lunes, 29 de septiembre de 2014

Concierto de The Delta Saints en la Sala López, Zaragoza el 28 de Septiembre de 2014


No todos los días tiene uno la oportunidad de ver en directo a una banda de blues rock de primer nivel. Da igual que sea Domingo y al día siguiente paguemos las consecuencias, hay citas a las que no demos decir que no y The delta saints son una de ellas.

Partiendo de las raíces de la música americana como el soul, el blues y el swamp rock, Delta Saints eleboran un cóctel explosivo altamente refrescante. No han inventado nada pero lo ejecutan de forma apasionada y apasionante. No se puede pedir más. Delta Saints son un exponente de esa nueva música americana fuerte mente enraizada pero que no teme mirar hacia el futuro y que tan buenos ejemplos nos está dando en los últimos años.

Los de Nashville recalaban en la capital de cierzo como colofón a su maratoniana gira europea. No sé si se les notarían los kilómetros que llevaban encima, confesaron que llevaban recorridos unos 15.000 en un mes, pero el grupo funcionó de escándalo con un sonido y una fuerza bárbaros.
 Ni los kilómetros ni el cansancio parecían hacer mella en un grupo que es un engranaje perfecto de fabricar buena música. Todo un lujo poder verlos así de cerca en una sala pequeña como la Sala López. Debo mencionar el buen rollo y camaradería que destilaban todos los miembros del grupo el exquisito virtuosismo de unos músicos que disfrutaron tanto como el público asistente a su torrente de rock-blues inmortal. Un conjunto de músicos impresionantes, yo diría extraterrestres, facturando un rock alucinante de apabullante energía que se metió al público en el bolsillo desde el primer tema. Por Dios, qué energía destilan estos tipos.

 Recordad ese nombre: The delta saints. Pueden ser el próximo pelotazo del rock internacional (como lo fueron en su día The Black crowes, Jack White o The black keys) o puede que no pase nada con ellos y el gran público nunca los conozca. Quizás sea mejor así, podremos seguir disfrutando de su rock de forma mucho más cercana.

Por su parte los zaragozanos Mama Kin hicieron lo propio con un concierto mucho más que correcto, derrochando clase y ganas.

Lo dicho, un lujo, oiga.

Senderos de gloria (Paths of glory, 1957)



En 1934, el escritor canadiense Humphrey Cobb leyó en un periódico una extraña noticia que rezaba: “Francia absuelve a cinco fusilados por amotinamiento en 1915. Dos de sus viudas reciben una indemnización de un franco cada una”.
 Cobb, que había participado en la Primera Guerra Mundial, descubrió que, tras el fracaso de una ofensiva militar, el general francés Réveilhac había ordenado fusilar a cinco cabos elegidos al azar de entre sus propias filas. Un escarmiento ejemplar que culpaba del fracaso militar a las tropas (cobardes e insubordinadas) y no a los mandos. Incluso se llegó a ordenar bombardear las propias líneas para obligar a salir de las trincheras a los soldados. La absolución de los cinco fusilados llegaba demasiado tarde pero al menos se restauraba su honor. Inspirándose en estos hechos, Cobb escribió Senderos de gloria en 1935, un libro que conmocionó al joven Stanley Kubrick. Años más tarde Kubrick colaboraría en la elaboración del guión.

 Dicho guión fue dando tumbos por los estudios de Hollywood sin que ninguno de ellos quisiera llevarlo a cabo. Cuando llegó a manos de Kirk Douglas éste se quedó prendado y se comprometió personalmente para llevarlo a cabo. Una vez que Douglas apoyaba el proyecto la United Artist decidió darle luz verde, era un presupuesto moderadamente bajo que seguro que recuperaría la inversión al tener en el reparto a una gran estrella como Douglas. Stanley Kubrick era un director joven que había causado buen impresión con sus dos primeros trabajos y era barato, por lo que fue elegido para dirigir la película.  Cabe destacar que el final presentado a United Artist era un final feliz que nunca llegó a rodarse, siendo una treta para convencer a la productora. Una vez rodado el film se decidió no modificar el final.

  El film viene a incidir sobre la idea de que la guerra sirvió para satisfacer los intereses de un puñado de militares de alta graduación de uno y otro bando. Ya desde el inicio nos deja claro quien mueve los hilos en la guerra y con qué fines lo hacen. En la conversación inicial entre dos altos mandos militares franceses, rodada con una maestría exquisita, Kubrick nos evidencia que la muerte de miles de soldados en el campo de batalla no parece tener ninguna importancia para los mandos si estos consiguen ascender en la jerarquía. Las ambiciones personales se anteponen a las vidas de sus tropas. Cualquier medio es lícito para lograr escalar en el escalafón militar, ello incluía ataques sin ninguna posibilidad de éxito, bombardear a sus propias tropas y fusilamientos por cobardía.

