proyecto así. Las imágenes de la preproducción y el rodaje supongo que se rodaron de cara a ser incluidas en el DVD (esos extras que casi nadie se veía) pero al no llegar el proyecto a buen puerto estas imágenes cobran un sentido casi trágico. La verdad es que es interesante ver a Johnny Depp y Jean Rocheford (que estuvo 7 meses aprendiendo inglés) en sus respectivos papeles. Por cierto, Vanessa Paradis (Dulcinea del Toboso) ni siquiera se dignó a aparecer por el rodaje.
 Por momentos parece que el rodaje estuviera maldito como si pesara una maldición sobre cualquiera que quisiera adaptar al Quijote de Cervantes. Incluso Orson Welles estuvo durante años intentado acabar un film sobre el personaje que nunca llegó a concluir.

 Resumeindo, Lost in La Mancha es un documental recomendable para los seguidores del cine de Terry Gilliam y para quienes quieran conocer el ingente trabajo que hay detrás de cualquier película.

 P.D.: La buena noticia es que Gilliam (todo un Quijote moderno) nunca se rindió del todo y parece que ahora ha vuelto a retomar el proyecto con Ewan McGregor y Robert Duvall. ¿veremos finalmente algún día El hombre que mató a Don Quijote?

jueves, 14 de agosto de 2014

Los mercenarios 3



 Los mercenarios 3 es más de lo mismo pero elevado a la enésima potencia y con bastante menos gracia. Tanto esteroide parece haber atrofiado la chispa cómica de estos veteranos y acartonados protagonistas. Ni la sabia nueva aportada por la nueva generación de mercenarios (bastante sosos, por cierto) consigue insuflar algo de vida a este ruidoso geriátrico ambulante.

 La verdad es que Stallone (68 años que tiene el colega) fue muy listo al dirigir la primera entrega él mismo y dejar las otras otras dos en manos ajenas. Por desgracia, lo de coger a un director poco experimentado para controlarlo a tu antojo durante el rodaje no suele dar buenos resultados. Al director Patrick Hughes no se le nota estilo narrativo ninguno ni ninguna dote especial tras la cámara. Mi abuela lo hubiera hecho casi igual de bien. A su favor tiene que no es culpa suya que el guión sea un a completa idiotez llena de tópicos y que con tanta mega estrella debía de ser difícil controlar tanto ego. Hughes se limita a cumplir con los parámetros de esta saga, nada más.


  El problema reside en que la historia no tiene la frescura ni la ironía de la segunda entrega (la mejor de las tres con diferencia). En un guión con bastante poca gracia esta vez, los piques entre las estrellas no me resultaron especialmente divertidos y muchos personajes quedan desdibujados (Dolph Lungren tan apenas tiene protagonismo) en favor de otros que dan verdadera grima. Me refiero a nuestro Antonio Banderas que hace el ridículo como pocas veces le hemos visto hacer (y mira que hay donde elegir). Banderas esta fatal en su ridículo personaje, verlo cantar el himno de la legión me provocó vergüenza ajena. Banderas es lo peor del film con diferencia.
 Tampoco es que Mel Gibson se escape de la quema, está terriblemente sobreactuado interpretado el mismo personaje que en esa otra tontería llamada Machete kills. Un desticulante villano entre lo risible y lo patético. La otra estrella de renombre que se incorpora a esta mamarrachada es el bueno de Harrison Ford (71 años), aparece poco y está correctito aunque desaprovechado. Lo de Stallone no es interpretar, es hacer durante casi 40 años el mismo papel de tipo duro pero con corazoncito. Sly sabe que ya nadie se lo toma en serio y ha decidido huir hacia delante. Esta vez se ha afeitado, nada de perilla ni bigote, ésa es toda su preparación para el personaje. Tampoco Schwarzenegger (67 añitos) parece que se haya preparado mucho su personaje, le basta con aportar su presencia y coger un arma.

 Por cierto, recomiendo el visionado en versión original de esta película, sólo así se pueden entender las bromas a costa del acento de Jason Statham y oír la auténtica voz de Antonio Banderas mientras canta el himno de la legión. Por Dios, qué bochorno.

 El resto del film es lo que todos esperábamos, tiros, explosiones y patadas a diestro y siniestro. Quizás se les ha ido la mano (bastante) con alguna fantasmada y se nota mucho cuando los actores están doblados por especialistas pero seguro que los aficionados al cine de acción de décadas pasadas no saldrán decepcionados. Para ellos va destinada esta cinta, que la disfruten.