 El hecho de intentar justificar un fracaso mediante la insubordinación de los soldados y la forma de evitarlo fusilando a tres de ellos al azar para dar escarmiento son hechos que acontecieron realmente en la gran guerra. Así mismo el hecho de bombardear tus propias posiciones para obligar a las tropas a avanzar parece que no fue infrecuente en la Primera Guerra Mundial. Kubrick parece decirnos que la guerra saca siempre lo peor del ser humano pero también lo mejor.

 Kubrick nos sitúa luego en una trinchera y nos muestra las trágicas repercusiones de las decisiones tomadas por el alto mando. El personaje de Kirk Douglas es consciente del hecho que debe liderar a sus hombres a una muerte casi segura, pero aun así debe hacerlo. Es el dilema moral de este personaje lo que dignifica al ser humano. El coronel Dax defenderá (también con muy pocas posibilidades de éxito ) a los tres soldados elegidos al azar para ser juzgados por cobardía.
 Sin moralinas ni patriotismos baratos Kubrick aboga por luchar por lo que uno cree justo aunque no haya ninguna posibilidad de éxito. Es este hecho el que realmente diferencia a un héroe de alguien que sólo cumple órdenes y se escuda en ellas. Kubrick ataca así ferozmente al estamento militar.

 Técnicamente el film es impecable.  Kubrick, en su habitual y obsesiva búsqueda de la perfección, repetía las escenas decenas de veces hasta que le satisfacía el resultado. Sólo por la escena de la conversación entre la pareja de altos mandos Kubrick demuestra un excelente dominio de la técnica. Tanto la fotografía como los movimientos de cámara son sensacionales. Nada es aleatorio ni está dejado al azar todo tiene su significado y hasta el más mínimo detalle, frase o mirada están perfectamente estudiados. Las espectaculares escenas de las cargas contra la trinchera enemiga con Kirk Douglas arengando a sus soldados son impactantes. Cabe destacar que Senderos de gloria contiene algunos de los mejores travellings de la historia del cine.

 Debo mencionar la escena final en la que una joven muchacha canta una canción en alemán ante las tropas francesas viniendo a significar que, al fin y al cabo, todos somos iguales y no existen tantas diferencias entre países. Todos han perdido familiares y amigos en una contienda en la que sólo salen ganando unos pocos. La inicial burla de los soldados franceses se va tornando en comprensión e incluso emoción. La muchacha alemana está interpretada por Suzanne Christiane quien se convertirtía en la tercera y definitiva esposa de Kubrick.

 Obviamente, el film no gustó en la Francia de De Gaulle (que había combatido en la contienda) por la imagen que se transmitía del ejército francés. El film no sólo levantó ampollas en el país galo,  también estuvo prohibido en la España del general Franco y no se estrenó hasta 11 años después de la muerte del dictador.

 Senderos de gloria es una maravilla antibelicista. Una de las mejores películas (anti)bélicas de la historia y la mejor sobre la Primera Guerra Mundial.





viernes, 26 de septiembre de 2014

Pink Floyd : The endless river, consideraciones previas


¿Qué esperar cuando ya no hay nada que esperar? El anuncio del lanzamiento del nuevo álbum de Pink Floyd me pilló por sorpresa este pasado mes de Julio. Siempre es positivo saber que algo se mueve en el seno de una de tus bandas favoritas aunque hayan pasado 20 años desde su último lanzamiento de estudio.

 Justo 20 años después del último disco de estudio del grupo, el correctito The división bell (1994), David Gilmour y Nick Mason regresan bajo el nombre de Pink Floyd con un trabajo nacido en las sesiones de grabación de 1993 en las que colaboró el ya fallecido Richard Wright. Según Nick Mason, durante aquellas sesiones de grabación se gestaron varias composiciones de música ambiental que recibieron el nombre de The big spliff (el gran porro) pero que quedaron aparcadas.Tras permanecer 19 años en un cajón, parece ser que Gilmour y Mason decidieron volver sobre aquel material descartado que nunca había visto la luz. Incluso se dice que se han incluido grabaciones de ensayos de Wright que datan de 1969.
 En mi humilde opinión, la euforia de los fans es desproporcionada, sobretodo cuando no hemos oído más que 30 segundos en los avances que ha ido dando el grupo.
 La cosa no pinta bien. Unos Pink Floyd formados únicamente por Gilmour y Mason nos ofrecieron el disco más flojo de toda la carrera de Pink Floyd , me refiero al nefasto A momentary Lapse of reason de 1987 que nunca debió pertenecer a la discografía del mítico grupo sino a la carrera en solitario de Gilmour. La cosa mejoró bastante con The divison bell, quizás por la inclusión de Wright como miembro de pleno derecho.

 En las sesiones que han recibido un lado de cara han respetado las pistas grabadas por Wright y el disco parece ser que es un tributo a su amigo fallecido. Por lo poco que hemos podido oír, recuerda demasiado a los Pink Floyd de los 90. ¿Habrán actualizado su sonido al nuevo milenio? No sé si tal cosa puede ser buena o mala, la verdad.
 Por otro lado, siempre es mejor (aunque mucho menos rentable) dejar de sacar discos que arrastrar por el barro el legado de una de las bandas más influyentes del planeta. Dudo mucho que Gilmour y Mason vayan a lanzar un material de poca calidad, pero que nadie espere la cuotas de sus antiguos trabajos. Me resulta muy sospechoso que saquen el disco precisamente ahora, cuando todo el católogo ha sido debidamente rentabilizado con inclusiones en spotify, re-ediciones de lujo y cajas recopilatorias en los años precedentes. Tampoco creo que la fecha de lanzamiento, el 10 de Noviembre, sea casual, demasiado cerca de las navidades. Todo indica que Gilmour y Mason necesitan asegurarse una buena jubilación.


 Yo opino que si quedaba material de aquellas sesiones de 1993 hubiera sido lo razonable publicarlas dentro de la edición especial de The division bell que se lanzó este mismo año. Es posible que al buscar material para esa re-edición de lujo (y nada barata) se encontraran con estas sesiones y así surgiera la idea.
Ésta no es la portada oficial, pero me gusta más que la original.

   La ausencia de Waters en el disco parece lógica si pensamos que Waters y Wright no se llevaron nada bien en las últimas décadas. Hubiera resultado del todo hipócrita por parte de Waters participar en un disco homenaje al teclista fallecido al que él mismo expulsó del grupo a finales de los 70. Hecho que provocó que Wright tocara como músico contratado en la gira de The Wall. Wright no volvería a ser miembro oficial hasta mucho después de la marcha de Waters.
 O mucho me equivoco o lo que vamos a encontrar en este disco es un refrito de descartes de un disco que en 1994 ya sonaba a viejo dinosaurio agonizante (a pesar de contar con alguna gran canción como High hopes). Yo creo que estará entre el rock para adultos (AOR) de The division bell y el aburrido disco ambiental que hizo Gilmour con el grupo The Orb (Metallic Spheres) en 2010. Que nadie espere la experimentación de sus discos en los años 60 y 70, nada de discos como The dark side of the moon, Animals, Meddle, Wish you were here o The Wall. En todos esos discos estaba Waters y ya sabemos que la ansiada reunión entre Waters y Gilmour parece cada día más imposible...


Así pues, amigos, cautela. No echemos las campanas al vuelo ni tiremos el disco a los cerdos antes de oirlo.

jueves, 25 de septiembre de 2014

El beso del asesino (Killer's kiss, 1955)


El beso del asesino fue el segundo largometraje del joven Stanley Kubrick. En esta película Kubrick rueda su propio guión en el que un boxeador protege a una señorita de las garras de un gangster, una historia típica de cine negro de los años 50.

 A sus 27 años Stanley Kubrick se nos presenta ya como un artesano más que solvente. Pocos peros se le pueden poner técnicamente a su película. Kubrick se rebela como un gran fotógrafo así como un director con ganas de experimentar. Kubrick experimenta con la cámara subjetiva en la escena del combate de boxeo, experimenta con los juegos de luces entre los apartamentos y usa todo tipo de técnicas cinematográficas como la voz en off y los flasbacks con resultados más que satisfactorios.

El joven Stanley Kubrick dirigiendo a los actores de El beso del asesino.
  El film contiene hallazgos visuales que nos avisan que estamos ante un director con talento. Me refiero a la presentación de los apartamentos de los alienantes edificios conectados por la azotea o las estupendas escenas de persecuciones. Tampoco puedo dejar de mencionar la lucha entre los maniquíes (me resultó propia de un film de terror que del cine negro).
Sin embargo, su guión es rutinario y bastante obvio, su historia no da mucho juego, demasiados tópicos. Tenemos un boxeador venido a menos (prototipo del antihéroe), una femme fatale y un perverso gangster. Un triángulo no muy novedoso que viene acompañado de una gran calidad técnica pero cuyo desarrollo nos sabe a poco.