3,5


Por cierto ¿es realmente este film el canto del cisne de Stallone? No creo. Seguro que en breve vuelve con Rambo 5. ¿Habrá una Mercenarios 4? Ya sólo falta por salir Nicolas Cage.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Lauren Bacall (1924-2014)


 Nos ha dejado la última gran estrella femenina del cine clásico. Lauren Bacall destilaba un estilo que perdurará imborrable mientras haya alguien que siga viendo sus peliculas. Bacall tuvo la suerte de hacer cine en una época en la que las estrellas estaban tuteladas por los grandes estudios y en la que las pantallas de cine rebosaban estilo. Era la época de los tipos duros que caían rendidos ante las mujeres fatales a las que Bacall encarnó como pocas.
 Su peculiar voz, sus  hombros anchos, su cara angulosa y su delgada figura la alejaban del canon de belleza imperante (muy alejado de Marilyn Monroe o Jane Mansfield). Era otra época en la que fumar en pantalla no estaba mal visto. Aún sigue siendo un deleite ver fumar en blanco y negro a estos actores y actrices del cine clásico de Hollywood.

Ninguna mujer fumó como la Bacall en el cine. Siga usted fumando, señora Bacall, que en el cielo no está prohibido.

Noé


 La hasta ahora impecable trayectoria de Darren Aronofsky se ha topado con una epopeya de dimensiones bíblicas que, si bien no es un gran fracaso, sí supone la cota más baja de su filmografía.

 Lo cual, tampoco quiere decir que estemos ante una mala película, ni mucho menos. Ocurre con este Noé lo mismo que le pasó a su director con La fuente de la vida, son films eclécticos que pecan de indefinición al intentar conjugar gran espectáculo visual con un mensaje excesivamente profundo. Cosa que no es mala de por sí, pero que no está del todo bien resuelta.

 Noé narra el famoso pasaje bíblico del Antiguo Testamento y lo hace aunando gran espectáculo y la profundidad habitual en el cine de Aronofsky.  De origen judío, Aronofsky narra esta historia con su buen hacer habitual y le imprime un acertado ritmo, es respetuosos con los creyentes y no se toma excesivas licencias que levanten ampollas (excepto en algunos países musulmanes para los que está prohibido hacer representación alguna de los profetas del Corán, entre los que se encuentra Noé). Sin embargo, por momentos parece que estamos viendo una superproducción de catástrofes más al uso, un blockbuster de esos que podrían estar firmados por Roland Emmerich. Noé es cine de catástrofes y grandes efectos especiales antes que una sesuda reflexión sobre la historia de Noé. La balanza de decanta por la espectacularidad (incluso hay unos gigantes de piedra que parecen Transformers de piedra) frente a los significados de la historia.


 A pesar de la espectacularidad de sus imágenes, esta versión de Noé no está exenta de múltiples interpretaciones. Entiendo que Aronofsky haya querido hacernos ver la escasa diferencia que existe entre un verdadero profeta y un loco. Su Noé (perfectamente encarnado por Russell Crowe) es un fundamentalista religiosos que sigue ciegamente los designios que recibe de Dios a través de sus visiones (en las que sí vemos el sello Aronofsky). Pero Noé puede ser visto como un fundamentalista peligroso como un auténtico profeta elegido por Dios. Aronofsky juega hábilmente con la idea de los peligros de la fe y la determinación. Su Noé es un ecologista convencido que vive en armonía con la naturaleza, no mata animales sin motivo ni come carne. Sin embargo, deja que mueran miles de personas en el diluvio universal y está dispuesto a matar a sus nietas sólo para cumplir el mandato divino. Algunos podrían tildarlo de psicópata terrorista ecológico. La Biblia vista con ojos actuales adquiere significados que probablemente ni los que la escribieron podían imaginar.

 Creo que Aronosky triunfa  a la hora de hacernos ver cuánto ha cambiado la sociedad desde que se escribió el Antiguo Testamento, pero fracasa al disfrazar su película de blockbuster. Incluso hay una pelea final con un villano y cambios de bando en el último momento. Yo de Aronofsky me esperaba algo más original. Supongo que para narrar la historia de Noé se vio atrapado entre la necesidad de un gran presupuesto y las exigencias de la productora. Quiero creer que este no es el Noé que realmente Aronofsky quería hacer y que las concesiones al gran público fueron impuestas por el estudio.

 Lo que da cohesión al film son la acertadas interpretaciones de Russell Crowe, Jennifer Connelly y Emma Watson. Todos ellos están francamente bien y dan la necesaria credibilidad a esta historia. También Anthony Hopkins aporta su buen oficio como el abuelo de Noé, Matusalén.

 Lo dicho, irregular, me gustaron las connotaciones morales del film pero no me gustaron las aspiraciones de blockbuster.

6


miércoles, 6 de agosto de 2014

The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro


 Dejemos las cosas claras: esta nueva trilogía sobre Spider-man me parece del todo innecesaria.

 No me gusta lo de los padres de Peter, por muy espectacular que sea la escena inicial. No me gustan los villanos, ese Electro (un desastroso Jamie Foxx) es más un pobre enfermo mental que un villano al uso, y Rino (Paul Giamatti) apenas parece. Por su parte, la encarnación de El duende verde me provocó indignación. Me aburre la omnipresente y todopoderosa Oscorp. Igualmente, la relación paternal entre Norman y Harry Osborn no me gusta cómo está resuelta. ¿Dónde esta JJ Jameson? yo le sigo echando de menos.