  Kubrick aprendió tras este film que escribir guiones no era su fuerte y decidió no volver a escribir un guión original nunca más. Sus siguientes películas fueron siempre adaptaciones de textos ajenos.
Tampoco el casting es muy acertado, malos actores en personajes estereotipados. Kubrick parece más interesado en los aspectos técnicos que en reflejar las personalidades de los personajes, resultando estos bastante planos, muy alejados de los complejos retratos que Kubrick desarrollará en el futuro. Supongo que un presupuesto ajustado también influyó en un reparto no muy solvente.
 Ocurre que, para que el espectador se identifique con el protagonista que lo arriesga todo por una chica, dicha chica debe parecernos lo suficientemente atractiva como para que el espectador se sienta atraído por ella. Nada de ello ocurre en este film, la chica de la peli (Irene Kane) es tan sosa y tan fría que resulta casi imposible de creer que nadie pierda la cabeza por ella y mucho menos que dos tipos pongan en peligro su vida por esta señorita. Cabe destacar que Irene Kane era hermana de Ruth Sobotka, la esposa por aquel entonces de Kubrick y la bailarina que sale en una escena del film. 
El resto del reparto está igualmente inexpresivo, destacando la intermitente cojera del villano de turno o actores que se tropiezan y caen en plena persecución (no parece que el trompazo estuviera ensayado, más bien que se dejó en el montaje final por su verosimilitud, cosa extraña en el perfeccionista compulsivo que Kubrick acabaría siendo).


Con una historia simplona Kubrick elabora un buen ejercicio de estilo.  El beso del asesino no es una obra maestra, pero deja ver que tras la cámara hay un tipo con mucho potencial.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Corazón salvaje (Wild at heart, 1990)


 Sobre Nicolas Cage circulan todo tipo de rumores por la red: se dice que es un vampiro, que usa pelucas,  que una vez fue un buen actor o incluso que una vez ganó un Oscar. Yo os puedo confirmar que hubo un tiempo en el Nicolas Cage  hacía buenas películas. Corazón salvaje es un ejemplo de ello.

  Tras tocar el cielo con Terciopelo azul, David Lynch se embarcó en la elaboración de Twin Peaks. Monty Montgomery, amigo de Lynch y productor de Twin Peaks, le ofreció producir un guión que había elaborado sobre el libro de Barry Gifford, Corazón salvaje. A Lynch le gustó tanto que decidió dirigirlo él mismo. La quiebra de Dino De Laurentiis, cuya productora fue comprada por Carolco, significó que Lynch no tenía un productor que le ofreciera total libertad creativa. Por suerte la compañía independiente Propaganda films accedió a producir el film con un presupuesto de 10 millones de dólares asegurando a Lynch que tendría el control total sobre el montaje.

 Como no podía ser de otra manera, Lynch no dejó indiferente a nadie. Tras Terciopelo azul y Twin Peaks, Corazón salvaje es la confirmación del estilo depurado de un Lynch plenamente consciente de sí mismo y de sus capacidades, un Lynch en plena forma. Llena de excesos de todo tipo, es un film transgresor que bordea peligrosamente los límites de la locura.
 Corazón salvaje oscila continuamente entre varios géneros y estilos. Lynch adapta a su universo la novela de Barry Gifford. Es una bizarra road movie  con toques de cine negro y pinceladas surrealistas.  Por momentos parece hecha a base ideas inconexas que nunca acaban de cohesionarse. El resultado es una película inclasificable que produce por igual fascinación y rechazo en el espectador.


 Corazón salvaje versa sobre una pareja de enamorados que intentan ser felices en el infierno. Su amor deberá superar todo tipo de barreras en un entorno claramente hostil. A Lynch no le convencía el final del libro en el que los amantes deciden romper su relación por su propio bien. Era un final demasiado sensato y racional que traicionaba la esencia de los personajes.  Lynch decidió que los amantes debían  permanecer juntos, su pasión no podía verse sofocada por la lógica. Así pues Lynch ideó la idea de la aparición de un hada madrina (interpretada por Sheryl Lee, la Laura Palmer de Twin Peaks) que hiciera cambiar de idea a los amantes. Así se introdujeron en el guión las alusiones al Mago de Oz.


Si Blue velvet se iniciaba con un plano de las cortinas de la habitación en la que tuvo origen del trauma de Frank, Wild at heart se inicia con las inquietantes imágenes de unas llamas. Posteriormente descubriremos que esas llamas tienen una importancia vital en la trama, pertenecen al incendio en el que murió el padre de Lula.  El fuego será un elemento recurrente en el film, son abundantes las imágenes de cerillas y cigarros encendiéndose. Para Lynch el fuego simboliza el mal, la chispa que prende parece emparentar con la maldad. Los efectos de sonido y la música que acompaña a las imágenes no dejan lugar a dudas.



  Nuestra pareja de enamorados está formada por Sailor y Lula. Sailor es un  joven que no tiene oficio ni beneficio, un don nadie impredecible y violento. Su afición a imitar a Elvis y su chaqueta de piel de serpiente unidos a la desatada interpretación de Nicolas Cage configuran un personaje realmente inolvidable, a veces patético y otras sublime. La joven Lula (Laura Dern) es la joven enamorada de Sailor que está dispuesta a fugarse con él para huir del influjo de su madre. Son una pareja vulgar y nada sofisticada, pero su amor es puro. Mientras el sexo será enfermizo para los villanos, para Sailor y Lula es liberador. La mano abierta de Lula simboliza la liberación sexual de su personaje, pero incluso eso será corrompido. La música será también un refugio para nuestra pareja de fugitivos. Lynch parece añorar en su filmografía la estética y la música de los años 50 y 60, en los que él creció, mientras la música moderna es estridente y violenta.
Conforme pasa la acción Lula empieza a creerse Dorothy en un mundo de pesadilla (incluso llega a juntar los talones de sus zapatos en un intento de huir de la realidad). Sailor será su acompañante en el camino de baldosas amarillas (la carretera) y su madre sería La malvada bruja del Oeste.




  Marietta Fortune (Diane Ladd) es la madre de Lula, un ser repulsivo, a la vez dominante e infantil que no quiere perder el control sobre su hija y está dispuesta a cualquier cosa para evitarlo. La escena del pintalabios nos demuestra que algo funciona realmente mal en su cabeza. Como Frank es capaz de la mayor crueldad y parece que arrastra algún trauma infantil que la mantiene en esa edad.  La madre es tan infantil y caprichosa como una niña pequeña y a la vez tiránica y cruel. Ella es la perversa Bruja mala del oeste. La madre ve con malos ojos que su hija esté enamorada con Sailor. Sailor está involucrado en los negocios sucios de la madre y puede irse de la lengua respecto al asesinato del padre de su amada por encargo de su madre. La fuga de Lula con Sailor una vez que éste sale de la cárcel encoleriza a su madre, quien inicia una búsqueda desesperada por recuperar a su hija y acabar con Sailor de una vez por todas.


Todo ello configura una galería de personajes más que peculiares entre los que destaca Bobby Perú (un Willem Dafoe en unos de sus mejores papeles) un imitador de Clark Gable que, como Frank Booth, no está en sus casillas. Ambos personajes tienen más de una característica en común. Su forma de vestir y su peculiar forma de tratar a las mujeres los convierte en los villanos por antonomasia del cine de Lynch. Grace Zabriskie (la madre de Laura Palmer en Twin Peaks) e Isabella Rossellini  interpretan a dos mujeres que forman parte del grupo de asesinos que son contratados para acabar con Sailor.

 La huida de los amantes por el camino de baldosas amarillas empieza a convertirse en una pesadilla a medida que la influencia negativa del mundo exterior empieza a hacerse evidente. En la radio del coche sólo dan noticias terribles y un accidente de tráfico les descubrirá que la muerte siempre está al acecho. A partir de ese momento todo se irá torciendo, la influencia del mal hará mella en la pareja. Los personajes jóvenes e inocentes que se introducen en mundos perversos son una constante en el cine de Lycnh, el joven protagonista de Terciopelo azul o la aspirante a actriz de Mulholland drive nos sirven de ejemplo.


 Corazón salvaje es una road movie que discurre en una América enferma y violenta. Quizás en una clara inspiración en Buñuel, Lynch llena el film de bizarros pasajes: un hotel gestionado por  ancianos y tullidos, el cliente del bar con voz acelerada, la terrible historia del tío Dell (interpretado por ese pirado que es Crispin Glover), la señora que baila en el salón mientras desaparece entre la oscuridad, la chica del accidente de tráfico que busca su bolso para maquillarse, etc. La mente de Lynch pervierte la típica estampa americana a base de momentos cotidianos rotos por elementos surrealistas.
  
 La recepción del film fue bastante dispar, unos (pocos) la amaron y otros la odiaron. Los test previos al estreno fueron desastrosos, algunos espectadores abandonaban la sala debido a la extrema violencia de algunas escenas. Lynch decidió suavizar algunos planos especialmente desagradables o violentos pero no recortó ninguna escena. Corazón salvaje recaudó en taquilla 14 millones de dólares sólo en USA, lo que arroja un balance positivo si consideramos que costó 10 millones y aún faltaba la recaudación internacional. El éxito de Twin Peaks y la canción de Chris Isaak, Wicked game, contribuyeron al buen funcionamiento en taquilla del film. Por cierto, el film ganó la palma de Oro en Cannes a pesar de las encontradas opiniones que generó, lo que sirvió para consagrar definitivamente a su director.