 No todo va a ser negativo en esta nueva saga sobre nuestro arácnido amigo. Sí me gustan las modificaciones que se le han hecho al traje, el partido que se sacan a los lanza-redes, la presentación (aunque sea de tapadillo) de La gata negra, lo del niño, los guiños a villanos como Octopus o El buitre (se pueden ver sus trajes fugazmente). Podemos afirmar que el film intenta aunar demasiados elementos de las distintas etapas del trepamuros con bastante poca fortuna.

 El director Marc Webb (500 días juntos) ya no debe contar la manida historia de los orígenes de Spider-man y ello le da mayor libertad a la hora de desarrollar las tramas. La relación entre Peter y Gwen Stacy está bien llevada pero ese enfoque adolescente y algunas fallidas escenas de humor le hacen perder enteros. El uso de canciones pop, algunas metidas con calzador, es una evidencia de la orientación juvenil de la película. Al fin y al cabo, Disney ha comprado Marvel. Tampoco podemos olvidar que Sony Pictures usa el film para vender sus productos, lo que explica la enorme cantidad de productos de Sony que aparecen en pantalla, uno de los casos más descarados de product placement. Todos los móbiles, cámaras y portátiles del film son Sony. Incluso el logo de Sony aparece en los anuncios de Times Square. Sólo falta ver a Spidey con el logo de Sony en el traje como si fuera un corredor de Fórmula-1.

  Ya que Sony usa esta franquicia como medio para publicitarse, era de esperar que la presentación de otros personajes como Electro fuera bastante cochambrosa. Lo de El duende verde me produjo indignación y vergüenza ajena, la verdad es que bueno de Dane Dehaan resulta patético hacia el final del film. Lo de Rino se queda en un simple cameo y evidencia que todos los villanos de esta trilogía van a tener su origen en Oscorp (qué rollo). Tampoco resulta convincente la relación entre dos personaje de orígenes tan distintos como Peter y Harry Osborn.

Por suerte, la cosa va de menos a más y hacia el final podemos asistir a algunas escenas dignas de una buena película de superhéroes. Me gustó el enfrentamiento final y cómo está resuelto el asunto de Gwen Stacy (que no voy a desvelar para quien nunca haya leído un cómic de Spider-Man). Al final va a ser casi el único acierto haber adaptado este personaje a la gran pantalla, su plasmación resulta mucho mejor que la realizada por Sam Reimi en su anterior trilogía (superior en casi todos los aspectos).

Por lo demás, hay buenos efectos especiales, el divertido cameo de Stan Lee y poco más en este desigual batiburrillo arácnido.

4,5

lunes, 4 de agosto de 2014

Cómo entrenar a tu dragón 2


  Tras el éxito de Cómo entrenar a tu dragón los de Dreamworks decidieron hacer una trilogía. Podían haber tirado por el camino fácil y haberla hecho con el piloto automático puesto. Por suerte para nosotros, se han tomado la cosa en serio y esta segunda entrega supera a su antecesora.

 No sólo maduran los personajes, también maduran las tramas, haciéndose algo más oscuras y complejas (tampoco mucho). Si en toda primera entrega de cada saga se debe contar el origen de los personajes, es en la segunda parte en la que éstos se pueden desarrollar antes de llegar a la conclusión en la parte final. Así pues, en esta segunda parte encontramos a los personajes ya presentados en la primera entrega pero se nota el paso del tiempo. Hipo ya no es un niño, debe asumir responsabilidades y tomar difíciles decisiones. No sólo esta secuela es más espectacular y más divertida que la primera, es mejor película ya que profundiza en los personajes, explotando las bazas de la primera sin dejar un film muy ameno. Hay más dragones y más peleas, pero también hay una historia que contar.

 Al igual que en la primera entrega, el director Dean DeBlois no ha abusado de los chistes para adultos ni las parodias al estilo Schreck (el mayor éxito de Dreamworks). Siendo el mayor referente de esta película El imperio contraataca (la mejor de la saga de Star wars con diferencia) por el tono adulto y la madurez que adquieren los personajes. No es difícil encontrar similitudes entre Hipo y Luke Skywalker. Tampoco falta algún guiño a Harry Potter (la marca en la cuna). También hay en la trama descubrimientos sorprendentes y un terrible villano realmente a la altura.
 Sólo como apunte: Cómo entrenar a tu dragón 2 me recordó en cuanto a su planteamiento a esa pequeña joya de la animación injustamente olvidada que el Ga'hoole.


Resumiendo, todo lo necesario para una gran aventura para toda la familia.

7

The kinks: You really got me

Hoy se cumple 50 años de la publicación de esta maravillosa canción de The Kinks.

 El mítico y furioso riff de guitarra de esta canción ha sido miles de veces imitado y versioneado y fue fundamental para la aparición de estilos como el punk.