 Corazón salvaje es un macabro y desconcertante cuento de hadas ambientado en el infierno.


domingo, 14 de septiembre de 2014

Al filo del mañana (Edge of tomorrow)


 Para su nueva película, el todopoderoso e inmune al paso del tiempo Tom Cruise ha escogido al director Doug Liman. Liman es el responsable de films más que decentes como El caso Bourne o Caza a la espía y mediocridades como Jumper o Sr y Sra Smith.

 Me inclino a pensar que Liman es un buen artesano que sabe rodar y darle ritmo a una historia pero que cuando no hay nada que sacar se limita cumplir con el expediente.  Lamentablemente, creo que en Al filo del mañana estamos ante un claro ejemplo del segundo caso. Liman cumple y entrega un film a más gloria de su estrella pero poco más. Las escenas de acción son trepidantes y el ritmo general del film está bastante conseguido, por lo que estamos ante un encargo de Liman resuelto una vez más con buen hacer pero poca personalidad. Dudo mucho que Tom Cruise deje que se vea la personalidad de sus directores en ninguna de sus películas.

 Al filo del mañana es el enésimo blockbuster en la carrera de Tom Cruise, otro film que es sólo un mero entretenimiento para un espectador sin demasiadas pretensiones. Ofrece algo más a base de unos impecables efectos especiales y un buen ritmo pero se olvida tan pronto como se ve. Al igual que Oblivion es una ciencia ficción con algo más de trasfondo de lo que suele ser habitual en las grandes producciones pero no es una ciencia ficción que deba ser tomada en serio. No estamos ante Origen, Moon o Gravity.
Vale que la premisa argumental es del todo inverosímil y ridícula pero no se trata de buscarle tres pies al gato, no estamos ante un film tipo 2001 sino más bien ante el último lucimiento de Tom Cruise. Si la trama se nos hace poco creíble, el final es de traca, hay que echarle muchas ganas para que nos resulte veraz ese forzado final que, como pasó el Oblivion, le hace perder al conjunto bastantes enteros en busca de un happy end bochornoso.


 Este film se podría definir como un cruce entre Salvar al soldado Ryan y Atrapado en el tiempo. Aquí el Día de la marmota se ha transformado en el día D en el que hay que desembarcar en Francia para echar al invasor.  A mí me parecieron demasiado obvias las referencias a la Primera Guerra Mundial (se habla de una decisiva batalla ocurrida en Verdún) y la Segunda Guerra Mundial. Sólo faltaba que los alienígenas hablaran alemán. Todo bastante obvio y destinado a un espectador medio no muy ducho en historia.

  Siguiendo con las referecnias, debo comentar que los villanos parecen sacados de Matrix y la estética manga me resultó un tanto chocante (esa espada...) pero es comprensible si pensamos que el film se basa en un cómic Manga. También me recordó a Starship troopers pero sin la mirada ácida aquélla. El film funciona como divertimento aunque desperdicia la oportunidad de cierta crítica social. Por cierto: la propaganda de hacia la victoria me recordó a la propaganda cubana usando la imagen del Che. Lástima que todas estas referencias no acaben llegando a ningún sitio y se queden en meros guiños que buena parte del público no captará.

 Debo admitir que me gustó Tom Cruise, está en su eterno papel de héroe pero creo que hace un buen trabajo. La evolución de su personaje a través de la repetición de un mismo día me resultó divertida. Una vez más estamos ante un canalla que acaba convertido en un héroe muy a su pesar. Quizás la historia sentimental con el personaje de Emily Blunt sea lo más flojo del film (si exceptuamos el final). Parece que Tom Cruise quiere exorcizar los rumores de homosexualidad incluyendo en todas su películas un romance con una bella señorita. Allá él. Me gustó Emily Blunt aunque no destile mucha química con nuestro amigo cienciólogo.

 Por suerte, el buen ritmo y unos toques de humor hacen que la constante repetición de la trama no se haga aburrida al espectador. Un blockbuster justito.

5

jueves, 11 de septiembre de 2014

Cautivos del mal (The bad and the beautiful, 1952)


 Pocas veces el mundo del cine ha sido visto de manera tan despiadada como en esta gran película de Vicente Minnelli.

 Minnelli fue un director especializado en musicales, género en el que cosechó grandes éxitos durante las décadas de los 50 y 60 como Brigadoom, Un americano en París o Gigi. Sin embargo yo prefiero sus films no musicales como El loco del pelo rojo, El padre de la novia y la que nos ocupa Cautivos del mal. Minnelli demostró ser uno de los más grandes directores de Hollywood, un artesano versátil capaz de triunfar entre el público en varios géneros. Sin embargo, de las seis estatuillas que cosechó el film, no está incluida la de mejor director, ni siquiera estuvo Minnelli nominado. Quizás fuera una venganza de Hollywood por mostrar su lado menos glamuroso. Minnelli debería esperar todavía unos años para alzarse con el ansiado premio. Su trabajo en Cautivos del mal es impecable, siendo su dirección de actores y sus sutiles movimientos de cámara lo que más llama la atención a un espectador moderno. Un estilo de rodar y de contar una historia que caducó hace mucho tiempo pero que 60 años después sigue siendo imbatible. Minnelli, gran amante del cine en color, decidió rodar esta historia en blanco y negro para abaratar los costes, así de implicado estaba en esta historia.

 Cautivos del mal se beneficia de un excelente guión y unas estrellas en su reparto que eran también unos actores sobresalientes (algo que, lamentablemente, hace mucho tiempo que ya no se da). Cabe destacar a Kirk Douglas como Johanthan Shields, Douglas despliega todo su encanto de seductor dejando ver a su vez el trasfondo trágico de su personaje. También la estrella rubia por antonomasia de la época, Lana Turner, está sobresaliente. Sólo por ver la química entre esta pareja de actores vale la pena ver esta gran película.


  El film pivota sobre la siguiente pregunta: ¿A quién pertenece una película? ¿Quién es su máximo responsable?. El cine, como suma de todas las artes existentes (literatura, pintura, música, escultura, etc), es un trabajo en equipo cuyo resultado final es mucho más que la suma de las partes. Debe haber algo que aglutine el conjunto y le de coherencia y personalidad propia.  Es ahí donde entra en juego la figura del productor. El productor es quien invierte su dinero y pone en relación a todos los intervinientes en el proyecto. No es de extrañar que el Oscar a mejor película lo recoja el productor. Él es el  verdadero dueño de la película y quien tiene la última palabra sobre el resultado final.

 Cautivos del mal es un fiel reflejo de esa época dorada de Hollywood. Una industria que resplandecía con luz propia. Todo ello gracias al talento de artesanos reunidos en torno a un productor. Cautivos del mal se basa en una estructura a base de flashbacks en la que un director, un escritor y una estrella de Hollywood rememoran sus experiencias junto al productor Jonathan Shields. Los tres se sienten traicionados por Shields pero no pueden negar que son lo que son gracias a él, Shields sacó a flote lo mejor de ellos y les hizo creer en sus posibilidades para ser dejados en la estacada cuando dejaron de servir a sus intereses.

 Ahora Shields, agobiado tras sus últimos fracasos como productor, decide jugarse todo a una carta y recurrir a sus antiguos colaboradores a pesar de que sabe que le odian. El retrato de Johnathan Shields me parece francamente interesante, es un tipo seductor capaz de cualquier cosa para lograr su objetivo incluso es capaz de contratar extras para que acudan al entierro de su padre. Un padre que era un productor con fama de tirano que acabó odiado y abandonado por todos, algo que Jonathan pretenderá evitar  a toda costa pero parece que el destino se obstina en hacerle repetir los pecados de su padre. Al menos, la llamada de socorro a sus antiguos amigos parece humanizarlo y alejarlo de la maldición familiar, es algo que su padre nunca hubiera hecho. Por cierto, la escena final del film me resultó un poco forzada y, en mi humilde opinión, desentona un poco con el tono ácido del film. Es el único pero que le puedo poner.


 Cautivos del mal es un ejemplo de ese cine basado en unos diálogos y una puesta en escena prodigiosa. Ningún movimiento de cámara es aleatorio ni sobra una sola mirada o coma del guión. Un trabajo de orfebrería al servicio de una historia que tiene visos de venganza y ajuste de cuentas. No resulta improbable que Johnathan Shields, el productor sin escrúpulos personificado por Kirk Douglas, estuviera inspirado en David O. Selznick. Su historia de auge y caída tiene demasiadas similitudes como para ser casual.  Antes de que el cine norteamericano cayera en manos de ejecutivos, hubo un tiempo en el que todopoderosos productores como David O. Selznick se jugaban su fortuna y su prestigio en cada película. No cito casualmente al productor de Lo que el viento se llevó, Duelo al sol o Rebeca. Selznick fue un productor caprichoso y cruel que no acabó bien con la mayoría de sus colaboradores. Sus intromisiones en el rodaje y sus cambios de última hora en el guión son legendarios. Hitchcock acabó harto de sus intromisiones y Eric Von Stroheim comentó que se había sentido en Hollywood como una prostituta.  Selznick era tan caprichoso y poderoso que era muy capaz de convertir a una actriz de tercera en una gran estrella (lo hizo con su esposa Jennifer Jones).

 Los productores, no nos engañemos, siempre han buscado la rentabilidad del producto, importando muy poco las aspiraciones artísticas del director o del resto del equipo. Pero Selznick formaba parte de ese selecto club de productores que buscaban algo más. Probablemente, en un delirio de grandeza, buscaban que su nombre fuera recordado para la posteridad gracias a sus películas.


 Tampoco parecen casuales ciertas similitudes entre el personaje de Lana Turner y la ya ex esposa de Minnelli, Judy Garland. Ambas tenían ciertas peligrosas adicciones y una importante falta de auto estima. Al igual, parece evidente la inspiración en el polémico director austriaco Joseph Von Stroheim para el personaje del director Voll Stein. Incluso el propio Minnelli tiene similitudes con Shields, ambos habían fracasado con sus dos últimas películas. Parece ser que Minelli volcó buena parte de sus conocimientos y experiencias en Hollywwod en esta imperecedera película.

  Así pues, Cautivos del mal es uno de los mejores ejemplos de “cine dentro del cine”. Una joya.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El discreto encanto de la burguesía (Le charme discret de labourgeoisie, 1972)


 Luis Buñuel ganó el Oscar a mejor película extranjera (para Francia) con esta película en 1972. El film es una broma, un capricho del director aragonés más universal.

 La idea del film nace de una anécdota real. Parece ser que Buñuel olvidó que había invitado a cenar a unos amigos (entre ellos el productor Serge Silverman) y estos se presentaron en su casa encontrándose a Buñuel y su señora preparados ya para irse a dormir. A partir de este hecho Buñuel elaboró una irónica radiografía de la burguesía. Clase de la cual provenía y detestaba profundamente.

 No olvidemos, la burguesía fue la clase social que propició la caída del Antiguo régimen, transformándose en el motor económico de las sociedades modernas a partir del siglo XIX. Pero ha acabado acomodada y cayendo en los mismos vicios de las clases dominantes que ellos desplazaron del poder. Para Buñuel la burguesía es una clase social vacía, consumista y sin moral.  El ejército y el clero son sus aliados como lo fueron antiguamente de la nobleza. Algo de todo ello se vislumbra en su film.

 En el film unos burgueses no pueden cenar, parecen tenerlo todo en contra. Al igual que los burgueses de El ángel exterminador, algo inexplicable está en su contra. Quizás el destino se ría de ellos, aunque yo más bien veo la mano de Buñuel burlándose de esta nueva clase dominante. Sus burgueses son corruptos, soberbios, perezosos, infieles y lujuriosos. Tienen todos lo defectos posibles pero siguen creyéndose superiores a los demás. Sus ridículos diálogos sobre la importancia del hielo o la forma de una copa a la hora de elaborar un cóctel ponen de manifiesto la superficialidad y la trivialidad de esta clase social. El resto de personajes no se quedan atrás: los obispos albergan sentimientos de venganza mientras quieren ser jardineros y los militares fuman marihuana.  Para Buñuel todas las clases sociales dominantes parecen estar profundamente corruptas.


 Buñuel recurre a una peculiar estructura narrativa en la que se repiten varias escenas en las que los burgueses no consiguen cenar debido a las más variopintas vicisitudes. El film parece una sucesión de episodios inconexos, sueños y relatos que no vienen a cuento. Sin embargo, Buñuel no usa un surrealismo que impacte al espectador, sino que prefiere usar un tono cotidiano y casi anodino en el que desentonan algunos hechos que descolocan al espectador mientras avanza la trama. Todo el conjunto está teñido del humor negro de Buñuel, quien no deja títere con cabeza, si bien evita deliberadamente provocar la risa en el espectador.
  Buñuel no sólo se ríe de los burgueses y sus costumbres sino que igualmente parece tomarle el pelo al espectador. Valga como ejemplo el ruido del tráfico que hace por momentos inaudible el diálogo entre los personajes, una broma pesada típica del mejor cine del aragonés. Buñuel no da explicaciones ni lleva a ningún sitio. Ya he dicho que sólo es una broma y, como tal, puede que muchos no le vean la gracia.


Valga como ejemplo del carácter cascarrabias y burlón de Don Luis la siguiente anécdota: Estando su film nominado al Oscar a mejor película extranjera, a pocos días de la ceremonia un periodista le preguntó sí creía que iba a ganar el Oscar. Buñuel afirmó que sabía que lo iba a ganar ya que había pagado los 25.000 dólares que costaba el premio y que los americanos eran muy cumplidores cuando había dinero de por medio. El revuelo fue considerable pero fue mayor cuando efectivamente El discreto encanto de la burguesía ganó la preciada estatuilla. Buñuel, una vez más, se mofaba de los reconocimientos y los premios (que son algo realmente muy burgués).

Un film único y desconcertante (como siempre en Buñuel).

lunes, 1 de septiembre de 2014

Love: A house is not a Motel


 Love son más famosos por esa joya que es Alone again or, pero a mí siempre me ha fascinado el siguiente corte de su albúm Forever changes de 1967: A house is not a Motel. Psicodelia pura.